Miguel Tellado (PP): «Cuca Gamarra está llamada a altas responsabilidades nacionales»
El vicesecretario de Organización del Partido Popular analiza en una entrevista con Economía Digital el futuro de sus cuadros. No asegura la continuidad de Alejandro Fernández o Cayetana Álvarez de Toledo: "No es el momento de hablar de personas"
A Miguel Tellado (Ferrol, 1974) aún se le hace grande la ciudad de Madrid a ratos y sigue soñando con el mar, como buen gallego. En pleno verano, con una ola de calor abrasadora, el ritmo de trabajo para el nuevo vicesecretario de Organización del PP, que equivaldría al número 4 del organigrama nacional, no ha aflojado ni un poco. A los congresos por celebrar en autonomías se le suma el proceso de reilusión del partido por toda España tras un proceso traumático a nivel orgánico, con la salida de Pablo Casado y su equipo.
Tras los tres primeros meses de rigor desde su desembarco, y con el viento a favor, según dibujan todas las encuestas, la nueva dirección del Partido Popular ha puesto la velocidad de crucero: quieren llegar a la Moncloa y saben que la mejor manera de allanar el camino para su presidente, Alberto Núñez Feijóo, es sin parar de visitar todos los cuadros. El encargado es, claro, Tellado. Y así lo analiza en esta entrevista con Economía Digital.
P: ¿Cuál es su balance de los 100 primeros días al frente del partido? ¿Cómo son las sensaciones?
R: En 100 días hemos puesto en marcha un nuevo equipo de dirección en el Partido Popular, para tomarle la medida a la organización y constituirnos en una alternativa real de gobierno a Pedro Sánchez. Es a lo que hemos dedicado todo este tiempo. No, no basta con ser oposición, no basta con ser quien más critica al Gobierno, sino que la gente espera de un partido como el Partido Popular que seamos alternativa real. Y para ello hay que hacer propuestas. No ganaremos las próximas elecciones generales por ser quien más grite o por ser quien más y mejor proteste.
Hoy tenemos enfrente al primer Gobierno de coalición en nuestro país, probablemente es el más roto y más dividido de la historia democrática de España. Un Gobierno que son varios gobiernos en sí mismos. Un Gobierno que, además, desde el punto de vista parlamentario, está muy condicionado por sus socios de investidura y que es rehén de esos acuerdos. Frente a eso, nuestra alternativa tiene que ser la construcción de un proyecto único y unido que permita devolverle al país la estabilidad que se ha perdido en los últimos años. Y no digo desde la llegada de Pedro Sánchez, sino desde que se fragmentó el escenario parlamentario de nuestro país, allá por el año 2015.
P: ¿Cómo se define ahora el PP ideológicamente? ¿Se ha movido de la definición que daba la anterior dirección de ser «un partido de centroderecha, liberal, conservador y reformista»?
R: El Partido Popular es el PP de siempre e ideológicamente no nos hemos transformado en nada distinto. La coyuntura política actual ha provocado que el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo sea capaz de recibir votos de ciudadanos que en otros momentos elegían al PSOE, elegían a Ciudadanos o incluso elegían a Vox. El principal éxito de Feijóo es liderar un proyecto político de una base social y electoral más amplia que el proyecto anterior. Y que eso permite que socialistas desencantados, votantes de Ciudadanos y votantes de Vox hoy sientan sus aspiraciones reflejadas en el proyecto que lidera Feijóo.
P: Si hay algo que ha cambiado más en esta nueva etapa del PP es que tiene una vocación mucho más autonomista.
R: El PP, para ganar elecciones, tiene que ser un partido que se parezca a la España real, y España es un país descentralizado. España es un país plural, diverso y tenemos que funcionar como organización política desde esa pluralidad y descentralización que representa a nuestro país. Tratamos de funcionar así, escuchando a las direcciones de todos los territorios: autonómicas, provinciales y también a las locales. No acertaríamos si pensásemos que España es una realidad única. España es muy diversa y hay muchas Españas.
«No acertaríamos si pensásemos que España es una realidad única. España es muy diversa y hay muchas Españas».
P: Ahora mismo están inmersos en un proceso de renovación de cuadros y el presidente les encargó tanto a usted como a Elías Bendodo, coordinador general, un informe de situación. ¿Cuáles son las conclusiones de ese informe?
R: En los distintos territorios faltaban distintas comunidades por celebrar congresos autonómicos. En 100 días hemos conseguido celebrar cuatro de ellos, cuatro autonómicos, Galicia, Madrid, Extremadura y Murcia. Nos quedan todas las comunidades uniprovinciales: Asturias, Cantabria, Navarra, La Rioja y los congresos de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Urge: las elecciones están a la vuelta de la esquina en 11 meses y necesitamos actualizar no solo las direcciones del partido, sino el proyecto político en cada uno de los territorios, para ser capaces de que la inmensa mayoría de los ciudadanos se sientan representados en esos proyectos. Renovar líderes, renovar equipos y renovar proyectos que tienen que beber de cada uno de los territorios.
P: ¿Eso implica romper con lo anterior?
R: Implica hacerlo bien y acertar a la hora de promover estos proyectos de renovación. No hay proyecto de renovación posible sin escuchar a los territorios y a los afiliados. El camino es conocer qué es lo que se demanda en cada circunscripción territorial para, entre todos, acertar. No se trata de romper con nada. Somos un gran partido con 40 años de historia. Es lo que nos diferencia de otros proyectos políticos. Nosotros somos un partido político. Hay otros proyectos que son simplemente marcas, con un líder y una cuenta de Twitter.
Somos un partido que tiene una estructura territorial, que tiene presencia territorial y capilaridad en el territorio. Podemos no gobernar en una comunidad autónoma, pero estamos presentes a nivel autonómico, provincial, local. Estamos presentes en barrios, en parroquias, en distritos. Esa es la gran potencia de nuestro proyecto político. Somos un proyecto político vertebral sin el que no se podría entender la historia de España, un partido al servicio de un país y de una democracia. Nacemos con la Constitución. Somos un partido que en determinados momentos hemos sido claves para sacar al país de situaciones delicadas. Lo fuimos en el 96 con José María Aznar, lo fuimos después con Mariano Rajoy y estoy seguro que lo vamos a volver a hacer con Alberto Núñez Feijóo en estos momentos.
P: ¿Cuáles son las comunidades autónomas prioritarias para las elecciones autonómicas de mayo?
R: No podemos hablar de comunidades autónomas prioritarias. Primero, porque prioritarias son todas y salimos a las elecciones a ganar en todas las comunidades. Pero es verdad que hay algunas donde puede ser más sencillo que en otras, pero no renunciamos a absolutamente nada.
P: ¿Cuáles son las que tienen más probabilidad de reconquistar?
R: En Comunidad Valenciana, por higiene democrática y por salud democrática, es evidente que es el caso donde es más sangrante y es imprescindible que haya un cambio de gobierno.
P: ¿Qué sucede en otras, como Castilla-La Mancha?
R: El PP ha ganado opciones de gobierno en casi todos los territorios de España. Ese cambio, que hace unos meses no era tan factible, hoy puede serlo, porque la imagen de marca de nuestro partido ha mejorado mucho a lo largo de los últimos meses y porque, además, ese proceso ha ido aparejado con un desgaste del PSOE, que se hace patente no sólo en el proyecto nacional, sino en los proyectos autonómicos. El desgaste que vive el Gobierno de España acarrea también una mala situación para la propia marca y para los barones del Partido Socialista en todo el territorio.
P: La semana que viene tres de sus presidentes autonómicos se reúnen con Pedro Sánchez: Alfonso Rueda (Galicia), Alfonso Fernández Mañueco (CyL) y Juanma Moreno (Andalucía). Cada uno tiene un estilo muy diferente y también una reivindicación muy distinta en el tema de la financiación autonómica. ¿Tiene el PP un modelo único de financiación autonómica?
R: Nosotros somos un proyecto nacional y defendemos un proyecto para el conjunto del país. España es un país descentralizado, con realidades sociales y económicas muy distintas según el territorio. A la hora de abordar la financiación autonómica, se debe buscar un sistema que financie servicios y la prestación de servicios a personas, no a territorios, ni que se base en la contraprestación al apoyo que determinados partidos o determinados territorios prestan al gobierno de Pedro Sánchez.
Si el criterio es financiar el coste real de los servicios en el territorio, ahí será fácil encontrar un acuerdo. El modelo de financiación de nuestro país responde a un acuerdo adoptado por un Gobierno socialista con la Generalitat de Cataluña y que, en base a ese acuerdo que sólo interesaba al PSOE para contar con el apoyo de los nacionalistas catalanes para mantenerse en el Gobierno, se ha perjudicado a una inmensa mayoría de comunidades. Hay que trabajar en un modelo consensuado con todas las comunidades autónomas retomando el diálogo multilateral. El Gobierno español se tiene que sentar con todos las comunidades autónomas. No con algunas, no con una únicamente.
«La financiación territorial debe basarse en la prestación de servicios a personas, no a territorios. Hay que trabajar en un modelo consensuado con el diálogo multilateral autonómico»
P: Si el PP sigue ese camino, se acabaron las mesas de diálogo, se acabaron las comisiones bilaterales, la negociación bilateral de la financiación.
R: La negociación bilateral tiene sentido cuando sólo afecta lo que está en cuestión a una parte. Pero cuando estamos hablando de algo que afecta a todos, hay que sentar en la mesa a todos. El Gobierno se basa en un sectarismo y en un uso partidista de las instituciones en favor del PSOE, que no tiene ningún sentido para hablar de financiación autonómica.
Tienen que estar todas las comunidades sentadas en la misma mesa, porque, si no, lo único que pretende el Gobierno es buscar un trato de favor que rompe el criterio esencial: la solidaridad territorial que está contemplada en la propia Constitución Española.
P: ¿Cómo afronta el PP la solución en Cataluña? El constitucionalismo lo ha absorbido primero Ciudadanos y después el PSC. ¿Qué piensa hacer primero el PP en Cataluña, tanto con sus liderazgos, su políticas, su discurso?
R: Si uno echa la vista atrás, puede recordar que Cataluña era, hasta hace unos años, el motor económico de España y una comunidad autónoma referente. Hoy ha dejado de serlo por culpa de juegos independentistas que han generado una tremenda inseguridad económica, inseguridad jurídica, falta de confianza. En España tenemos que volver a hacer política seria, política de verdad. La solución para Cataluña es pensar que Cataluña es una parte de España muy importante, que tiene que tener un encaje dentro de España y dentro de la Constitución Española, que es el marco que nos hemos dado.
P: Sin reformas constitucionales.
R: Cualquier otra solución pretende garantizar el apoyo de los independentistas a la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España. Y eso es un error. Sánchez, en ese ansia personal de resistencia permanente, se ha cargado la convivencia de nuestro país y la conciencia política. Y se ha cargado incluso al PSOE. Ni los socialistas reconocen al PSOE en el Partido Sanchista en el que hoy se ha convertido.
P: Pero en Cataluña los votantes constitucionalistas, que en teoría son los que votaron antaño a Ciudadanos, están votando al PSC ahora. ¿Qué diagnóstico hacen? ¿Por qué el PP tiene cuatro diputados y en Barcelona tres regidores?
R: Si tenemos un mal resultado, la culpa es nuestra y tenemos que analizarlo internamente. Pero no todo se mide en base a estrategias electorales: de nada sirve sacar un buen resultado en Cataluña si tú lo que estás haciendo es generar el momento de mayor conflictividad social de Cataluña. No creo que Pedro Sánchez haya arreglado ningún problema en Cataluña. En Cataluña lo que ha habido es un intento de golpe de Estado que lo ha frenado un Gobierno presidido por Mariano Rajoy, utilizando las herramientas constitucionales previstas para una situación de ese tipo.
Sánchez se equivoca. Se apoya en los elementos más radicales del mapa político español para mantenerse en el Gobierno. Convertir a Esquerra Republicana y a Bildu en los partidos que sustentan al Gobierno de España es un error imperdonable que la historia de nuestro país pondrá en su sitio. Al PSOE les pasará factura.
P: ¿Alejandro Fernández es su hombre en Cataluña para reflotar la situación?
R: Alejandro Fernández es, a día de hoy, el presidente del Partido Popular de Cataluña y no hay elecciones a la vista. Cuando haya elecciones catalanas tendremos que analizar, escuchando al PP catalán, cuál es el futuro y cuál es el camino. Pero, ahora mismo, lo que tenemos por delante son unas elecciones municipales y a continuación unas elecciones generales. Y necesitamos que tanto las direcciones provinciales como la dirección autonómica se vuelquen a apoyar y promover el proyecto de Alberto Núñez Feijóo para España en Cataluña.
«No es el momento de hablar de personas, sino de los problemas de los ciudadanos. Llegará el momento de hacer listas y hablar con nuestros dirigentes en cada uno de los territorios»
P: ¿En ese proyecto de Feijóo en Cataluña van a recuperar a Cayetana Álvarez de Toledo? ¿Tendrá un papel importante?
R: No es el momento de hablar de personas, sino de los problemas de los ciudadanos. Llegará el momento de hacer listas y hablar con nuestros dirigentes en cada uno de los territorios. No nos hemos planteado ninguna cuestión en ese sentido. Acabamos de aterrizar en la dirección nacional el 4 de abril, estamos tratando es recomponer la agenda política del partido, centrándonos en lo que creemos que son problemas que afectan al ciudadano de a pie.
Tenemos una inflación galopante que se está comiendo no sólo la nómina, las pensiones, los ahorros de las familias, sino también la competitividad de las empresas españolas. Es nuestra principal preocupación: la situación económica de nuestro país. Además, hay un Gobierno que nos está diciendo algo que nos recuerda exactamente a lo que ya vivimos hace años en España y que decía un presidente que se llamaba Rodríguez Zapatero.
Tenemos que evitar que suceda exactamente lo mismo que en aquella circunstancia, que, de negar la crisis, de no adoptar medidas, nos encontramos una crisis que superaba a la que estaban viviendo países de nuestro entorno comunitario. ¿Y por qué era mayor en España que en el resto de nuestro entorno? Porque en España se negó. Se perdió mucho tiempo. No se adoptaron medidas y al final la bola de nieve fue cada vez mayor.
P: ¿Cómo saldría el Partido Popular de esta crisis, cuáles son las medidas que aplicaría desde la alternativa del Gobierno? Sánchez está aplicando una receta radicalmente diferente de la que llevó a cabo Rajoy para la crisis de 2011. ¿El PP seguiría la hoja de ruta marcada por Rajoy?
R: Le hemos planteado un documento económico al Gobierno de Pedro Sánchez. Primero se han negado a estudiarlo, después cogieron puntualmente alguna medida. Estamos dispuestos a hablar y a negociar. El Gobierno no ha querido saber absolutamente nada de nosotros. Pero se han recaudado 15 mil millones de euros más que el año pasado por estas fechas y ese dinero realmente se va a invertir no se sabe exactamente en qué.
Le pedimos al Gobierno que adopte medidas. Le hemos presentado un documento amplio, con propuestas concretas que buscan rebajar la presión fiscal a las familias de rentas medias, por debajo de los 40.000 € de ingresos anuales. Y se niegan a atender nuestras propuestas. El Gobierno vive en una falsa realidad, es un Gobierno que no pisa la calle.
Estar en el Gobierno es otra cosa y se puede funcionar perfectamente bien con una estructura mucho más reducida. Hay unos márgenes para la reducción del gasto superfluo enormes. Pero Sánchez prefiere coger primero el Falcon, luego el Puma y luego la A-8 para visitar incendios. La cesta de la compra se ha disparado especialmente en productos esenciales. Y, frente a eso, el Gobierno dice que la situación podría ser mucho peor. Oiga, si eso contenta a los ministros del Gobierno de Sánchez, pues allá ellos. A nosotros no.
P: Sin embargo, avalaron las medidas económicas que propuso el Gobierno con la abstención en el decreto anticrisis. Y también llegaron a un acuerdo con la subida del gasto en defensa.
R: El Partido Popular es un partido de Estado y en aquellas cuestiones de Estado donde el Gobierno nos demande nuestro apoyo, vamos a estar siempre con este Gobierno, como hemos estado con otros. En cuanto a la abstención al decreto de ayudas, es insuficiente, pero las medidas que contenía el decreto, no siendo suficientes, son positivas y por lo tanto lo vamos a apoyar.
El PP está obligado a hacer una oposición constructiva y sólo así la ciudadanía nos volverá a dar su confianza para gobernar. No vamos a ser los que más griten ni los que más follón parlamentario montemos. Sí, vamos a ser los que más propuestas presentemos. Ahí nos van a encontrar siempre.
P: Las encuestas muestran que la mayoría de españoles prefiere una opción más moderada como la de Alberto Núñez Feijóo, frente a otras como Vox, que se hunde. Es también lo que reflejó Andalucía en las urnas. ¿Va a ser la misma estrategia que se va a seguir a nivel nacional?
R: Las encuestas hay que verlas con cierta relatividad. Son fotos fijas en un momento determinado, muy condicionadas además por la coyuntura del momento en el que se realizan. Hay que analizarlas con muchísima cautela. Lo que sí dicen las encuestas es que hay un flujo de votantes procedentes de izquierda y derecha que ven en el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo una alternativa real de gobierno.
Debemos caminar en esa dirección. Lo que sí dicen todas las encuestas, incluso las del CIS, es que cada vez hay menos personas que confían en la capacidad del Gobierno de España para sacar el país adelante de la situación precrisis en la que nos encontramos. Eso nos lleva a creer que el Partido Popular tiene que trabajar muy duro y muy serio para constituirnos en una alternativa creíble, primero para los españoles, y después para el entorno internacional, que debe volver a confiar en España como un país serio, solvente, sólido, donde se puede y se debe invertir y donde haya seguridad jurídica y confianza en las instituciones.
P: ¿Cómo es su relación con Vox? En Andalucía se le ha hecho un guiño cediéndole la vicepresidencia tercera de la mesa del Parlamento. No correspondía, fue un gesto.
R: Somos dos formaciones políticas distintas. El Partido Popular, desde luego, no es Vox, ni Vox es el Partido Popular y tenemos una relación en cada territorio en función de la coyuntura de cada lugar. Hay un acuerdo de gobierno que se circunscribe a Castilla y León, que le corresponde a los compañeros de esa comunidad determinar el alcance de ese acuerdo y la salud del pacto. Esas son nuestras relaciones.
A mí me molesta que desde formaciones de izquierdas se cuestionen la legitimidad del Partido Popular y Vox de llegar a acuerdos en determinados territorios. Y nos molesta especialmente cuando el PSOE está pactando nada más y nada menos que con los herederos parlamentarios de ETA y con ERC, que formó parte de un complot que intentó hacer un golpe de Estado en Cataluña. No veo al PSOE legitimado para cuestionar los acuerdos que el Partido Popular pueda alcanzar con cualquier formación política.
«Me molesta que se cuestione la legitimidad del PP y Vox de llegar a acuerdos cuando el PSOE está pactando con los herederos parlamentarios de ETA y con ERC, que formó parte de un complot para dar un golpe de Estado en Cataluña»
P: Hay comunidades, como en Navarra, donde tradicionalmente no se han presentado solos. Allí lo suelen hacer con UPN y en las últimas elecciones también con Ciudadanos. ¿Ese pacto se va a reeditar, en qué punto está?
R: A lo largo de las próximas semanas el presidente Feijóo tendrá una ronda de contactos con distintas formaciones políticas y entre ellas con el líder de UPN, Javier Esparza. Anticipar posiciones hasta que ese primer contacto se realice no tendría ningún sentido.
Hay una relación histórica de cooperación entre el Partido Popular y UPN que a nosotros nos gustaría poder mantenerlo, pero no depende de nosotros, depende de dos y depende de que seamos capaces de alcanzar un acuerdo. Cualquier acuerdo en Navarra pasa por frenar a Bildu y estudiaremos cualquier fórmula que electoralmente permita que, desde el centro derecha, se frene las posibilidades de que Bildu acceda a los distintos gobiernos. Esa es una ambición que creo que compartimos con UPN y que estamos dispuestos a estudiar.
P: En esa fórmula entran otros actores. Ya no me refiero sólo a Ciudadanos, que también, sino a los dos diputados que han sido expulsados de UPN, pero que sí que se muestran en ese mismo marco constitucionalista y de lucha contra Bildu.
R: Efectivamente, yo creo que tanto Sergio Sayas como Carlos García Adanero son dos grandes diputados, dos grandes defensores de valores que compartimos desde el PP y que son dos activos en la política de Navarra.
P: ¿Cuál es la situación ahora en La Rioja? ¿Tienen un candidato ya en mente?
R: Aún no hemos abierto conversaciones para ver cuál es la mejor opción de futuro en La Rioja. Para acertar en La Rioja hay que escuchar a una riojana especialmente relevante en nuestro partido, Cuca Gamarra.
P: ¿Se descarta el nombre de Cuca Gamarra para ser candidata?
R: No me corresponde a mí esa decisión. En cualquier caso, Cuca Gamarra está llamada a altas responsabilidades en el partido a nivel nacional. Ya las ejerce, de hecho.
P: Más altas que de las que tiene ahora mismo sólo se me ocurre un puesto.
R: Puede llegar al Gobierno (risas).
P: La renovación del Consejo General del Poder Judicial se atasca de manera continuada. El Gobierno ha seguido con su reforma para poder renovar sus dos magistrados del Constitucional. ¿Renuncia el PP ya directamente a negociar con la renovación de los órganos constitucionales con el PSOE? ¿Se volverá a intentar después de verano?
R: Es una tarea que en el Partido Popular le hemos encomendado al vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons. Es muy difícil negociar nada con el PSOE, porque pretenden utilizar todas las instituciones en beneficio partidista. Aquí no se trata de acordar nombres, sino de un cambio de modelo que le devuelva a los jueces el control de los órganos de gobierno de los jueces.
El PSOE ha caminado a lo largo de las últimas semanas del último año en una dirección contraria, recortándole competencias al Consejo General del Poder Judicial y demostrando que mucha voluntad de acuerdo no hay. Esta semana hemos visto cómo con el relevo de la Fiscal General del Estado el PSOE vuelve a las andadas. Si cuestionable fue el nombramiento de Dolores Delgado en su momento, por la procedencia -esta señora un día se acostó como ministra y diputada y al día siguiente se levantó siendo Fiscal General del Estado-, su sustituto proviene, nada más y nada menos, del equipo que elaboró el programa electoral de Gonzalo Caballero en Galicia y que participa groseramente en actos de campaña del PSdeG-PSOE.
P: ¿Pero están hablando ahora mismo con el PSOE?
R: Por nuestra parte, el teléfono y las vías de contacto están permanentemente abiertas.
P: Esta semana, la ministra de Justicia hizo un alegato sobre que el TC no es un órgano judicial, sino político, porque interpreta una herramienta no sólo jurídica, sino también política como es la Constitución. ¿Lo comparten?
R: Pone en evidencia la vocación socialista de poner todas las instituciones del Estado a su servicio. Y esto no va de eso.
P: ¿Cómo valora la dirección nacional unas declaraciones recientes de la presidenta Isabel Díaz Ayuso sobre el Orgullo, donde se queja de que “antes se celebraba ese día y ya estamos un mes entero aguantándolo”?
R: No conozco esas declaraciones de Ayuso, pero sí conozco el compromiso real de nuestro partido con la libertad sexual, que debe estar por encima de cualquier cuestión y que cuanto menos politice, mucho mejor para la construcción de una sociedad libre, plural, diversa, donde todo el mundo tiene que tener cabida, donde se debe respetar la orientación sexual de todas las personas.