El Pdecat ya no tiene dinero ni para despidos
El Pdecat rebaja el sueldo a sus empleados, a los que sigue pagando con retraso
El Pdecat no prescindirá de más empleados “hasta después del referéndum, de las elecciones o de lo que se convoque este otoño”. Hasta entonces sólo dejarán el partido los que voluntariamente quieran irse. Eso aseguran fuentes internas de la nueva formación de Artur Mas, que no atribuyen esta decisión a las buenas perspectivas económicas, sino todo lo contrario: la gerencia del partido no echa a más empleados porque no puede pagar las correspondientes indemnizaciones. Todavía adeuda parte de las liquidaciones de los que se fueron el año pasado.
Desde el pasado verano, cuando se mudaron a la nueva sede de la calle Provenza de Barcelona, la gerencia del Pdecat ha recortado unos treinta empleos (un tercio de la plantilla), todavía le sobra otros y tan sólo planea quedarse con los treinta restantes, según precisan las fuentes consultadas. Sin embargo, no tienen dinero para encarar esta reestructuración de personal.
Pdecat: la reestructuración de personal queda a medias porque no pueden pagar las indemnizaciones
Desde este enero, el partido ha aplicado una rebaja salarial de entre el 5% y el 20% a sus empleados en función del importe. Sin embargo, continúan cobrando con retrasos y, en algunas ocasiones, de forma fraccionada. Este mayo han acabado de abonar la paga extraordinaria de Navidad. Nadie ha preguntado a la gerencia por la extra de junio.
Pendientes de la sentencia del caso Palau
El partido estudia la venta de patrimonio. Ha buscado una empresa externa para que le asesore en este proceso. Sin embargo, la situación económica del Pdecat no se aclarará hasta después de que se haga pública la sentencia del caso Palau. La Fiscalía Anticorrupción pide que la antigua Convergència y, en su defecto, la formación que le ha sucedido devuelva 6,6 millones de euros. CDC ya depositó en su momento las escrituras de quince locales para afrontar una fianza judicial de 3,2 millones de euros.
Si son condenados, Convergència y su sucesora, el Pdecat, deberán afrontar pagos millonarios. Con lo que quede, afrontarán la reestructuración de personal, que ha quedado a medias por falta de recursos.