Mas lucha por una candidatura unitaria con ERC para salir airoso del 9N

El President ultima la convocatoria de la consulta, su gran objetivo de la legislatura

Recibe nuestra newsletter diaria

O sĂ­guenos en nuestro  canal de Whatsapp

Las ilusiones están fundadas. La petición es unánime. Una parte sustancial de la sociedad catalana quiere votar en una consulta que defina la relación de Cataluña con el resto de España. Y tiene una oportunidad el 9 de noviembre. También pide unidad, y el President Artur Mas está dispuesto a trabajar por ella.

El Govern de Artur Mas, pero también el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, alienta la idea de que todos esos catalanes ilusionados podrán votar el 9 de noviembre. Y Mas y Junqueras buscan todos los vericuetos legales para hacerlo posible. Incluso, con la ayuda de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), idean una alternativa para que ese día se pueda celebrar algún tipo de consulta o de acto multitudinario. Pero no habrá consulta.

El Gobierno español ha constatado que no lo permitirá. Al margen del día concreto en que se produzca, el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy recurrirá ante el Tribunal Constitucional tanto la ley de consultas como el decreto de convocatoria. Sólo esa decisión implica una suspensión cautelar por parte del TC, que se deberá pronunciar sobre el fondo de los dos recursos en un periodo que puede variar, pero que no será corto. La suspensión cautelar puede tener una duración de cinco meses.

Sólo la consulta

Y el President Mas es consciente de ello. Pero su compromiso tiene un límite. Mas aseguró que convocaría la consulta. Y lo hará. El portavoz del Govern, Francesc Homs, aseguró este martes que, aunque pueda existir alguna otra posibilidad, el 9 de noviembre no habrá elecciones anticipadas al Parlament. Sólo “se trabaja” para la consulta soberanista. Y que Mas firmará el decreto del 9N entre este mismo miércoles y el viernes.

Justo en ese momento, Mas iniciará otra batalla, tras cumplir con su compromiso político. Luchará por confeccionar una candidatura unitaria con Esquerra Republicana, e independientes ligados al socialismo catalán para anticipar las elecciones en el mejor momento, sea justo después del 9N o ya en 2015 y antes de las elecciones municipales.

En caso de no poder lograrlo, Mas podría quedarse en un segundo plano, tras haber alcanzado el verdadero objetivo de su mandato desde 2012: ser el primer presidente de la Generalitat que firma una convocatoria de un referéndum de autodeterminación.

El precedente de las europeas

La candidatura unitaria, sin embargo, deberá sortear muchos obstáculos. Mas aseguró, literalmente, que prefería “morderse la lengua” para no criticar en exceso a los republicanos por haber rechazado la candidatura conjunta en las elecciones europeas del pasado mes de mayo.

Dirigentes de Esquerra aseguraron que las dificultades se vivieron en la propia federación nacionalista, y que Unió Democràtica y Convergència no supieron estar a la altura. Pero Convergència, y el propio Mas difundieron un mensaje opuesto, cargando con la mayor responsabilidad del fracaso. Esa candidatura iba a ser encabezada por el economista Germà Bel.

Si se produjera, ¿la debería encabezar Artur Mas, y seguir su carrera política, pese a no haber conseguido la celebración de la consulta, con dos convocatorias de elecciones anticipadas en apenas dos años? El debate en el seno de Convergència todavía no ha cobrado una gran intensidad, porque todos los esfuerzos se concentran en el 9N, pero se ha comenzado a producir.

Evitar la erosión de CDC

Al margen de saber quienes serían esas personalidades del mundo socialista, –se descartan dos nombres que siempre aparecen, Montserrat Tura y Antoni Castells, pero aparecen otros como Marina Geli– la naturaleza del obstáculo no ha cambiado. Esquerra Republicana quiere colaborar con Artur Mas. Junqueras no evita mostrar en sus recientes entrevistas la complicidad que ha alcanzado con el President.

Pero Esquerra sabe también que le puede llegar su momento político, y que Convergència Democràtica es ahora mismo un instrumento desgastado, roto, desmoralizado tras la confesión de fraude fiscal de Jordi Pujol.

Mas lo intentará. Si lo consigue, con una candidatura única que aglutine al bloque soberanista de cara a unas elecciones anticipadas en los primeros meses de 2015. Sería la única posibilidad de que CiU, si logra también llegar unida, pueda tener recorrido político. En solitario, Convergència, o la federación, podría sufrir un duro castigo electoral, pese a la buena imagen de Mas entre el electorado independentista.

Recibe nuestra newsletter diaria

O sĂ­guenos en nuestro  canal de Whatsapp