Pedro Sánchez ahuyenta a su candidato por el PSOE andaluz
Juan Espadas, el candidato de Ferraz para batir a Susana Díaz, evita actos y fotos con ministros para distanciarse del presidente del Gobierno y de los indultos
De aquí al 13 de junio, fecha en la que la militancia socialista decidirá quién será el candidato a las próximas elecciones autonómicas, apenas veremos fotografías del candidato Juan Espadas con ministros andaluces del gabinete de Pedro Sánchez. Así lo ha deslizado el propio alcalde de Sevilla en un desayuno mantenido con la prensa en el que ha querido desgranar las principales claves de su estrategia y responder de paso a los envites lanzados por Susana Díaz en las últimas horas en el marco de una campaña que ya empieza a tomar temperatura.
La razón por la que Espadas coincidirá lo mínimo en los próximos días con los nombres andaluces de más ascendencia en el partido y entre los ministros de Pedro Sánchez responde a la estrategia –cuando no necesidad- de controlar el mensaje que se quiere trasladar a la militancia a la par que transitar una campaña sin interferencias al respecto de las polémicas y debates que, a día de hoy, más desgaste están generando en el Ejecutivo central.
En este sentido, uno de los últimos temas que han salpicado la campaña de las primarias socialistas en Andalucía es el de los indultos de los condenados por el procés. Al respecto, Espadas ha evitado pronunciarse a favor o en contra abiertamente si bien ha apelado a esperar “cómo se va argumentar desde el Gobierno” estos indultos porque, a su juicio, de lo que ahora se decida dependerá “la evolución política en Cataluña en los próximos años”, cuestión que nos interpela a todos, ha reflexionado.
Más allá de los temas en clave nacional, Espadas y su equipo quieren centrar el debate en Andalucía y los problemas que esta comunidad arrastra en un momento en el que, a su juicio, falta una voz sólida en la oposición. Una ausencia que se ha visto de manera evidente, según su opinión, al respecto del rechazo a la Ley del Suelo propuesto por el Gobierno andaluz y que fue tumbada la semana pasada gracias a la alineación de VOX con la enmienda a la totalidad de Adelante Andalucía (la marca de Podemos en la comunidad) y que también votó a favor el PSOE.
“Si gano el próximo 13 de junio, quiero iniciar una etapa de gestión política inédita”, ha declarado Espadas, un tiempo en el que contempla llegar a acuerdos con Juanma Moreno, presidente del Gobierno andaluz, en “aquellos asuntos que sean positivos para la gente”.
Así, Espadas entiende que antes de que el grupo parlamentario del PSOE hubiera rechazado de plano esta ley, proyecto normativo cuyo origen está en los anteriores gobierno socialistas, hubiera debido mediar una llamada a los alcaldes, principales afectados por una ley cuyo fin es la planificación urbanística de sus territorios. “A mí nadie me ha llamado para pedirme mi opinión y soy el alcalde de Sevilla, yo creo que deberían haber llamado a los alcaldes y ver si había margen de negociación”, ha expuesto.
Este ejemplo sirve para ilustrar el peso municipalista, de alcaldes y concejales, que Espadas quiere imprimir en su candidatura, más que lo que cabe esperar de la presencia de ministros o próceres del partido. “No puedo evitar que haya compañeros ministros o nombres destacados en el partido que, como militantes del PSOE en Andalucía, pidan el voto para una candidatura concreta en sus respectivas agrupaciones; pero eso es una cosa y otra que sean esos nombres los que protagonicen la campaña«.
«El protagonismo lo tendrá la militancia, la situación de Andalucía y el debate sobre la estrategia política que debe llevar el partido”, ha explicado Espadas.
Dos Hermanas, un arranque de campaña en clave personal y política
Con todo, si Espadas se está cuidando mucho de que prospere esa identificación de su candidatura con Pedro Sánchez no es tanto por lo que puede afectar al voto de la militancia -“no creo que el militante vaya a elegir entre una opción u otra en función de los indultos” – sino sobre todo para evitar que Susana Díaz vea refrendada su tesis de que el proyecto rival busca convertir el PSOE andaluz en “una sucursal de Ferraz”, según define. Díaz ha ido más allá y acusa a la candidatura rival de estar “dirigida con mando a distancia” por la dirección federal desde Madrid.
Al margen de la campaña que está realizando Luis Ángel Hierro, tercer candidato que también ha logrado los avales suficientes para concurrir a estas primarias, el asunto de la adhesión o la dirección que Ferraz está haciendo de este proceso es el tema que más caldeado una campaña que, en el caso de Espadas, de tan respetuosa y pulcra en las formas, algunos califican incluso de tibia.
Lo cierto es que ambos candidatos han entrado ya, en el arranque oficial de estas primarias, en el cuerpo a cuerpo con dos estrategias opuestas. Susana Díaz sigue fiel a su discurso público de presentarse como la candidata de las bases que apela a que los militantes voten en libertad con una estrategia que desde hace meses se basa en encuentros en casas del pueblo de poblaciones muy pequeñas con mensajes a caballo entre una campaña de primarias y una campaña de elecciones autonómicas.
Por su parte, Espadas, que también está visitando núcleos rurales donde es menos conocido, se ha dado ya en lo que llevamos de precampaña y campaña varios baños de masas, el último el que protagonizó en Dos Hermanas (Sevilla) este pasado domingo en un acto con cerca de 800 militantes, según la organización, cuya lectura tiene muchas claves.
En clave personal, es esta población, regida por el socialista Francisco Toscano desde 1983, donde allá por los 80 Espadas empezó a frecuentar a la vieja guardia socialista hasta que dio el paso para su afiliación en el año 1997 gracias al aval del veterano Manolo Claro. Este socialista de Dos Hermanas fue uno de los asistentes que arroparon al alcade de Sevilla el pasado domingo en el mitin de arranque de campaña.
Fue también en este municipio donde en 2017, Pedro Sánchez arrancó la campaña de primarias que finalmente ganó frente a la candidata oficialista Susana Díaz. También Dos Hermanas es la cuna del sanchismo en Andalucía cuyo alcalde siempre ha ejercido de contrapeso en los debates orgánicos de la organización.
Toscano fue, de hecho, la figura enviada como emisario por Ferraz y el entorno de Sánchez en su día para tratar de convencer a Susana Díaz de que diera un paso al lado y dejara vía libre para la renovación del partido tras la pérdida del Gobierno de la Junta de Andalucía en diciembre de 2018.
Y ha sido Dos Hermanas, finalmente, el marco desde donde se ha contestado con claridad a las acusaciones de Díaz: “No pienso faltar el respeto a ningún compañero o compañera cuando dicen que somos una candidatura con mando a distancia… El problema no es el mando a distancia, sino que no sintonizamos con la audiencia. Que la presentadora no conecta con la audiencia».
Mucho más duro, en su intervención previa, Toscano censuró que Díaz estuviera enrocada en “el yoísmo suyo” y no participara de “del proyecto de unidad” que encabeza Espadas. Afirmaciones a las que Susana Díaz ha respondido “no caer en las descalificaciones y debatir con respeto”.
En este sentido, en el encuentro mantenido en la mañana de este lunes, Espadas ha sido más incisivo en sus manifestaciones y ha calificado de “extraño” que quien hasta hace apenas unas semanas ha alardeado de buena relación con Ferraz –“decían que hablaban a diario”- “ahora base su campaña en acusar a Madrid de estar dirigiendo nuestra campaña”. Para Espadas, “ni la lealtad es sumisión, ni tampoco se puede estar a la contra por sistema, que si Madrid dice A, en Andalucía digamos B”.
Al fin, la campaña de las primarias socialistas sube la temperatura.