Milián Mestre: «España necesita un López Burniol o Ana Pastor como presidentes»
El político y periodista, uno de los fundadores del PP, reclama un gran acuerdo para el Gobierno, con figuras independientes o "profesionales" que eviten un descalabro económico y social
Está fuera, pero sigue dentro. Se fue, pero contacta con todos, y mantiene sus tesis de siempre. Manuel Milián Mestre (Forcall, els Ports, 1943) sigue herido por José María Aznar, y ese es el reproche de sus adversarios internos relacionados con el PP, la insistente referencia al ex presidente del Gobierno. Pero Milián Mestre tiene sus razones.
Tras participar activamente en las negociaciones entre el PP y CiU que dieron su resultado en los pactos del Majestic, en 1996, insiste en que lo que ocurrió en la siguiente legislatura, con la mayoría absoluta de Aznar, rompió uno de los últimos puentes entre Cataluña y el resto de España, y la posibilidad de avanzar de forma conjunta.
Tras la negativa de Mariano Rajoy a aceptar el encargo del Rey Felipe, para ser investido en el Congreso, sabedor de que no tiene votos suficientes, se abre un periodo de intensas negociaciones. Milián Mestre, en una entrevista con Economía Digital, lo tiene claro:
«En estos momentos, y dando por descontado que Rajoy está quemado, España necesita ahora un López Burniol o Ana Pastor, perfiles de dirigentes que puedan reunir el consenso de los dos principales partidos, del PP y del PSOE, y también de Ciudadanos, y que se busque cómo afrontar las reformas que se precisan», asegura.
El que fuera el hombre de Manuel Fraga en Cataluña, y uno de los impulsores, desde el minuto uno de una fuerza política de derecha que afrontara la democracia con un proyecto propio –lo que derivaría en el PP—hace referencia a dos personas que surgen de forma reiterada en la conversación.
Reforma con un periodo de tiempo pactado
«Juan José López Burniol (notario, muy presente en Cataluña desde hace años en distintos medios de comunicación) representa una forma de entender la política, es catalán, y tiene una extraordinaria formación». Milián Mestre entiende que al citar ese nombre ofrece una idea «de lo que necesitaría ahora España con urgencia, vista la situación de bloqueo».
La otra apuesta es otra fórmula posible, más realista: «Si debe ser alguien del PP, no veo otra persona que Ana Pastor, la ministra de Fomento, que ha sido la más profesional de todo el equipo de Rajoy», asegura, «y que goza del respeto de socialistas y populares».
Todo ello pasaría por «un gobierno que afrontara las reformas necesarias, también una posible reforma constitucional, y por un periodo de tiempo corto, acordado, que evite un descalabro económico y social, porque la inestabilidad siempre se penaliza».
La responsabilidad del nacionalismo catalán
Milián Mestre se ha acercado al soberanismo en los últimos años. No para abrazarlo, sino para constatar que, a su juicio, los gobiernos españoles «no han entendido nada». La idea surge una y otra vez desde las posiciones más moderadas del nacionalismo catalán y de los partidos de ámbito estatal: un nuevo acuerdo de «encaje» de Cataluña en España.
Pero este veterano político, que decidió dar un portazo al PP cuando no le reconocieron su papel de mediador, a su juicio, y lo relegaron en las listas al Congreso en 2000, reparte las responsabilidades.
«Aznar no quiso saber nada a partir de su mayoría absoluta de 2000, y, desde entonces, estamos así, porque se degradaron mucho las relaciones, al apostar luego por Rajoy por su ‘posición sobre los nacionalismos’, claramente insensible, pero es cierto que CiU no quiso entrar en el Gobierno entre 1996 y 2000, y hubiera sido muy importante para no romper los puentes, para mandar desde el Ejecutivo».
Gobernantes catalanes, siguiendo el ejemplo de Canadá
Milián Mestre apunta: «Jordi Pujol vetó la entrada de Miquel Roca en el Gobierno, y si hubiera entrado, yo creo que ahora no estaríamos en esta situación». Su crítica es también demoledora contra Artur Mas. «Mas puso la directa, y se equivocó, llevó las cosas por el camino de la emoción, y no de la razón, y los puentes se han acabado de romper».
El político y periodista para el balón e insiste en un mensaje: «Debería dirigir España un catalán, no se entiende que la comunidad más avanzada del país, en muchos aspectos, no pueda ofrecer a su mejor gente para gobernar el conjunto de España. Se ve bien que gallegos o andaluces monopolicen los ejecutivos, pero no que los catalanes lo hagan, aunque hay que pedir también que los políticos catalanes asuman esa responsabilidad, como ha ocurrido históricamente en Canadá, con gobernantes federales del Quebec, como Pierre Trudeau o Jean Chrétien».