Pedro Sánchez eleva el tono contra Marruecos y acusa a Rabat de promover un «asalto a la frontera»
Sánchez afea a Marruecos que permitiera la llegada de 10.000 inmigrantes a la frontera de El Tarajal como 'castigo' a España por no reconocer su soberanía sobre el Sáhara Occidental
Sánchez se revuelve contra Marruecos. El presidente del Gobierno ha elevado este lunes el tono contra el país vecino después de que, desde Rabat, admitieran que la crisis migratoria que sacudió Ceuta hace menos de 15 días, con la llegada de 10.000 inmigrantes-muchos de ellos menores de edad- a la frontera de El Tarajal, fue una respuesta a la posición diplomática española respecto al Sáhara Occidental.
Sánchez ha recordado al ejecutivo marroquí que España es un «interlocutor imprescindible para Marruecos» y que dicho país debería no olvidar que «no tiene mejor aliado dentro de la UE que España«.
Respecto al intento de ingreso de casi 10.000 personas de manera irregular en el país, el presidente ha definido como «asalto» dicha acción y ha considerado «inaceptable» que el gobierno marroquí admita haber relajado el control fronterizo por motivos geopolíticos.
«Si está diciendo que se ha utilizado el asalto a la valla de Ceuta por más de 10.000 marroquíes me parece absolutamente inaceptable«, ha sentenciado Sánchez, que ha insistido en su rechazo a que «se ataquen las fronteras por desavenencias en política exterior».
Argumenta el jefe del Ejecutivo que las relaciones entre España y Marruecos están concebidas desde «un punto de vista estratégico» y que el hecho de que desde Rabat acepten que todo ha sido una maniobra para presionar a España en materia de política exterior supone un flaco favor a la relación de confianza: «La necesaria relación bilateral entre los países se tiene que cimentar sobre el respeto y la confianza», aseveró.
Una «causa sagrada» de Marruecos
Estas declaraciones se producen después de que el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, haya asegurado que el país abrio fronteras para que 10.000 personas intentaran cruzar a Españase como respuesta a la negativa por parte del país de reconocer la soberanía marroquí -y, por tanto, la anexión- sobre el territorio ocupado que comprende el Sáhara Occidental.
Un reconocimiento que sí hizo el ya expresidente de EE.UU, Donald Trump, antes de finalizar su mandato y en contra del consenso internacional.
El conflicto entre España y Marruecos, concreta Bourita, «no está limitado al asunto de un hombre», en referencia al ingreso del líder del Frente Polisario en un hospital de La Rioja: «No comienza con su llegada, ni terminará con su partida. Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España».
Desde el ejecutivo marroquí consideran que la posición española en materia exterior implica «segundas intenciones hostiles de España con respecto al Sáhara, una causa sagrada de todo el pueblo marroquí«.