Sánchez limita la derogación de la la reforma laboral a cambiar «algunas cosas»
El Gobierno encara el último mes de negociaciones sin un acuerdo cerrado con los agentes sociales para actualizar el marco de relaciones laborales en España
Pedro Sánchez ha hecho un llamamiento tanto a la patronal como a los sindicatos para que se sumen al acuerdo para derogar la reforma laboral de Mariano Rajoy. A un mes para que se acabe el plazo fijado por el Gobierno, todavía no se vislumbra un consenso en la mesa de negociación con los agentes sociales para poder cumplir con su compromiso. En su especial competición con la vicepresidenta Yolanda Díaz, el presidente ha rebajado sustancialmente el tono y ha hablado solo de cambiar «algunas cosas» de la ley, frente a las tradicionales promesas de derogación, vocablo que apenas utiliza.
El presidente del Gobierno ha aprovechado su vista a Roma, con motivo de la cumbre del G-20, para apelar a la «responsabilidad» a todos los participantes en la negociación colectiva. «Llamo y convoco a todos los agentes sociales, a los sindicatos y empresarios, para que además de participar ayuden a modernizar el modelo de relaciones laborales», ha subrayado.
El calendario marca que se debe haber alcanzado un consenso para noviembre, ya que así en diciembre se podría tener tramitada la ley y en enero entraría en vigor. Con las posturas todavía enquistadas, Sánchez ha eludido contestar a los periodistas si finalmente estaría dispuesto a sacar adelante la reforma si no logra el consenso de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que es el que se antoja más complicado.
«No es una cuestión solo del Gobierno»
El presidente del Gobierno ha advertido que el texto que maneja el Ejecutivo bebe de las recomendaciones mostradas por la Comisión Europea durante los últimos años para España. La necesidad de terminar con la precariedad laboral, la temporalidad de los contratos o las altas cifras de desempleo juvenil son los grandes objetivos establecidos.
Aunque no entró en detalles, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ya advirtió en la jornada anterior que actualmente el debate está centrado en cuatro grandes pilares que se siguen trabajando: la reducción de la temporalidad, las subcontratas, la negociación colectiva o el futuro tras los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
La negociación ha superado el primer escollo provocado por la entrada en escena de Calviño. PSOE y Unidas Podemos acordaron la creación de una mesa paralela para supervisar las conversaciones y dar cabida a todos los ministerios, tras las críticas vertidas por la formación morada. Pero ahora, la duda sigue instalada en los agentes sociales.
Sánchez cierra la cumbre del G-20 alineado con las grandes potencias
Las palabras del presidente del Gobierno han servido como punto final a su participación en la cumbre del G-20. Sánchez volverá de Roma después de haber realizado una batería de encuentros bilaterales con mandatarios de Canadá, Argentina, India o Australia, así como con dirigentes de organismos económicos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Lo que no ha conseguido todavía es cerrar un encuentro dilatado en el tiempo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Ambos mandatarios se saludaron amistosamente durante algo más de 30 segundos, pero Sánchez ha cerrado la puerta a una reunión formal al menos hasta la celebración de la cumbre de la OTAN de junio en España.
España ha ratificado en el encuentro todos los grandes compromisos del encuentro, desde el lanzamiento de un impuesto global para las sociedades con un tipo mínimo del 15% hasta los planes de descarbonización para evitar que la temperatura del planeta aumente más de 1,5 grados como consecuencia de la emergencia climática.
El presidente del Gobierno también ha aprovechado el evento para marcarse un nuevo objetivo en la donación de vacunas a países menos desarrollados. Para finales del primer trimestre de 2022 espera haber trasladado 50millones dosis a terceros estados. Es más de una unidad por cada habitante de España.