Moncloa se fija como objetivo que Yolanda Díaz supere a Vox

El Gobierno no cree que Sumar reste votos al PSOE y que la supervivencia de la coalición dependerá de quién quede tercero en las generales

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz durante la presentación de su candidatura de Sumar a las elecciones generales en el polideportivo Magariños de Madrid. EFE/ Víctor Lerena

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La situación de tripartito formal que se vive en el Gobierno de España desde hace 48 horas, tras la presentación de la candidatura a las elecciones generales de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, por su partido Sumar y donde no está integrado Podemos no es algo que preocupe demasiado al ala socialista del Consejo de Ministros. Fuentes de Moncloa admiten que la formación liderada por la ministra de Políticas Sociales, Ione Belarra, no está en su mejor momento y, aunque «lo mejor» sería que entendiera con Sumar, «la capacidad tractora del proyecto de Yolanda Díaz depende mayoritariamente de ella».

Voces del Gobierno insisten en que la guerra de la izquierda que están viviendo en su propio seno, con los ministros de Unidas Podemos partidos en dos -Alberto Garzón de la cuota de IU, y Joan Subirats, de los comunes, han mostrado su apoyo a Díaz, frente a la propia Belarra e Irene Montero-, no es ruido, sino «movimiento». Y eso, la movilización del espacio progresista, es «bueno».

«Sumar acaba de empezar. Tiene tiempo», comentan desde el Gobierno, que valoran esa «capacidad tractora» positivamente, porque a ellos les «viene muy bien». Sobre todo, por cómo se está viviendo en el Partido Popular. Porque esto, al fin y al cabo, para Moncloa no se trata más que una guerra de bloques, de tickets, de espacios. La coalición -y por ende, el Gobierno- dependen de que los dos actores implicados sumen lo suficiente. Fue, de hecho, el planteamiento con el que el presidente Pedro Sánchez desplegó la moción de censura de Ramón Tamames y Vox: al más puro estilo norteamericano, con un primer espada y un segundo rol de contrapunto.

O PSOE y Sumar, o PP y Vox

Ese es el marco que le conviene al PSOE y que está tratando implantar: remarcar el hecho de que, tal y como está configurado el espacio electoral ahora mismo en España, nadie sumará solo. Y, así, razonan, votar al PP y a Alberto Núñez Feijóo es lo mismo que votar a Vox. Su estrategia pasa por plantear la disyuntiva de mantener el Gobierno actual de coalición, sustituyendo a Unidas Podemos por Sumar, o que los nuevos habitantes de la Moncloa sean los mismos que los del Gobierno de la Junta de Castilla y León, con un presidente del PP y un vicepresidente de Vox.

«Los dos partidos que están arriba son PP y PSOE», afirman fuentes del Gobierno. «Después, están Vox y Sumar. Son dos ligas, dos divisiones». Ahí, en ese tercer puesto, es donde se lo juegan todo, tanto unos como otros. Y ese es el objetivo final de Moncloa. Porque no se restan votos entre sí dentro de esos equipos, sino que amplían márgenes, considernan.

Esto, a sus ojos, se aplica ya a mayo, con la formación de gobiernos autonómicos. Pero en las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes Sumar no estará presente y muchos de los partidos que sí han apoyado expresamente a Díaz son competidores de Podemos. Será el primer test de las fuerzas.

El rol de Podemos

Podemos ha pasado al ataque directo a Yolanda Díaz, al acusarle de no querer la unidad y ha exigido que los morados tengan «un rol relevante» en su proyecto electoral y que Irene Montero esté en el equipo de Sumar junto a la vicepresidenta segunda, un posicionamiento que escala en el nivel de tensión entre las dos partes y les aproximan más a la ruptura.

La resaca del acto en el que echó a andar la candidatura de Díaz con la ausencia de Podemos ha tensado mucho la cuerda hasta el punto de que a la aspirante a la Presidencia del Gobierno ya no le parece una tragedia ni un fracaso que los morados se descuelguen y vayan a las elecciones por su cuenta, unas afirmaciones que han escocido mucho a los de Podemos. Por eso, Belarra volvió a la carga este martes, insistiendo en que la líder de Sumar «no está claramente comprometida con la unidad».

Los morados siguen exigiendo un compromiso con las primarias abiertas para involucrarse en el proyecto de Díaz, que no cree que ese sea el verdadero motivo por el que se descolgaron del acto del Magariños ya que en celebrar primarias están todos de acuerdo y además Podemos está también demandando que la vicepresidenta haga campaña por Podemos el 28-M. Es una reclamación que parece difícil de cumplir porque los partidos que en principio apoyan la propuesta electoral de Díaz, alrededor de una docena, que son los que asistieron al lanzamiento de su candidatura, serán en muchos casos competidores entre ellos. Sería hacer campaña por unos sí y otros no.

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