Mas reclama una propuesta de Estado para poder dar marcha atrás
El conseller Homs asegura que lo que se proponga se deberá someter a votación
Ha habido un cambio sustancial en las últimas semanas. La posición nítida de una buena parte del colectivo empresarial, la idea difundida con solidez por parte de las instituciones europeas –de que Catalunya quedaría fuera de la Unión Europea en el caso de independencia– y la posición de algunos medios de comunicación, como el editorial del pasado domingo de La Vanguardia, está haciendo reaccionar al Govern de Artur Mas.
A pesar de la presión de Esquerra Republicana, y de colectivos como la Assemblea Nacional Catalana (ANC), el Ejecutivo de Artur Mas está comprobando que no tiene capacidad de maniobra. Y pide, ahora sí, una propuesta de Estado que venga por parte de los dos grandes partidos de ámbito estatal, PSOE y PP.
El conseller de Presidència, Francesc Homs, ha admitido este martes que se ha comenzado a hablar, que hay “un cierto consenso sobre el diagnóstico”, de que se debe tomar alguna decisión sobre lo que pasa en Catalunya, y que eso es el primer paso para encontrar una solución. Homs se ha alineado con Josep Antoni Duran Lleida, quien este mismo martes ha señalado que existen contactos y que se dibuja, todavía sin concreciones, alguna alternativa.
Propuesta de PP y PSOE
Es decir, Mas entiende que no podrá convocar una consulta sobre el futuro de Catalunya en 2014 si no cuenta con un acuerdo con el Gobierno central. Sabe que basarse en una ley catalana de consultas, comportaría la anulación de la consulta en pocos segundos por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Y, ante esa necesidad imperiosa de poder dar un paso atrás, necesita un gesto claro del Gobierno, o, en todo caso, una propuesta que fuera avalada por el PP y el PSOE.
“Ahora es el momento de la política española”, ha asegurado Homs, con la idea de que se ofrezca una propuesta. Mientras no llega, “Catalunya seguirá el camino emprendido”, según el conseller de Presidència, pero el Govern de Mas espera, como agua de mayo, una salida política.
Tesis de Rubalcaba
¿Y puede llegar realmente? Fuentes conocedoras de la reunión que mantuvieron el pasado viernes el President Artur Mas y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, junto con el primer secretario del PSC, Pere Navarro, aseguran que Mas, aunque no mostró una gran confianza, sí dejó todo el camino libre a los socialistas para que “intenten” un acuerdo que pase por una reforma de la Constitución.
El problema, se añade, es que el presidente Mariano Rajoy no acaba de ver la necesidad de actuar. Su círculo de confianza en la Moncloa le pide que espere, porque la propia dinámica de la política catalana tiene en su seno un factor destructivo importante, y, tras unas previsibles elecciones anticipadas, la situación del Parlament de Catalunya sería tan caótica, como las encuestas están mostrando, que Mas no tendría apenas opciones para poder aprobar una declaración unilateral de independencia, sin apenas apoyos internacionales.
La posición de Rajoy
Pero también hay dirigentes del PP que apuntan a la necesidad de, esta vez sí, afrontar el reto, y no necesariamente forzados por la situación de Catalunya, si no por la del conjunto de España, caminar hacia una reforma de la Constitución, que tendría elementos recentralizadores, pero también abriría las puertas para el reconocimiento de realidades como Catalunya, como ya especifició, inicialmente, la Constitución, y que se diluyó con el paso de los años.
Homs, sin embargo, ha reclamado que lo que pueda llegar, con todo el escepticismo del mundo, “se pueda votar, porque estamos en el siglo XXI y las cosas ya no se arrreglan en un despacho”.
Fracaso de España
Es lo que defiende el propio Pérez Rubalcaba. El gran problema que los socialistas intuyen es que una reforma de la Constitución, que no podría llegar antes de las elecciones generales de 2015, se sometería a una prueba definitiva: si no contara con una gran mayoría en Catalunya, –cuando la reforma se pretende hacer principalmente por el caso catalán– el fracaso de España sería total, y dejaría las puertas abiertas a la independencia.
Eso lo sabe también Mas y Homs, pero ahora piden ya que llegue esa oferta. Para poder iniciar una marcha atrás digna, pero también para solucionar lo que es ya el principal problema de la política española.