Nadie quiere el edificio de la Bolsa de Barcelona
La Generalitat se ve obligada a iniciar el proceso de venta directa del inmueble tras decretar desierta su enésima subasta
La Generalitat de Cataluña tiene verdaderas dificultades para vender el edificio de la Bolsa de Barcelona, situado en la milla de oro de la ciudad, Paseo de Gracia. La consejería de Economia i Ocupació, liderada por Andreu Mas-Colell, ha decretado de nuevo desierta la subasta iniciada para intentar colocar el inmueble a un privado.
El objetivo de la operación era aportar oxígeno económico a las arcas catalanas. Concretamente, 88,9 millones de euros. Casi nueve más de lo que pagó la inmobiliaria de Amancio Ortega, Pontegadea, por el edificio que alberga la tienda de Apple en la capital catalana, situado a pocos metros de la bolsa.
Tres edificios en la misma operación
Para hacer más atractiva la transacción, la Generalitat incluyó en el mismo paquete que se ha subastado sin éxito otros dos edificios que tiene en propiedad en el centro de Barcelona. El primero de ellos en el mismo Paseo de Gracia, una parte del Palau Robert (la Torre Muñoz). El segundo era la secretaría de Empleo y Relaciones Laborales, situada en el número 148 de la calle Sepúlveda.
Por los tres inmuebles, pedía 168 millones de euros. Estaban contabilizados en la partida de ingresos extraordinarios de los Presupuestos catalanes de 2014.
Intento de venta desde 2011
La primera vez que Mas-Colell intentó rentabilizar el inmueble de la bolsa fue a finales de 2011, en la primera venta de activos masiva del Govern. El precio mínimo de venta fijado en ese momento fue de 57,4 millones e incluía el arrendamiento del espacio por valor de 4,7 millones anuales.
Esta última parte es la que justificó los primeros rechazos, ya que los inversores que mostraron su interés pretendían cambiar el uso del edificio. Sus 10 plantas y ubicación privilegiada propiciaba su transformación en hotel de lujo, por ejemplo, una de las actividades que protagoniza las últimas grandes transacciones inmobiliarias en Barcelona.
Por eso el precio actual era mayor que el de la primera subasta. El Ejecutivo planteaba mover la actividad del inmueble en como mucho tres años. Los únicos que no han dado su brazo a torcer son los directores de la Bolsa de Barcelona, encabezados por Joan Hortalà. El Govern ha presionado, pero tampoco ha conseguido su visto bueno para trasladar la negociación de títulos de la capital catalana a otro inmueble. El parqué catalán dispone de un usufructo vigente hasta 2030.
Enésima rebaja de precio
El próximo paso que le queda a la Generalitat es intentar la venta directa. La legislación española obliga a las administraciones a alinear por subasta el patrimonio, pero capacita a los Ejecutivos a negociar directamente con los interesados si no consigue ninguna oferta en firme cuando finaliza el concurso público.
Eso sí, la Generalitat se ve forzada a bajar el precio del edificio. El punto de partida será de 71,18 millones y la operación se cerrará en cuanto se pueda. La Generalitat explica que no se ha fijado ningún calendario para completarla.
Déficit público
Este fracaso se suma a la lista de operaciones incompletas que deberían aportar 2.300 millones de ingresos extraordinarios a las arcas de la Generalitat. A un mes y medio del cierre formal del ejercicio, cumplir con este objetivo es casi imposible, con el consiguiente desvío presupuestario que propiciará.
Mas-Colell ya ha admitido que el déficit catalán para este 2014 superará “por mucho” el límite fijado por el Ejecutivo central del 1%.