Page ataca la mesa de Sánchez y Torra: "Es obscena"

«Nueva normalidad», viejos debates. Después de que Gobierno y Generalitat hayan aparcado durante tres meses la mesa de diálogo soberanista, el sector más crítico del PSOE por las cesiones de Pedro Sánchez al independentismo vuelve a asomar la cabeza. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, que ya desde inicios de año lamentaba las cesiones al separatismo, ha pedido este viernes dejar «en cuarentena» la mesa, al seguir presente la pandemia.

El barón socialista ha tildado de «casi obsceno» que Sánchez y el president Quim Torra retomen las conversaciones sobre el llamado «conflicto catalán» sin que esté del todo controlada la pandemia del coronavirus. Lo dice unos días después de que el presidente del Gobierno confirmase sus intenciones de celebrar la segunda reunión de la mesa de diálogo en julio y aceptase el ultimátum de un mes que lanzó Esquerra Republicana de Catalunya esta semana para concretar la mesa.

Después de varios meses de estado de alarma en los que ERC advirtió en repetidas ocasiones a Sánchez que sin diálogo no hay legislatura, García-Page ha manifestado que «tendrían que estar como en cuarentena todos estos viejos debates». El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha ha señalado que no está en contra del diálogo sobre cualquier tema, pero cree que hay una diferencia sustancial «entre la charla, la conversación, el diálogo y la negociación».

En este caso, en una entrevista con la Cope, el dirigente regional del PSOE ha considerado que los independentistas, al entender que su causa no tiene recorrido, solo juegan «a tirar de la cuerda» pensando que «algo nos llevaremos» de las negociaciones bilaterales con el Gobierno. Y ha insistido en que «para hablar del conjunto de España tenemos que hablar todos», no solo los partidos catalanes y los políticos en Madrid, sino toda «la sociedad española».

«Las mismas pesadillas»

García-Page, en este sentido, ha expresado su descontento con el Gobierno de Sánchez por el reparto de fondos a las autonomías para la recuperación de la crisis y quiere saber «qué ha cedido» Sánchez y «a quién y con qué intereses» para que cambiasen los criterios de entrega de recursos. Por ello, se ha dedicado esta semana a cargar contra la mesa de diálogo, como quien quiere sugerir que existe una correlación entre la decisión sobre el reparto de fondos y las prisas del Ejecutivo y ERC por retomar el diálogo.

Ya el pasado miércoles, en una visita a la empresa Mediapost en Toledo, criticó que volviesen al debate político «las mismas pesadillas» independentistas que se imponían desde antes de la pandemia. Ese día dijo que «de España no van a hablar cuatro por mucho poder que tengan», y avisó que «si no lo tenían claro antes del virus, tendrían que haberlo aprendido» durante la emergencia sanitaria.