Mas quiere un gobierno de unidad tras el 25N

El president no quiere que el proceso soberanista se identifique sĂłlo con CiU

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Pausado, siempre concentrado, y determinado a seguir el camino trazado. El president Artur Mas mantiene contactos con diferentes sectores de la sociedad catalana y a todos ellos les transmite el mismo objetivo. Está dispuesto a seguir un proceso soberanista, pero reclama grandes apoyos.

No lo quiere protagonizar en solitario, aunque CiU pueda rozar la mayoría absoluta en las elecciones del 25N. Se propone, así, formar un gobierno de concentración, según fuentes conocedoras del horizonte que plantea el president Mas.

Sumar 90 diputados soberanistas

La idea de Artur Mas es que las fuerzas políticas que se mostraron a favor de un referéndum en la próxima legislatura, las que votaron la resolución en ese sentido en el Parlament, puedan sumar unos 90 diputados, de los 135 con los que cuenta la cámara catalana.

En el Parlament surgido en las elecciones de noviembre de 2010, CiU, con 62 diputados; ERC, con 10; y ICV, con 10, sumaron 82 diputados, sin contar los 4 escaños de Solidaritat. Tras el 25N se trata de aumentar ese peso.

Incorporar al PSC

Mas, por tanto, podría ofrecer la entrada de miembros de ERC o de ICV en el Govern, aunque su objetivo prioritario es incorporar al PSC. Este último extremo es más complicado, porque la actual dirección del PSC está buscando un grupo sólido y disciplinado, con el que deberá recomponer el espacio socialista tras el 25N.

Es decir, los socialistas, dirigidos por el candidato y primer secretario Pere Navarro, y el grupo de alcaldes del área metropolitana, no estarán dispuestos a seguir el camino soberanista trazado por Mas.

Pero el president podría tratar de buscar a personalidades socialistas, enmarcadas en ese difuso sector catalanista que acaba de elaborar y difundir hace unos días un documento que sigue la estela de CiU, en el que se defiende una “Catalunya-estado”.

Gobierno también para el día a día

El gran objetivo de Mas, así, es lograr un gobierno sólido, con amplias mayorías sociales y políticas, que tenga toda la legitimidad para pedir y convocar, si es el caso, un referéndum de autodeterminación.

Para ello, el presidente catalán ya está pensando en posibles preguntas, que deberían ser, a su juicio, muy diáfanas, sin equívocos, huyendo de la pregunta que se hizo en Quebec en 1995, que dio pie a diferentes interpretaciones.

Mas, sin embargo, quiere también esa mayoría para el día a día de la Generalitat. Y estaría dispuesto a llegar a acuerdos que pudieran satisfacer a la izquierda catalana y soberanista.

Lo que intentará, aseguran diversas fuentes, es conseguir la complicidad de todos desde el conocimiento exacto de la situación financiera de la Generalitat. Se buscará, se insiste, priorizar, conseguir alternativas, analizar partidas presupuestarias…todo lo necesario para salvar la administración catalana.

Apoyo del tejido empresarial

El president es consciente de la oposición que genera su proyecto soberanista entre el empresariado catalán. Pero entiende que ese rechazo lo protagonizan los empresarios que no desean cambiar el status quo, y que existe un tejido empresarial que sí está dispuesto a cambiar las cosas.

Una prueba de ello es la carta que la fundación FemCat ha enviado al president Mas, en la que se ofrece el “apoyo” y la “colaboración” con el jefe del ejecutivo catalán.

Son un colectivo de más de cien empresarios y directivos de empresa, que han mostrado en los últimos años su voluntad de embarcarse en proyectos de riesgo, que consideraban de “país”, como su apuesta por Spanair.

Debilitar al resto

El problema de Mas es que su éxito electoral, si CiU roza la mayoría absoluta o la obtiene, puede debilitar a otras fuerzas políticas. Es el caso de ERC, que se mostrará dispuesta a formar parte de un gobierno o lo que sea necesario, si alcanza un mínimo de 15 diputados, según otras fuentes nacionalistas, lo que le otorgaría una cierta legitimidad.

En cualquier caso, y pese a las reticencias de patronales y de algunos empresarios de primera línea, Artur Mas está dispuesto a seguir el camino trazado.

Pausado, determinado y buscando todos los apoyos posibles.

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