Moreno desoye el ruego de Casado de salir en su auxilio

El PP andaluz se esfuerza en blindar su Ejecutivo para que esta crisis no le salpique y aparta del horizonte cualquier posibilidad de adelanto electoral

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. EFE/José Manuel Vidal

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“Desde la distancia, desde el Sur, no reconocemos a nuestro partido”. La sentencia la firma Elías Bendodo, consejero de la Presidencia, portavoz del Ejecutivo andaluz y presidente del PP de Málaga, que apenas 24 horas después de que estallara la crisis más grave hasta la fecha en el seno del Partido Popular fijó de este modo la estrategia que se seguirá desde Andalucía.

La posición del PP-A pasa por levantar un muro en Despeñaperros para que nada de esta batalla cuerpo a cuerpo entre Díaz Ayuso y Casado, cuyas consecuencias son inabarcables, salpique al Gobierno autonómico. Si hay que seguir a algún líder en estos momentos, ése será Alberto Núñez Feijoó, presidente de la Xunta de Galicia desde hace 13 años y de un PP que no ha cedido terreno ni a Vox ni a Ciudadanos en el parlamento regional.

“Gestión y alejarnos del ruido”. Con esta orden se ha tocado a rebato en el PP andaluz ante este incierto escenario que está viviendo el partido. No en vano, tras tres años de legislatura y habiendo protagonizado la única coalición de gobierno de éxito junto a Ciudadanos, tras los fallidos matrimonios en Murcia, Madrid y Castilla y León, hasta el pasado domingo, Moreno estaba inmerso en el diseño de una estrategia electoral que en menos de una semana ha recibidos dos meteoritos difíciles de esquivar: la posibilidad de un pacto del PP con Vox en Castilla y León y la abierta acusación de corrupción que el presidente del PP ha formulado contra la presidenta madrileña, un ataque que reaviva la sombra de la falta de regeneración de un partido condenado por el Supremo por lucrarse en la trama Gürtel.

Ambas circunstancias representan hoy munición gratuita para la oposición en Andalucía, que hasta ahora tenía como principal argumento la situación sanitaria, razón por la que este sábado el PSOE, los partidos de izquierdas y los sindicatos han salido de forma masiva a la calle contra el Gobierno andaluz.

Manifestación en Huelva a favor de la sanidad pública y contra el Gobierno andaluz. EFE

Sin dejar de lado la bandera de la sanidad, el miedo a la ultraderecha y la corrupción se incorporan como ejes de la izquierda en la campaña de unas elecciones que, con el actual escenario “a menos que esta crisis se cierre bien en breve y no apunta por ahí la cosa”, se fecharán a final de año, según las voces consultadas por Economía Digital. “Todo se verá en función de cómo evolucione esta crisis, pero si lo de los resultados de Castilla y León habían hecho polvo la estrategia, ahora con este espectáculo no toca hablar de urnas, ni achicharrarse en esta guerra, sino vender gestión, gestión y gestión. Nos jugamos mucho”, subraya una fuente popular.

Es por esta razón que ante el ruego de Pablo Casado, realizado la noche del jueves cuando llamó uno a uno los barones territoriales para exigir o rogar, según el caso, su apoyo en esta pugna fraticida, Juan Manuel Moreno Bonilla haya evitado tomar partido y se haya limitado a pedir “unidad, unidad y unidad”. Lo hizo este viernes en Cádiz, a su llegada a la apertura de las I Jornadas Andaluzas Letras para la Concordia, en torno a la figura y la obra literaria de Rafael Alberti y José María Pemán.

“Hemos caído en la trampa de Miguel Ángel Rodríguez. Ha conseguido darle la vuelta y que la veamos [a Isabel Díaz Ayuso] como víctima cuando de lo que estamos hablando es que ha beneficiado a familiares con unos contratos dados a dedo que se pudieron hacer por la vía de urgencia porque el Gobierno había decretado un estado de alarma que ella tanto atacó. Pero eso es una cosa y otra ser tan torpe manejando esta situación. La dirección ha actuado con mucha torpeza porque esto iba de boca en boca desde noviembre pasado hasta que Miguel Ángel le ha dado la vuelta al relato. En cualquier caso, una cosa es ser torpe, y aquí lo es Casado, y otra cosa es ser corrupta, que es de lo que se le acusa a ella”, compara una fuente del PP consultada por este medio.

“San Telmo y Génova empezaban a entenderse”

Es sabido que Juan Manuel Moreno Bonilla, que aquellas primeras del PP apoyó abiertamente a Soraya Sáenz de Santamaría, es alérgico a las intrigas orgánicas o, al menos, que prefiere delegar esta función en la persona de su mayor confianza que domina como pocos la fontanería del partido, Elías Bendodo.

El dirigente malagueño ha protagonizado con Teodoro García Egea, secretario general del PP, sonoros desencuentros, agravados desde que Génova entró de lleno en el diseño de las candidaturas de los congresos provinciales la pasada primavera y que vivió su momento de más tensión con el enfrentamiento de las dos candidaturas para liderar el PP de Sevilla, que se resolvió a favor de la dirección nacional del partido.

Teodoro García Egea protagonizó una sonora batalla en Andalucía con Elías Bendodo, mano derecha de Juanma Moreno, por las listas provinciales

Si bien esa batalla la ganó el tándem Casado-García Egea, la última fue un tanto a favor para Moreno-Bendodo y se trataba de la negativa del presidente andaluz a forzar el adelanto electoral en Andalucía que le rogaba su líder nacional y que sí logró con Fernández Mañueco en Castilla y León, un adelanto ideado teóricamente para  que le sirviera de catapulta en su camino a las generales contra Pedro Sánchez que hoy parece más lejos que nunca.

“Precisamente esta crisis llega cuando las aguas se habían calmado y Teodoro y Elías habían encauzado las relaciones y se habían reunido un par de veces”, ilustra una fuente popular a este medio. Si esta resintonización se produjo entre Génova y San Telmo, sede del Gobierno andaluz, las declaraciones públicas realizadas las últimas horas desde el Gobierno andaluz no dejan lugar a dudas: de momento, no se toma partido por ninguno de los dos. “No me interesa ningún ruido que haya” ni “ninguna cosa que sea ajena” a Andalucía”, declaró Moreno la misma mañana en que Ayuso y García Egea abrieron en canal el partido.

Por otro lado, entre los sonoros silencios que deja esta batalla sorprende el de Juan Bravo, consejero de Hacienda y Secretario de Empleo y Pensiones en la Ejecutiva de Pablo Casado. De hecho, son pocos los diputados populares que han explicitado en público su posición. A través de Twitter, el más destacado es el del cordobés José Antonio Nieto, portavoz del Grupo Popular en el Parlamento de Andalucía y ex secretario de Estado de Interior en tiempos del ministro Juan Ignacio Zoido.

“Llevo 30 años militando en el PP de Córdoba y he tenido momentos buenos y malos, fáciles y difíciles… pero siempre he sabido que la clave es defender las siglas y el proyecto con lealtad sobre el interés particular y seguiré haciéndolo, como hacen Pablo Casado y Juanma Moreno”, mensaje que ha encontrado respaldo en la misma red de Fran Hervías, ex secretario general de Ciudadanos y fichaje de García Egea, secretario general del PP,  para la estrategia de trasvase de dirigentes de Ciudadanos al PP.

Por su parte, el ex ministro de Interior y eurodiputado Juan Ignacio Zoido, también ha fijado en público su adhesión a Pablo Casado. “La situación es la que nadie en el PP hubiera querido, pero en los momentos más complicados hay que dar explicaciones con transparencia, datos y honestidad, y así lo ha hecho Pablo Casado. La verdad solo tiene un camino y todo debe quedar zanjado cuanto antes.

Especialmente significativo, aunque fuera lo esperado, fue la ausencia este jueves de ningún cargo ni dirigente del PP andaluz en la presentación en Sevilla del libro ‘Políticamente indeseable’, de Cayetana Álvarez de Toledo que, apenas horas después de que estallara la tormenta, pidió públicamente la dimisión de Pablo Casado como presidente del PP y la celebración de un congreso nacional que diera de voz a la militancia.

Juan Marín: “García Egea empezó dinamitando varias comunidades”

A falta de que las encuestas que se hagan a partir de ahora arrojen algo de luz sobre cómo esta crisis ha afectado al voto del PP en Andalucía, en Ciudadanos empiezan a pensar que si hay un trasvase de votos no todo va a ir a parar a Vox, ya que hay un votante de centroderecha que nunca votará al partido de Santiago Abascal.

Con todo, en declaraciones a Onda Cero, Juan Marín, vicepresidente del Gobierno andaluz y líder de Ciudadanos a nivel regional, evitó pescar en aguas revueltas y se centró en señalar al que considera artífice de este desastre de dimensiones mayúsculas.  “García Egea empezó dinamitando varios gobiernos autonómicos como Murcia o Madrid y sólo le quedaba destrozar su propio partido”. Para Marín, “convocó unas elecciones absurdas e innecesarias en Castilla y León y cuyo objetivo era destrozar a Ciudadanos. Pensaba que sacarían mayoría absoluta y no pudo. No sé si es el momento de ir a por la líder del PP mejor valorada”, expuso.

Cabe recordar que este mismo lunes, con los resultados de Castilla y León sobre la mesa, Marín atacó públicamente a Casado por “entregar a la extrema derecha el Gobierno de Castilla y León”, crítica que soliviantó a algunos de los diputados autonómicos de la formación naranja, que hicieron público su malestar en las redes sociales. Los diputados de Ciudadanos, encuadrados en la corriente crítica con Marín, consideran que los “ataques” del líder andaluz de su partido al PP y a su jefe nacional son perjudiciales para el Gobierno andaluz. Uno de los críticos fue Sergio Romero, portavoz de la formación hasta el pasado verano, cuando Marín reorganizó los cargos de su partido.

Moreno, ¿la tercera vía?

La profundidad de la herida que deja esta guerra abierta en el PP, no obstante, ha puesto en órbita la teoría de la tercera vía como forma de renovar y reconciliar un partido que hoy está escenificando un espectáculo que supera con creces aquella cruenta batalla en el seno del PSOE Susana Díaz-Pedro Sánchez. En su intervención, Núñez Feijoó dejó abierta la posibilidad de, si no hay una pronta solución, celebrar un congreso extraordinario.

Si bien todas las miradas señalan al presidente gallego, algunas voces a nivel nacional miran también a Moreno como el dirigente capaz de conciliar posturas. La falta de apego de Moreno por las intrigas orgánicas desvanecen a priori que tenga ímpetu suficiente para emprender un camino de estas características, salvo por que a su lado se encuentra Elías Bendodo, un perfil fajado en el partido y con ambición suficiente de seguir acumulando poder y autonomía en el partido.

Con todo, esta opción se antoja muy remota, entre otras cosas porque antes de dar este paso Moreno tendría que consolidarse como presidente del Gobierno andaluz y eso sólo sería posible con un rotundo resultado en las urnas, que le evite la entrada de Vox en su Gobierno y le permita reeditar el gobierno de coalición con Ciudadanos, toda vez que la mayoría absoluta es una aspiración tan irreal como la inmolación de las siglas del PP que han hecho Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso a las puertas de unas elecciones en Andalucía cuyo resultado hoy es absolutamente incierto.

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