Oriol Junqueras decanta su sucesión en ERC
El líder de Esquerra, que previsiblemente no podrá concurrir a las próximas elecciones catalanas, favorece a Pere Aragonès en su pulso con Roger Torrent
Oriol Junqueras tiene muy asumido que no podrá ser el candidato de ERC en las próximas elecciones al Parlament de Cataluña, una cita que varias fuentes sitúan en el primer trimestre de 2020. Junqueras está seguro de que el Tribunal Supremo lo condenará este otoño a varios años de prisión y, en consecuencia, quedará inhabilitado para cualquier carrera electoral. ¿Quién tomará su relevo como cabeza de cartel?
ERC libra desde hace varios meses una sorda batalla para resolver el relevo de Junqueras en las urnas. Y dos hombres centran este duelo: el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent.
Pues bien, uno de ellos se ha convertido, desde hace pocas horas, en el claro favorito puesto que Junqueras ha movido pieza para convertir a Aragonès en el próximo coordinador nacional de ERC, un cargo de nueva creación. Así se hará, con toda probabilidad, durante el próximo congreso del partido republicano.
Junqueras unge a Aragonès como número tres de ERC
Históricamente, Esquerra ha reservado el cartel electoral al líder de su partido. Con Junqueras encarcelado y con la secretaria general, Marta Rovira, huida a Ginebra (Suiza), Aragonès se convertirá en el número tres del partido y, por tanto, en el mejor situado para lanzarse a la carrera presidencial de la Generalitat.
La maniobra de fortalecer a Aragonès en clave interna no es improvisada. Junqueras, muy volcado en su papel de líder de ERC, estudia desde hace semanas una puesta al día de la dirección de su partido. Y prácticamente ya la ha cerrado. Además de Aragonès, también ascenderá la actual portavoz de ERC, Marta Vilata, que se convertirá en adjunta la secretaría general, según informó la Agencia Catalana de Notícies (ACN). Todo ello, claro, bajo la indiscutible presidencia de Junqueras.
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Torrent, pese a sus indisimulados intentos de trascender su papel como líder institucional del Parlament, no logrará imponerse a Aragonès a nivel interno. Será miembro nato de la ejecutiva de ERC por su condición de presidente del Parlament, pero no verá fortalecidas sus competencias orgánicas en el partido.
Aunque muchos atribuyen a Torrent mejores condiciones como candidato, Junqueras no ha dudado con Aragonès, a quien tiene como un hombre de estrecha confianza. Ya fue el número dos en su etapa como vicepresidente de la Generalitat y, de hecho, acabó asumiendo este mismo cargo.
Junqueras y el caso de Marta Rovira
En ERC nadie discute que Junqueras debe seguir al frente del partido a pesar de su cautiverio, sobre todo porque el propio interesado quiere desempeñar este papel. Sí que ha habido discusión, en cambio, sobre si Rovira debía seguir como secretaria general del partido después de su huida. Junqueras ha frenado este debate y promoverá su reelección en este puesto.
«Mucha gente me reclama más visibilidad. Pero mi perfil es de mirada interna, hacia la organización, y más estratégico que de batalla dialéctica del día a día», afirmó Rovira en unas declaraciones concedidas a la ACN.
El líder de ERC, que domina el partido con enorme comodidad, no prevé dificultades para materializar su diseño en un congreso que no se prevé agitado por la ascendencia que mantiene Junqueras y por la marcha de los últimos resultados electorales y de las encuestas.
La hoja de ruta de Junqueras
De todas maneras, Junqueras quiere ir paso a paso. Primero, amarrar el nuevo orden interno del partido. Luego será el momento de actualizar la estrategia de ERC y aquí el debate será más complicado porque hay sectores del partido que discuten la evolución hacia un soberanismo posibilista.
Aunque los dirigentes de ERC han dejado de azuzar la vía unilateral de independencia, amplios sectores de las bases republicanas exigen que este mecanismo continúe, como mínimo, sobre la mesa. No es el único debate interno de un partido que, según las encuestas, está llamado a tomar las riendas del gobierno de la Generalitat sin que todavía esté claro cuál es exactamente su apuesta más allá de la repetida ambición de «ensanchar la base soberanista» de Cataluña.