Los pactos territoriales del PP con Vox y Cs abren la puerta de La Moncloa a Casado
Casado usará las alianzas con Vox y Cs en Madrid y Andalucía para llegar a La Moncloa. Su objetivo es gobernar en solitario con el apoyo parlamentario de ambas formaciones
Sí, se puede”. Así de ‘podemitas’ responden altos cargos del PP cuando son preguntados por un Gobierno en solitario de Casado con el apoyo parlamentario de Vox y Ciudadanos: “Si dan los números, habrá acuerdo”. La experiencia en hasta cuatro comunidades autónomas así lo avala.
Según reconocen a Economía Digital fuentes próximas a la ejecutiva nacional del PP, en Génova 13 se ha decretado el estado de optimismo con las encuestas del último medio año y ya se ve como una posibilidad real llegar al Gobierno cuando Pedro Sánchez convoque elecciones.
El escenario que ya se maneja en la séptima planta del cuartel general de los populares es el que reflejan la gran parte de los estudios demoscópicos: la suma del PP, Vox y Ciudadanos –que “creemos que entrará) puede alcanzar la barrera de los 176 escaños, que garantizan la mayoría absoluta.
De llegar a ese objetivo, en Génova tienen claro qué hay que hacer para blindar, cuanto antes, un pacto con los de Abascal y Arrimadas para convertir en presidente a Pablo Casado: “Lo hemos hecho ya en las comunidades autónomas. Hay que alcanzar un acuerdo de legislatura con ellos, y gobernar”.
Madrid y Andalucía, las referencias
En el PP recuerdan que, tras las elecciones autonómicas de 2019, el partido llegó al gobierno de cuatro comunidades autónomas a través de un acuerdo de coalición con Ciudadanos y uno “programático” con Vox.
El escenario, dos años después, es diferente. La fallida moción de censura en Murcia ha dejado fuera de juego a Ciudadanos en la Región y también en Madrid, donde la convocatoria electoral de Isabel Díaz Ayuso provocó la desaparición de los naranjas en la Asamblea autonómica.
Así las cosas, el PP gobierna ambas comunidades en solitario con el apoyo externo de Vox, mientras que en Andalucía y Castilla y León conserva el pacto de coalición con Ciudadanos. Tanto Juanma Moreno como Alfonso Fernández Mañueco, además, han ratificado su compromiso con esa alianza frente a la caída libre de los naranjas.
Las fuentes consultadas por Economía Digital destacan que las cuatro experiencias de gobierno “son extrapolables” al ámbito nacional. No obstante, destacan que Madrid y Andalucía son “las referencias” para Pablo Casado.
Sobre todo, añaden, porque “allí se han tomado medidas como las que queremos aplicar en España” y a través de “dos grandes pactos” que implican tanto a Vox –en Madrid y Andalucía- como a Ciudadanos –en Andalucía-.
Bajada de impuestos y ayudas a empresas
Con todo, el escenario en la Comunidad de Madrid será “el más parecido” al que puede encontrarse Pablo Casado el día después de las generales. Sobre todo, en lo referente al objetivo final de gobernar en solitario.
La diferencia sustancial con Madrid, en todo caso, es que Génova descarta, al menos por el momento, la desaparición de Ciudadanos en el Congreso. Por tanto, “habrá que sellar un acuerdo de investidura con ambos partidos”. Y en el PP tienen claro los pilares en los que se asentará ese pacto para cuatro años.
La hoja de ruta a seguir es la marcada en buena medida por Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad. La apuesta clara por reducir a la mínima la presión fiscal sobre los ciudadanos ha calado en buena parte del electorado: tanto los ciudadanos de rentas altas como aquellos que han pasado más apreturas económicas durante la crisis sanitaria del coronavirus.
Tanto Vox como Ciudadanos, además, son favorables a esa medida, que ya están defendiendo otros dirigentes populares en toda España. Esta misma semana, de hecho, el nuevo líder del PP de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, anunció que uno de sus principales banderas, de cara a las autonómicas de 2023, será la propuesta de una reforma fiscal que ahorre a los valencianos 1.500 millones.
En Andalucía, Castilla y León y Murcia el PP también ha protagonizado una reducción de la carga fiscal en los últimos dos años, siempre con el respaldo de Vox y Ciudadanos. La otra gran medida económica puesta en marcha en estas regiones, y que Casado quiere aplicar a nivel nacional, es un paquete de ayudas a las empresas.
Según defienden en el PP, los gobiernos autonómicos del partido han aprobado, junto a sus socios, «medidas de rescate» durante la pandemia y ahora, en la segunda parte de la legislatura, el objetivo es cerrar «inversiones estratégicas», también con la inyección de los fondos europeos.
Reforma de la Administración
Más allá de las medidas económicas, Casado también planea llevar a cabo una reforma de la Administración como en su día hizo Mariano Rajoy. Para ello, «la primera medida será reducir el Gobierno», como ya han hecho Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno en Madrid o Andalucía. No obstante, la reforma de los organismos públicos no se quedará ahí.
Según las fuentes consultadas, en Génova han seguido de cerca los pasos dados por Juanma Moreno en Andalucía para acabar con el «chiringuito burocrático» montado por el PSOE durante décadas. Y las conclusiones son positivas: «Se han eliminado departamentos que no servían para nada, se ha acabado con las duplicidades, y la administración es más ágil».
La medida, además, fue muy aplaudida por Ciudadanos y Vox, cuyo respaldo aspira lograr Casado para llevar a cabo una reforma similar a nivel nacional: «Como en 2011, la crisis nos ha vuelto a demostrar que es necesario aligerar los gastos de la Administración, y ese será un gran reto», afirma un alto cargo popular.
El mismo dirigente añade, además, que para ese cometido Casado está dispuesto a incluir en su Ejecutivo a ministros de perfil «más técnico», tal y como hizo Rajoy al llegar a Moncola.
Los Presupuestos, prueba de fuego
Esa apuesta por lo tecnócrata tiene, en todo caso, un segundo objetivo: apartar del debate otro tipo de medidas, más ideológicas, que Vox podría poner encima de la mesa.
La experiencia de los últimos años, sobre todo a la hora de negociar los Presupuestos en las comunidades autónomas, es que los de Abascal tratan, en esas conversaciones, de marcar la agenda con propuestas que «buscan más titulares y la polémica que soluciones reales«.
Vox, de hecho, ya ha anunciado que está muy lejos de aprobar las cuentas autonómicas de Andalucía y Castilla y León, pero desde el PP no dan mucha credibilidad a esa amenaza. Además, recuerdan que, en el caso de Andalucía, «hace meses que se habla de adelanto electoral y las encuestas apuntan a que pactando con Cs no necesitaríamos a Vox».
Si no aprueban Presupuestos, «Juanma podría activar el botón nuclear del adelanto electoral«, añaden desde el PP. Un escenario que no acaban de ver en San Telmo… pero que no disgusta en absoluto en Génova.