Mas quiere blindarse con la ANC si convoca elecciones en otoño
El President se reúne con las entidades soberanistas y con Esquerra, que le pide un acuerdo de última hora para acelerar los comicios en marzo
Un vodevil, asumido por los propios protagonistas del proceso soberanista, pero que se debe cerrar cuanto antes. El President Artur Mas se reúne este miércoles con las entidades soberanistas, la ANC, Òmnium Cultural, y la Asociación de Municipios por la Independencia, y el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, para acabar de decidir cuándo convocará las elecciones al Parlament.
Mas tiene perfilada su decisión, pero los contactos de las últimas horas y la propia reunión podrían derivar en un acuerdo diferente.
El objetivo fundamental para Mas, sin embargo, según fuentes conocedoras del proceso, es blindarse con las entidades, principalmente con la Asamblea Nacional Catalana (ANC), para que compartan y hagan suyo el calendario que fije, en el caso de que convoque para otoño.
Dispuesto a aguantar la presión de ERC
La decisión, que Mas anunciará este jueves, podría dejar a Esquerra en la estacada. Mas asumiría ese desgaste si cuenta con las entidades soberanistas. Y eso pasaría por un pacto para convocar las elecciones en otoño, con tiempo suficiente para preparar candidaturas, hojas de ruta hacia la independencia y una larga campaña para convencer a la ciudadanía catalana de la necesidad de iniciar un camino hacia la independencia.
Si Mas lo acuerda con la ANC, está dispuesto a aguantar la presión de Esquerra.
La cuestión es que Mas y Junqueras, al margen de los acuerdos o desacuerdos estrictamente políticos, han perdido la confianza mutua. Los entornos de los dos mandatarios no han dejado de lanzarse acusaciones en los últimos días, a través de todos los canales de comunicación, especialmente en las redes sociales.
Último intento de Junqueras para rehacer los puentes
Pero Junqueras irá a la reunión con el ánimo de recomponer las cosas. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, aseguraba, a última hora de la tarde de este martes, que los republicanos «están dispuestos a hacer lo necesario» para llegar a un acuerdo y permitir unas elecciones en el mes de marzo.
Esquerra entiende que posponer los comicios supondría entrar en la «agenda política española», porque, en otoño, la dinámica política estaría marcada por las elecciones generales de finales de 2015, con la irrupción de Podemos.
El coste de la brega política con Esquerra
Mas es consciente de ello, y debido a esa circunstancia, y al propio cansancio del proceso, fuentes de Convergència aseguran que las elecciones podrían ser en marzo. Mas adelantaría las elecciones antes de las municipales de mayo si ve que no tiene ninguna otra salida –comienza a ser el caso– y considera que es imposible llegar a ningún acuerdo.
«Las filtraciones, la brega política, todo ello tiene un coste», aseguró Mas en el balance de los dos años de legislatura de su Govern.
El problema en las próximas horas para Mas será convencer a la ANC y a Òmnium Cultural –más próxima a Convergència– que lo conveniente sería esperar a otoño. Si se siente blindado, esperará. Si comprueba que no hay otra salida, anunciará elecciones para marzo. Las entidades desean elecciones de inmediato, con lo que Mas deberá emplearse a fondo.
Sin socio parlamentario y con la comisión de investigación sobre Pujol
La cuestión es que Mas necesita un socio parlamentario si desea llegar a septiembre. Ya no se trata sólo de los presupuestos –Esquerra ha decidido no aprobarlos, y Mas los prorrogará– sino del día a día, de las sesiones de control, de las iniciativas parlamentarias.
Si Mas decide seguir, las dificultades para gobernar serán grandes. Existe, además, una cuestión que para algunos dirigentes de CDC está ya «amortizada», pero que puede ser devastadora: la comisión de investigación sobre el caso Pujol en el Parlament. En el mes de marzo toda la familia del ex President están llamados a comparecer. Si se convocan elecciones, la comisión decaerá.
Toda la oposición reclamó a Mas este martes que tome una decisión. El PP y el PSC le pidieron que dimita, si no puede gobernar. Y la CUP, ICV y Ciutadans reclamaron elecciones cuanto antes.