El Parlament prepara un pleno sin la investidura de Aragonès en el horizonte
La Cámara autonómica tiene pendiente la sustitución de Jaume Alonso-Cuevillas, y también podría fijar una sesión de control al Govern en funciones
Las negociaciones para formar Govern siguen encalladas, pese a que el Parlament necesita activarse para resolver algunas cuestiones, como la sustitución del secretario segundo de la mesa, o una posible sesión de control al Govern. La Cámara catalana celebrará una sesión la semana que viene, posiblemente entre miércoles o jueves, cuyo contenido fijará la Junta de Portavoces del próximo lunes.
El contenido, que decidirán los grupos en la Junta, podría abordar el recambio de Aurora Madaula en la mesa o la comparecencia del vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonès, tras las peticiones reiteradas de la oposición. El pleno se celebrará, a diferencia de los debates de investidura que se llevaron a cabo en el auditorio, dentro del hemiciclo del Parlament.
En función del contenido del pleno, todavía una incógnita según han explicado fuentes parlamentarias presentes, se modulará la presencia de los diputados. En caso de tener que votarse algo que requiera una votación nominal o en urna –como el recambio de Aurora Madaula– los 135 estarán presentes, repartidos con distancia también en las lonjas y la zona habilitada la prensa.
El Parlament trabaja con los servicios sanitarios para encontrar una manera de incluir a los diputados en la Cámara, ante el elevado coste que supone mantener la infraestructura habilitada en el auditorio. Aunque el Parlament comienza a ponerse en marcha, no podrá estarlo plenamente hasta que Junts, ERC y la CUP no cierren un acuerdo que permita la investidura.
Los plenos ordinarios: en el hemiciclo con una horquilla de 40 a 68 diputados
Si el pleno únicamente incorpora convalidaciones y/o la comparecencia del Govern en funciones, la Cámara se plantea organizarlo con aforo limitado y la presencia de entre 40 y 68 diputados –el resto ejercerían sus obligaciones telemáticamente sin necesidad de estar presentes–.
Queda en el aire la votación de los senadores, que los grupos tienen hasta el 27 de abril para proponer. Los parlamentarios esta vez se repartirán usando la fórmula ‘Imperiali’, un cómputo buscado expresamente por ERC y apoyado por Junts, la CUP y los Comuns para dejar a Vox sin el representante que les tocaría usando las fórmulas habituales: de restos mayores y la ley D’Hondt.
Los equipos negociadores siguen trabajando para desencallar el acuerdo y resolver los escollos presentes en las negociaciones, como el papel del Consell per la República de Carles Puigdemont, la estructura del Govern o diferencias programáticas. Los republicanos piden que se pise el acelerador, mientras que Junts insiste en que lo importante es cerrar un buen acuerdo.
Los negociadores de Junts y ERC, que llevan toda la semana de reuniones, tienen hasta el 25 de mayo para investir a Pere Aragonès. De lo contrario, se convocarán automáticamente nuevas elecciones, aunque desde ambas formaciones alejan ese escenario y el partido de Puigdemont se plantea antes apoyar un Govern de los republicanos y quedarse fuera.