Pedro Sánchez se encara con Joan Tardà
Tardà ataca al poder judicial mientras el presidente le reprocha que pida al Gobierno que presione a la fiscalía y, a la vez, despolitice la justicia
El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, buscó este miércoles el cuerpo a cuerpo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la cámara baja a base de tachar el sistema judicial español de «machista», «clasista» y «endogámico» y de tener «reminiscencias fascistas».
Sánchez rebatió la enmienda a la totalidad con cifras y planteó la paradoja entre el argumentario del independentismo respecto a la justicia y su exigencia al Gobierno de incidir para que la fiscalía rebajara sus acusaciones contra los líderes independentistas: «Lo que critica es la judicialización de la política, pero lo que nos pide [a la hora de reclamar una intervención del Gobierno en la fiscalía] es que politicemos la justicia. Pues no», zanjó Sánchez.
La justicia, caballo de batalla independentista
El independentismo lleva desde la semana pasada esgrimiendo el cambio de criterior del Tribunal Supremo (TS) sobre los impuestos de las hipotecas, el acuerdo entre PP y PSOE para sustituir al presidente del Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) y la condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra España por el caso Otegi como argumentos para fundamentar la enmienda a la totalidad contra la justicia española en la que pretende rebañar el juicio del procés en el Supremo.
Este miércoles, Tardà abundó en la cuestión en el Congreso, equiparando el comportamiento de la fiscalía con el de «la antigua bridaga político-social» y calificando la Audiencia Nacional de «verdadero tribunal excepcional heredero del tribunal de orden público franquista».
Además, Tardà insistió en pedir a Sánchez la dimisión, por el asunto de las hipotecas, del presidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Lesmes, cuyo mandato acaba en diciembre y cuyo sustituto ya está decidido. Pero el acuerdo entre PP y PSOE para facilitar ese relevo también mereció la censura del republicano, que lo calificó de «pasteleo» y le exigió al presidente que pidiera disculpas por el mismo «si quiere salir de este estercolero».
Sánchez devolvió la andanada, dirigiéndola al gobierno de la Generalitat y al bloque independentista que marca la pauta en el Parlament, a los que reprochó su comportamiento. Eso sí, sin nombrarlos, porque frente a la visceralidad verbal propuesta por Tardà, optó por un tono elusivo. «Todas las insitituciones pueden ser objeto de crítica, y algunas merecen la autocrítica, no solo el poder judicial. Y no solo en Madrid», concluyó.
Sentencias comparadas
Sánchez replicó uno a uno los reproches del republicano. Por lo que respecta al acuerdo para relevar a Lesmes por el actual presidente de la sala de lo penal del Supremo, Manuel Marchena —que iba a dirigir el juicio del procés—, Sánchez alegó que «la Constitución establece precisamente que la elección del CGPJ le corresponde al poder legislativo, y eso es lo que se ha hecho». «lo que no reconoce», precisó, «es la interferencia y ingerencia del ejecutivo en las funciones del poder judicial».
Por lo que respecta a la sentencia del TEDH, apuntó que, desde 1979, el tribunal de Estrasburgo ha condenado a España por vulnerar el convenio europeo de derechos humanos en 98 sentencias, mientras que, en el mismo periodo, Alemania encajó 186 condenas; Francia, 722; Bélgica, 164; Reino Unido, 312; Grecia, 826, e Italia, 791. La gran mayoría expllicables, según Sánchez, por «fallos coyunturales, y no estructurales», de los sistemas democráticos de cada uno de esos países.
Sánchez esgrimió también comparativas internacionales sobre calidad democrática, como la que elabora Freedom House, que le otorgaba a España 94 puntos sobre 100, los mismos que Alemania, Austria o Reino Unido, y más que Francia, con 90, o Italia y Estados Unidos, con 96. O como el de The Independent, en el que España sale mejor parada, explicó Sánchez, que Estados Unidos, Francia, Portugal o Bélgica.