Montoro aprieta el nudo que ata a Junqueras a la liquidez del FLA
Rechaza la petición del conseller de Economía de pasar parte de la deuda a corto plazo a largo plazo para "evitar agravios comparativos"
El ministro Cristóbal Montoro se suelta el pelo. De hecho esa es su gran virtud y su gran defecto, el dejarse ir en los foros más inesperados. Esta vez lo ha hecho en el marco de Foment del Treball, acompañado del vicepresidente del ejecutivo catalán, Oriol Junqueras, con quien está limando asperezas a base de almuerzos y reuniones. Montoro ha atado de nuevo a la Generalitat a la liquidez del FLA, y rechaza que parte de la deuda a corto palzo, que debe pagar el gobierno autonómico, pase a largo, con el argumento de que se debe evitar «agravios comparativos».
Aunque está de salida, –él mismo asegura en las últimas semanas que no quiere seguir en la primera línea política– Montoro ha insistido en que el Gobierno de Mariano Rajoy ha logrado que todas las comunidades con problemas tengan liquidez gracias al FLA, un fondo pensado para que perdure en el tiempo, aunque se creyó que sería circunstancial. Lo será hasta que se aplique un nuevo sistema de financiación, que el ministro prepara, pero que exigirá tiempo.
En la sede de Foment, donde Montoro ha almorzado con Junqueras y la ejecutiva de la patronal, el ministro de Hacienda ha anunciado el desbloqueo del FLA del segundo trimestre de este año. Pero no se ha comprometido para nada en la idea de Junqueras de transformar los vencimientos de deuda pública a corto plazo, por un valor de 1.600 millones de euros.
Junqueras recuerda la promesa de De Guindos
Esa cantidad, para el conseller de Economía, se podría transformar en títulos a largo plazo, con el ahorro consiguiente en los intereses para la Generalitat. «Estudiaremos con las entidades bancarias cómo hacemos frente a vencimientos a corto plazo, no se trata de que haya ningún agravio comparativo con otras comunidades», ha sentenciado Montoro.
Lo que ocurre es que Junqueras ha hablado también con el ministro de Economía, Luis de Guindos. Y, según el conseller, lo que hará ahora es recordar «los compromisos adquiridos». De Guindos, más flexible que Montoro, le dio esperanzas a Junqueras.
El Gobierno del PP, en todo caso, acaba flexibilizando su postura, aunque, inicialmente, quiere mostrarse duro con las autonomías porque se sabe vigilado por la Comisión Europea, con la orden taxativa de reducir el déficit.
Reforma fiscal, pendiente de la CUP
Junqueras, que ha dedicado toda la mañana a Foment, participando en unas jornadas sobre la reforma de los impuestos sobre el partrimonio y sucesiones y donaciones, ha insistido en que la reforma fiscal que podría plantear «no tiene efectos positivos o negativos, porque depende siempre del contexto, de la situación económica».
Pero ha rechazado que vaya a implementar una subida de impuestos, como le pide la CUP. Lo que propone es «una reforma para rebajar el impuesto del IRPF en las rentas más bajas, y dependerá de las negociaciones en el Parlament». Con ello, Junqueras deja en manos de la CUP una posible subida, si esa es la condición para aprobar los presupuestos, unas cuentas que presentará el conseller este martes en la cámara autónomica.
Montoro, en la reunión en Foment, se ha dedicado a destacar la reducción del déficit por parte del Gobierno, desde el 9,3% en 2011, al 5% en 2015. Pero ha negado que Mariano Rajoy se haya comprometido a acometer nuevos recortes en una carta a la Comisión Europea. Sin embargo, el ejecutivo del PP necesita lograr la confianza de Bruselas, a la espera de los resultados de las elecciones del 26 de junio.