Niños más exigentes, agresivos y retraídos: el efecto de la pandemia en los más pequeños
Seis de cada diez padres nota a sus hijos menos sociables desde que estalló la emergencia sanitaria, según una encuesta del CIS
Uno de cada dos padres en España (el 52,2%) señala que sus hijos han cambiado la manera de comportarse durante el último año, según la encuesta sobre salud mental durante la pandemia del coronavirus publicada esta semana por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Los menores de 18 años son menos sociables ahora que hace un año, según el 62% de los padres consultados. Algo que no tiene gran misterio: durante varios meses en 2020, los niños españoles tuvieron que acostumbrarse a educarse desde casa y pasar más tiempo con sus padres durante el confinamiento, alejados de toda su normalidad social.
Esto ha llevado a muchos progenitores o convivientes a notar cambios negativos en la actitud de sus retoños. Un 26% dice que su hijo tiene escasa tolerancia a los demás; un 41,8% los ve ahora más agresivos que antes; un 45,9% les nota más retraídos; y un 50% señala que se han vuelto más exigentes.
Unicef ha manifestado que la niñez, pese a no ser la principal víctima de la Covid-19, se arriesga a serlo lateralmente, pues sus vidas están «siendo cambiadas de manera profunda» en todo el mundo. La ONG Save the Children advirtió desde el inicio de los confinamientos de la «angustia psicológica duradera» a la que les exponían las duras restricciones.
La OMS también avisó desde la primera etapa de la pandemia que la salud mental de los niños y adolescentes estaba en riesgo y citó ejemplos de España e Italia relacionados con su irritabilidad, cansancio y nerviosismo. Asimismo, el organismo internacional entendía que los niños se exponían a más violencia y abusos si vivían en entornos tóxicos.
Y el Ministerio de Sanidad publicó en octubre un estudio que concluyó que el impacto de la emergencia en este sentido «está por ser evaluado puesto que podrá tener su expresión definitiva a medio y largo plazo», debido a la forma en la que la pandemia ha transformado «la organización de la personalidad y las experiencias emocionales» de la infancia.
Los cambios que notan los padres
Según el estudio del CIS, el 80,2% de los padres o convivientes con niños ha notado cambios en la forma de comportarse de los pequeños desde que comenzó la pandemia, el 78,6% también cita cambios en los hábitos de vida y el 72,7% añade cambios del humor. Menos comunes son los cambios en el sueño o la comida, y en un punto medio está el trato.
Confirman los padres en un 77,2% que los niños se muestran ahora más irritables, y el 71% señala que protestan por cualquier cosa. Otros cambios en la forma de relacionarse con sus mayores son que reclaman mucha atención (según el 65,2% de los padres), contestan continuamente cuando son reprendidos (el 63,8%), se muestran más desobedientes (el 56,7%) y se aíslan con facilidad (el 71%).
Después están los cambios en los hábitos de vida. Más de la mitad de los padres lamentan que desde que comenzó la pandemia «juegan demasiado a la tablet» y el 41,2% se queja de que no hacen ejercicio. Esto se corresponde con el citado informe publicado por Sanidad, que dice que la «disminución de la actividad física con actividades sedentarias y ligadas a las TIC» fue algo notable en la infancia en 2020.
Otros hábitos que a juicio de los padres han cambiado son que ven mucha televisión (lo dice el 53,8% de los progenitores), utilizan mucho tiempo el móvil (el 51,5%), no se concentran al hacer las cosas (el 42%), no quieren salir a la calle (el 39,8%) y hacen vida desordenada (el 27,5%). Por lo contrario, pocos señalan que se nieguen a ir al colegio (el 10,9%) o que abandonen los hábitos de higiene personal (el 13,2%).
Con respecto al sueño, es usual que los padres digan que ahora les cuesta más dormirse o que duermen menos que antes por la noche, mientras que son menos comunes las pesadillas o las siestas durante el día. El 37% dice que su pequeño se lleva el teléfono móvil o la tablet a la cama, no recomendado ni para adultos.
Los niños no actúan todos igual, evidentemente. Por eso es destacable que mientras el 41,9% de los padres ve que sus hijos comen menos o no tienen hambre, el 35,2% más bien dice lo contrario. Algo compartido es que presentan más caprichos con las comidas (el 48,6%), mientras que un 33,3% ha estilado consumir más chucherías en estos tiempos de pandemia.