La otra pandemia: los trastornos mentales podrían dispararse tras volver a la normalidad
Los especialistas temen un 'boom' de enfermedades mentales cuando el coronavirus empiece a remitir
La pandemia del coronavirus no solo afecta a la salud física, también a la mental. Las restricciones y la presión que generan las medidas para frenar la enfermedad pueden desembocar en una ola de trastornos mentales una vez se recobre la normalidad.
Así lo recoge el Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental que impulsa la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) con el apoyo de Janssen.
Los expertos han presentado el estudio internacional Upright, que se ha liderado desde el País Vasco para la prevención del suicidio juvenil, una población especialmente vulnerable. Uno de los problemas sobre los que más se incide es en la depresión, algo que ya preocupaba antes de la llegada del coronavirus.
«Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de baja laboral»
La depresión supuso un elevado desembolso para las arcas del Estado, puesto que la patología representó un coste total de más de 6.000 millones de euros en España hasta 2017. Solo en el País Vasco se registraron más de 530 hospitalizados de pacientes con un Trastorno de Depresión Mayor (TDM) con una estancia de 16 días y un coste medio de 5.360€.
«Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de baja laboral, jubilación anticipada y utilización de los servicios sanitarios. Es imprescindible, para el abordaje preventivo de cualquier enfermedad, que todos estemos implicados en la detección temprana de casos», ha explicado la jefe de Servicio de Psiquiatría en funciones del Hospital Universitario de Álava y presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, Ana González-Pinto.
González pinto también ha explicado que «la inversión en estrategias y planes de formación en salud mental nos está permitiendo adelantarnos, detectar a tiempo los síntomas de personas con trastornos depresivos y prevenir e incluso detener otras conductas asociadas como el suicidio».
«Para reducir las cifras y su impacto social y económico es crucial incorporar la prevención del suicidio como una competencia del personal profesional de la salud, establecer mecanismos para favorecer la identificación de personas en situación de riesgo dentro del sistema y garantizar la continuidad de cuidados», ha apostillado.
Refuerzo a las estrategias para evitar el suicidio
Por su parte, el psiquiatra y coordinador sociosanitario de la Comunidad Autónoma del País Vasco en el Departamento de Salud, José Antonio de la Rica, ha subrayado que la prevención de enfermedades mentales como la depresión y el suicidio, se han convertido en un área prioritaria de actuación en esta comunidad.
«Desde 2019 tenemos activa una estrategia para la prevención del suicidio y, a raíz del inicio de la pandemia, se han puesto en marcha otras acciones como programas de soporte para profesionales sanitarios y población general donde, ante el desbordamiento del sistema sanitario y de la atención primaria, puedan contactar de una forma accesible y fácil con expertos que evalúen su situación y les deriven a una atención médica especializada si lo necesitan», ha enfatizado.