Médicos sin Fronteras despedirá al trabajador que denunció abusos
La organización humanitaria activa el despido del sindicalista que la venció en tribunales por no cumplir los objetivos comerciales declarados ilegales
La organización Médicos sin Fronteras, que lleva ayuda humanitaria a zonas en conflicto y que rechaza subvenciones europeas en protesta por el maltrato a los inmigrantes africanos que cruzan el Mediterráneo, ha activado el despido de un trabajador que los llevó a los tribunales por aplicar condiciones laborales abusivas.
Las denuncias del trabajador, un sindicalista de CNT, fueron acreditadas en una sentencia judicial emitida el mes pasado contra la organización humanitaria. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha condenado a la oenegé por aplicar cláusulas de productividad sin ningún tipo de criterio racional.
Una semana después de la sentencia, la oenegé ha abierto un expediente contra Jesús Gil, un trabajador que capta socios para la organización humanitaria en las calles de Santiago.
Médicos sin Fronteras España, presidida por David Noguera, acusa al trabajador de tener un descenso en el rendimiento y de incumplir los objetivos de productividad. Son precisamente los objetivos que han sido anulados por los tribunales por considerarse abusivos, y tras quedar demostrado que prácticamente ningún trabajador puede cumplirlos.
La oenegé asegura que el trabajador ha tenido un rendimiento claramente a la baja por no “parar” con suficiente ánimo a los transeúntes de las calles de Santiago.
Médicos sin Fronteras ha advertido al trabajador que podría ser despedido por causas disciplinarias si la compañía determina la “disminución voluntaria y continuada en el rendimiento del trabajo”, lo que supondría una infracción muy grave que podría comportar el despido disciplinario. Es decir, la empresa echará al trabajador sin ningún tipo de indemnización.
Médicos sin Frontreras y su pugna sindical
Jesús Gil, el trabajador con el expediente abierto, ha explicado a Economía Digital que Médicos sin Fronteras ha emprendido una acción contra él por ser el delegado de CNT, el sindicato que llevó a Médicos sin Fronteras a los tribunales, donde ha sufrido una sentencia en contra que avala unas condiciones laborales “abusivas”.
Gil ha contestado por escrito a la compañía con las alegaciones sobre su caso la semana pasada. El trabajador explica que las cláusulas por rendimiento por las que se le pretende despedir han sido anuladas por los juzgados. Además, argumenta que, aunque la captación de clientes es más baja que la medida del equipo, su ritmo de captación de nuevos clientes sigue la misma dinámica que la del resto del equipo.
A pesar de que las condiciones laborales han sido declaradas nulas por los tribunales, Médicos sin Fronteras ha decidido seguir aplicándolas. La organización humanitaria ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo, que considera sus condiciones ilegales, y sobre esta base ahora intenta liquidar a los trabajadores críticos.
La organización ya había despedido a delegados sindicales por motivos idénticos. Los extrabajadores, y representantes de los trabajadores, han acusado a la organización de perseguirlos y despedirlos por su condición de sindicalistas.
La organización, que compró el año pasado un edificio de 8.500 metros cuadrados, obtiene unos 180 millones de euros anuales de la aportación de 480.000 socios, según sus cuentas anuales.
La organización sufrió un escándalo mayúsculo hace dos meses, cuando extrabajadoras acusaron a cargos de la organización internacional de utilizar a prostitutas locales en orgías en centros de trabajo en África, según explicó el programa Victoria Derbyshire de la BBC. La organización reconoció a principios de año que detectó 24 casos de abusos sexuales entre sus trabajadores y anunció el despido de 19 de ellos.