«No conseguimos que Puigdemont baje del burro»: la frustración de JpC y ERC
Los negociadores de Junts per Catalunya y ERC admiten que el desbloqueo es impensable hasta que el TC tumbe la reforma de la ley de Presidencia
Carles Puigdemont se ha convertido en el dominador único de la situación política en Cataluña. Junts per Catalunya (JpC) y ERC admiten en privado que es muy difícil, casi imposible, que se produzcan cambios en las próximas dos semanas porque Puigdemont ha ordenado congelar las maniobras hasta que el Parlament de Cataluña no tire adelante la reforma de la ley de Presidencia (que permitiría la investidura a distancia). Dicha norma se tramitará después del puente de mayo (entre los días 2 y 7) y, a continuación –asumen los soberanistas–, el Tribunal Constitucional procederá a tumbarla.
Sólo a partir de ese momento podrían producirse movimientos y cobrar posibilidades el plan D (la favorita sigue siendo Elsa Artadi, pese al baile de nombres). «No hay nada que hacer hasta entonces. No conseguimos que Puigdemont baje del burro. Toda la estrategia pasa por evidenciar los vetos del Estado», describen fuentes conocedoras de las conversaciones entre JpC y ERC.
«Desde que salió de Neumünster esto es El resurgir de la fuerza«
La única expectativa de las próximas dos semanas, por tanto, es esperar alguna decisión por parte de la justicia alemana que modifique este guión. Una eventual entrega de Puigdemont a la justicia española echaría al monte a los fieles del expresidente y, apuntan voces soberanistas, «haría inevitable las elecciones».
Mientras el compás de espera se mantiene, los partidarios de evitar una nuevas elecciones –minoritarios en JpC, por el momento, y abrudoramente mayoritarios en ERC– se toman con cierta ironía el bloqueo decretado por Puigdemont. «Desde que salió de Neumünster esto es El resurgir de la fuerza«, dicen.
La incoherencia con el 155
Los soberanistas partidarios de que Puigdemont permita formar gobierno hablan entre la desesperación y la resignación, pero no pierden la esperanza de que, finalmente, se forme gobierno. «Esto está durando mucho, creemos que hay gente de la nuestra que está cansada y comienza a ser incoherente mantener la oposición al 155 y no formar gobierno. La gente que rodea a Puigdemont cada vez es más sensible a este argumento, hay que decirlo, pero la decisión es suya. Tiene la sartén por el mango», describen voces de JpC.
Las mismas voces quieren ser optimistas respecto al desenlace y augurar la formación de gobierno, pero añaden que en sus palabras hay un punto de voluntarismo.
«Puigdemont tiene la sartén por el mango», describen en Junts per Catalunya
Desde ERC, la situación es más transparente. No hay lugar a dudas. Los republicanos piden a gritos, y en público, formar gobierno. Su análisis de la situación es que no hay ni un solo argumento que no demuestre que toda solución pasa por recuperar el control de la Generalitat.
El drama de fondo es que hay dirigentes que se atreven a pedir formar gobierno y evitar elecciones, pero nadie se atreve a pedir a Puigdemont que se eche a un lado.