Montoro negociará a contra pelo con las autonomías
Los pactos se harán comunidad por comunidad tras analizar la flexibilidad del déficit siempre que Bruselas permita un año más de margen. Preparan las bases de un nuevo modelo de financiación autonómica
El ministro Cristóbal Montoro ejerce como titular de Hacienda con mano de hierro, aunque sigue en funciones. Pero es consciente de que no puede ahogar a las comunidades autónomas y que debería encontrar una solución.
Por ello, sorteó este viernes la presión de los consejeros autonómicos de Economía, en el Consejo de Política Fiscal, ofreciendo un trato bilateral con cada una de ellas, en función de cada situación. Antes, sin embargo, anunció un recorte de 2.000 millones, por parte de la administración central, para predicar con el ejemplo y amedrentar a las autonomías.
No hay cambios, sin embargo, en los objetivos oficiales, a la espera de lo que dicte la Comisión Europea (CE), a quien se le pedirá un año más de margen. Montoro también se vio forzado, aunque es plenamente consciente de ello, a preparar las bases de un nuevo modelo de financiación autonómica.
La paradoja es que todas las administraciones públicas se deben esforzar para cumplir con los objetivos de déficit, con un gobierno que está en funciones, y con unas nuevas elecciones previstas para el 26 de junio.
Es Montoro quien gobierna, actúa de presidente del gobierno en la práctica, porque sabe que a alguien deberá entregar el 30 de abril el plan de estabilidad para los próximos años a la CE.
Revisión de la financiación
Los consejeros autonómicos se plantaron y se negaron a aplicar nuevos ajuestes. Los más beligerantes fueron los de Cataluña, Baleares y Castilla-León, pero también Andalucía marcó el terreno.
En el caso de Cataluña asistió Raül Romeva, consejero de relaciones institucionales y supuesto ‘ministro’ de Exteriores de la Generalitat, en sustitución de Oriol Junqueras, que se encuentra en Roma y que, préviamente, había enviado una carta a Montoro negándose a cumplir los objetivos de déficit.
Ante el aluvión de críticas, Montoro ofreció a los consejeros trabajar de forma conjunta, en reuniones bilaterales, para avanzar en cada caso, y cumplir las normas de estabilidad presupuestaria, a la espera de obtener más tiempo por parte de Bruselas.
También explico –ahora, con un gobierno en funciones– que el Ejecutivo ha aprobado la creación de un comité de expertos para trabajar en la revisión de ese plan presupuestario y del modelo de financiación autonómica, pero sin ceder a la petición de flexibilizar en el déficit que piden las autonomías.
Presupuestos aprobados
La mayoría de los consejeros incidieron en una cuestión: no desean recortar en sus presupuestos, porque, además, ya los tienen aprobados.
Desde María Jesús Montero, por parte de Andalucía; Juan Alfonso Ruiz, de Castilla-La Mancha; o Vicent Soler, de Valencia, todos insistieron en eso, con excepciones, como Engracia Hidalgo, de Madrid, quien, sin embargo, se unió a la idea de pedir a Bruselas una mayor flexibilidad.
La confrontación se basa en interpretación de las cifras. Para Montoro, no se trata de que las autonomías deban recortar.
Lo que pide es que no aumenten el gasto, que aprovechen los mayores ingresos, derivados de mejores previsiones de recaudación, y la menor factura por los intereses de la deuda, gracias al fondo de liquidez autonómico.
Con todo eso, «se acercarían» a los objetivos de déficit marcados, del 0,3% para 2016.