El oasis catalán: no hay oposición en la Diputación de Barcelona
Los comuns votan a favor de los presupuestos de la Diputación de Barcelona, que gobierna el PSC y Junts per Catalunya
La Diputación de Barcelona que preside la socialista Nuria Marín aprobó inicialmente este jueves sus presupuestos sin ningún voto en contra: los dos socios de gobierno (PSC y Junts per Catalunya) consiguieron el apoyo de los comuns y de la única representante de una formación local de Terrassa, mientras que el resto de grupos (ERC, Cs y PP) se abstuvieron.
A diferencia del Ayuntamiento de Ada Colau y de la Generalitat de Quim Torra, la tercera administración pública catalana por el volumen de su presupuesto, la Diputación de Barcelona, no tiene ningún problema para aprobar sus cuentas.
La corporación barcelonesa aprobó un presupuesto para 2020 de 969 millones de euros, un 1,45% más que el presente ejercicio. Este presupuesto también incluye los organismos autónomos, sociedades mercantiles y consorcios.
Sin embargo, el presupuesto consolidado es de 869,5 millones de euros, un 1,99% más que este año. Tal como precisó el presidente del área de recursos humanos y hacienda, el socialista Carles Ruiz, la “singularidad” de que el presupuesto consolidado sea inferior al presupuesto de la corporación obedece a que este último incorpora el anticipo a la oficina de recaudación tributaria.
Carles Ruiz recordó que es un presupuesto con un “escaso margen de maniobra”. El 72% de sus ingresos proviene de los tributos del estado. Destacó la reducción de la deuda, que se situará en el 4,9% de los recursos de la institución.
En Comú Guanyem aseguró con sus votos que el gobierno de Nuria Marín (formado por socialistas y por los independentistas de JxCat) tirara adelante sus cuentas sin sobresaltos. Sin embargo, el portavoz de los comuns, Jonatan Fornés, les advirtió que harán un “seguimiento” de la concreción de los acuerdos que alcanzaron.
Críticas de Cs y PP
Aunque se abstuvieron, Cs y PP se mostraron muy críticos. El popular Daniel Gracia calificó de “inadmisible” que la corporación provincial mantenga los “pactos de apoyo” a la Consejería de Cultura de la Generalitat, así como los “planes de tesorería” a ayuntamientos y consejos comarcales. Indicó que “la Diputación de Barcelona no puede hacer de banco, no debemos ser el cajero amigo de la Generalitat”. En su opinión, las ayudas a la administración de Torra “no se han reducido los suficiente”.
Salvador Tovar, portavoz de Cs, advirtió que la reducción prevista del 23,5% de las transferencias de capital afectará a la capacidad de inversión de los ayuntamientos. También exigió más control en las subvenciones.
La republicana Montserrat Benedí agradeció “la voluntad de diálogo” de Ruiz. Y cargó contra el PP al indicar que la Diputación “nunca ha sido el banco de la Generalitat”. ERC formó parte del gobierno del anterior mandato, pero sus exsocios, JxCat, prefirieron pactar con el PSC.