La alianza entre ERC y Podemos pasa la factura: nueva ronda de impuestos para Cataluña
El Govern también reformará el IRPF y el impuesto de sucesiones para que sea más progresivo, e incrementará un 26,6% la dotación de la Secretaría de Política Lingüística para la promoción del catalán
El Govern de la Generalitat tendrá presupuestos el 1 de enero de 2022 gracias a un acuerdo con Catalunya en Comú Podem y tras descolgarse la CUP. Un documento que prepara una nueva retahíla de impuestos para los catalanes, sobre todo impuestos indirectos relacionados con el consumo o temas medioambientales.
Uno de los impuestos que se incluirán para este 2022 es el de los alimentos ultraprocesados. La Generalitat aprobará durante el próximo año una memoria preliminar del anteproyecto de la ley del impuesto sobre este tipo de comida, que tiene un efecto nocivo sobre la salud y cuya recaudación servirá para un fondo de apoyo a la agricultura, la ganadería y la pesca.
También, dos nuevos impuestos medioambientales sobre las actividades económicas que generan gases de efecto invernadero y sobre las emisiones portuarias de grandes barcos. Los proyectos de ley para estos dos impuestos deberán llegar al Parlament antes de finalizar 2022 y su recaudación alimentará el Fondo para la Protección del Ambiente Atmosférico.
El acuerdo entre la CUP y el Govern también prevé una modificación del impuesto sobre el CO2 en la ley de medidas fiscales y financieras, más conocida como ley de acompañamiento. El nuevo acuerdo extenderá la no-sujeción de esta tasa a los vehículos con bajas temporales.
Otro impuesto tiene que ver con el de los grandes tenedores de viviendas vacías. La Generalitat quiere que el impuesto sobre pisos vacíos lo paguen las personas físicas consideradas como «grandes propietarios» –más de 15 viviendas– que tengan casas sin personas viviendo durante más de dos años sin causa justificada.
Un IRPF más progresivo y cambios en el impuesto de sucesiones
También habrá algunos ajustes para que algunos impuestos sean más progresivos, como es el caso del IRPF. La Generalitat ha aprobado una reducción del primer tramo de base liquidable, con el objetivo de que incida en los «contribuyentes con menor nivel de renta».
No es el único cambio que el Govern prevé en materia de fiscalidad relativa al IRPF. Además, el documento contempla deducciones por alquiler de vivienda para familias monoparentales y, también para este mismo grupo concreto, por nacimiento o adopción de un hijo.
La Generalitat prepara un ligero cambio en el impuesto de sucesiones, uno de los más polémicos de la administración catalana que grava las herencias de los catalanes y que en Madrid es casi inexistente. El acuerdo prevé asimilar como familiares de primer grado a personas que han estado o están en régimen de acogida.
Remunicipalización del agua y ayudas a la lengua catalana
La remunicipalización del agua, uno de los caballos de batalla de Ada Colau, también estará presente en las cuentas del año 2022. La Generalitat, a través de la Agència Catalana de l’Aigua, debe dotarse de los medios para asesorar a ayuntamientos con el «diseño de la gestión municipal del agua y, en especial, en la gestión directa del servicio de abastecimiento”.
Los cambios en las cuentas también tienen en cuenta la promoción de la lengua catalana. Comuns y Govern han pactado el incremento del 26,6% de la dotación presupuestaria para la Secretaria de Política Lingüística respecto a 2020, entre las que destacan «1,3 millones de euros para el apoyo de entidades de fomento del catalán».
Pese a los cambios, los presupuestos llegan al Govern sin grandes cambios y responden más a una lógica de intercambio de cromos entre administraciones. Mientras los Comunes se han comprometido a tirar adelante las cuentas para el año 2022, ERC ha forzado a Ernest Maragall a facilitar que se tramiten las de la capital catalana.
Un acuerdo sin Junts en la foto y que rompe la mayoría independentista
Un acuerdo que se ha rubricado este jueves entre Jéssica Albiach y Pere Aragonès, y con la notable ausencia el conseller Jaume Giró (Junts), pese a que las negociaciones se han producido también con la consellería de Economía, encargada de las cuentas de la administración autonómica.
La aprobación ha permitido también al Govern salvar los muebles ante las inasumibles exigencias de la CUP. La Generalitat mantendrá su apuesta por hacer una consulta territorial sobre los Juegos Olímpicos de invierno, y también el proyecto del Hard Rock, aunque no recibirá financiación autonómica.
Tampoco se recoge en el acuerdo ningún plan para preparar un nuevo referéndum y el consecuente embiste con el Estado, una de las exigencias de la CUP, cuyo desmarque de las cuentas catalanas ha roto la fotografía de unidad que Pere Aragonès quería escenificar con la bautizada por el independentismo como «mayoría del 52%».