Montoro saca el hacha para recortar por sorpresa 2.000 millones
El ministro asume que España podría recibir una sanción de la Comisión Europea y mete presión a las autonomías antes de negociar con ellas los objetivos de déficit
¿Hay o no un Gobierno? ¿Se debe o no someter un Gobierno en funciones a la fiscalización del Congreso? En cualquier caso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha visto las orejas al lobo y ha anunciado un hachazo por sorpresa de 2.000 millones de euros en el gasto de la administración central.
Montoro lo ha explicado tras el Consejo de Ministros con el objetivo de que las comunidades autónomas tomen nota. El Gobierno no quiere que la Comisión Europea (CE) sancione a España, por el incumplimiento del déficit, aunque la advertencia de las autoridades europeas se centraba más en la reducción del déficit de las autonomías.
Montoro ha querido iniciar el recorte con la administración central para poder presionar ahora a las autonomías, con las que debe negociar, este mismo viernes, los objetivos de déficit para 2016, en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Recorte sin afectar a las partidas sociales
El Gobierno es consciente de que se le ha disparado el déficit, en un año, además, de fuerte crecimiento, que debía haber sido aprovechado para reducirlo. El recorte del gasto, según el acuerdo del Consejo de Ministros, no afectará a las partidas sociales como las pensiones o la prestación por desempleo.
Del total, unos 950 millones se recortarán de la partida de activos financieros de los ministerios de Economía, Industria y Fomento. Y el resto, de forma proporcional entre el resto de ministerios.
El déficit de 2015 se cerró en el 5% del PIB, frente al objetivo del 4,2%. Para 2016 el objetivo marcado por la CE es del 2,8%. Pero ante la imposibilidad de acometerlo, el Ejecutivo quiere renegociarlo para lograr el 3,7%. Pese a eso, si lo consigue, el esfuerzo para reducirlo será importante.
Duro debate con las comunidades
Montoro se verá las caras este viernes con los consejeros de economía de las comunidades autónomas. Tres de ellas, Cataluña, Baleares y Castilla-León, rechazan cumplir los objetivos, con gobiernos de distinto color político. El debate se prevé intenso.
Las autonomías cerraron 2015 con un déficit del 1,7%, frente al objetivo del 0,6%. Los ayuntamientos, en cambio, lograron un superávit del 0,4%. Respecto a la administración central, el déficit fue del 2,5%, mejor del 2,7% fijado.