Pedro Sánchez dinamita la campaña de Gabilondo
Los socialistas comienzan pronto a hacer equilibrios para que el mensaje del Gobierno no perjudique los intereses de su candidato en campaña, ni los del Gobierno con la UE.
El presidente del Gobierno confirma que subirá impuestos en Madrid aunque su candidato prometa justo lo contrario. La entrada de Pedro Sánchez en la campaña madrileña se ha vuelto contra Ángel Gabilondo. Si el candidato prometió hace dos semanas no tocar la fiscalidad en la Comunidad, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el propio Sánchez ratifican la necesidad de aumentar impuestos escudándose en Bruselas.
La ciudadanía busca hechos y no palabras. Los socialistas comienzan pronto a hacer equilibrios para que el mensaje del Gobierno no perjudique los intereses de su candidato en campaña, ni los del Gobierno con la UE.
Los socialistas comienzan asumiendo errores en precampaña. «Los discursos se tienen que coordinar más y mejor», asume un cargo intermedio del partido. Los nervios y las dudas hicieron que este martes, Gabilondo tuviera que ratificar su barra libre de fiscalidad.
Así y desde Ferraz, con el cartelón enorme con su cara y el titular: «Gabilondo ratifica su compromiso de no tocar la fiscalidad y garantiza que en Madrid no tendrá que pagar nadie ni un euro más», el PSOE aceptó sus dudas y ratificó lo que ya había dicho. Mala comunicación.
Desde Moncloa tienen claro que ambos mensajes no se contradicen. Por ello y ante las posibles preguntas de los periodistas, Sánchez llegó aprendido a la sala de prensa. «El candidato en su autonomía presenta su plan y el Gobierno debe armonizar los intereses de todos«, sentenció el presidente al estilo del ‘yo soy yo y mis circunstancias’.
El PSOE comienza a utilizar el argumento de Unidas Podemos para no meterse en ‘fregados’ innecesarios. Las palabras o anuncios aventurados que haga el líder, serán en calidad de secretario general del partido; mientras las palabras ortodoxas serán lanzadas desde la cuenta gubernamental. En este caso, Gabilondo es el candidato de la calle y tiene que prometer que no tocará la fiscalidad frente a los hechos fehacientes de su rival, la popular Isabel Díaz Ayuso.
Sin embargo, el mismo mensaje lanzado en Bruselas produciría taquicardias. La Comisión presiona a Sánchez con realizar reformas en el ámbito laboral y también en las pensiones. La fiscalidad es un tema espinoso para el Gobierno aunque es consciente de que tarde o temprano se lo tendrá que anunciar a la ciudadanía y de ahí que su mensaje vaya calando poco a poco. Lo cierto es que, según alguna fuentes socialista consultada, «en Moncloa se tendrían que haber esperado a soltarlo».
A varios socialistas madrileños les disgusta que Moncloa lleve la batuta de su campaña y el papel que le están dejando a Gabilondo. El candidato ‘soso, serio y formal’ podría entrar en una espiral de no credibilidad si Sánchez sale en su ayuda contra Díaz Ayuso y ahora no conectan los mensajes.
La palabra dada es lo único que tiene un político antes de ser metido en el saco del ‘todos son iguales’. La memoria es débil pero las emociones no perdonan y la mayoría de los españoles aún guardamos en nuestras pupilas aquella entrevista de Pedro Sánchez desde La Moncloa asegurando que Podemos le quitaba el sueño, para más tarde incluirlo como socio de Gobierno.
Tampoco olvidamos el amor vallecano y el mensaje ‘anticasta’ de Pablo Iglesias para mudarse después a un chalé con piscina en Galapagar (Madrid). Ángel Gabilondo está a punto de pasar al recuerdo de los españoles como el candidato que aseguraba que no pactaría con Iglesias en la Comunidad y que no tocaría la fiscalidad, al menos en dos años. Ya saben lo que sucede luego…