Mas insiste en reclamar todo el apoyo empresarial a la independencia
Asegura que no pone una “pistola en el pecho”, pero pide que expresen más complicidades
Ahora sí. La campaña electoral se inicia este viernes y el president Artur Mas es consciente de que su apuesta soberanista sólo tendrá garantías de éxito si consigue una mayoría absoluta amplia, con “todo el pueblo catalán” detrás de un proceso que presenta muchas dudas, que se antoja complicado y lleno de incertidumbres.
Por ello, Mas quiere que los empresarios se definan, que pierdan el miedo, y que se atrevan, como hacen con sus propios proyectos empresariales, con sus inversiones, buscando un mejor futuro.
El president explicitó sus ansias y también sus temores este martes en un almuerzo en la Cambra de Comerç, con 560 asistentes, la mayoría empresarios y directivos, de empresas de todos los ámbitos, aunque, es cierto, que Mas estuvo arropado por un tejido empresarial que suele estar a su lado, desde dirigentes patronales hasta representantes de algunas de las empresas catalanas más arraigadas en el territorio.
Una petición a los que se sientan cómodos
A todos ellos les pidió Mas una muestra de complicidad, para que el apoyo de los empresarios comporte una mayor confianza por parte del conjunto de la sociedad catalana y, por tanto, se haga realidad la tan deseada mayoría absoluta.
Mas fue muy claro esta vez, admitiendo, aunque lo hizo entre líneas, que no estuvo acertado cuando hace unos días reclamó a los empresarios que no se manifestaran, los que estuvieran en contra, claro, del proceso independentista. “No podría pedir silencio, porque eso no sería propio de un demócrata, pero lo que sí digo es que quien no sienta incomodidad que lo diga”. Es decir, pidió confianza y apoyo, porque Mas es muy consciente de la apuesta personal que ha realizado.
El apoyo de las patronales
“Yo no pongo una pistola en el pecho, y eso que otros hacen una presión brutal. Pero este es un proyecto que nos implica a todos, y la vertiente económica y empresarial es básica”, aseguró Mas, que este miércoles estará en Bruselas para pronunciar una conferencia sobre su proyecto soberanista.
En la mesa presidencial se encontraban los principales actores del mundo patronal. Otra cosa y habrá tiempo para interpretarlo, es si esos actores representan en estos momentos a los empresarios más activos y dinámicos de la sociedad catalana.
En cualquier caso, ahí estaban: Miquel Valls, presidente de la Cambra; José Manuel Basañez, vicepresidente de la Cambra; Joaquim Gay de Montellà, presidente de Foment; Josep Lluís Bonet, president de la Fira de Barcelona; Joan Gaspart, (Husa y Turisme de Barcelona); Ramon Vila (Pimec), o Antoni Abad, president de Cecot. Son actores económicos que suelen estar en todos los foros.
Empresas
También estaban Lluís Carulla, de Agrolimen; Enric Crous, (Damm); Ferran Figueras (Lidl); Fernando Carro (Bertelsmann); Josep Maria Piqué (Siemens) o José Luis López-Schummer, presidente de la Cámara de Comercio de Alemania para España y presidente de Mercedes Benz España.
La representación empresarial, así, fue amplia y nutrida. Es decir, el mensaje de Mas ha podido dirigirse ya al conjunto del tejido empresarial.
Y el discurso deja algunas cosas claras, aunque interpretables para que, después del 25 de noviembre, todos los implicados sepan a qué atenerse y cómo podrán implicarse.
Mas aseguró que está dispuesto a iniciar un viaje en función del apoyo que tenga. Su deseo es el de conseguir estructuras de estado, “como Holanda o Austria”, pero dependerá de la fuerza que aglutine. De nuevo, los empresarios serán determinantes.
Séptimo país de la UE
El president ofreció algunos datos. Si se toma el PIB per capita de cada territorio –aunque el PIB de Catalunya en solitario no se puede saber antes de que se produzca el hecho o se dé por iniciado el proceso con todas las consecuencias– Catalunya alcanzaría el séptimo lugar en la Unión Europea a 27 o a 28, cuando ingrese Croacia.
Sería un nivel “similar al de Alemania”, según Mas. Otro dato: las exportaciones en los últimos años “han crecido un 20%”, en un entorno en el que el euro prácticamente no se ha devaluado.
Finalmente, Catalunya contaría con nuevos ingresos, porque el déficit fiscal sería mucho menor. Y contando también el coste de las “estructuras de estado”, Mas calcula que Catalunya podría disponer de unos 10.000 millones de euros adicionales cada año. Si se quisiera, Catalunya podría pagar la totalidad de su deuda en cuatro años, siempre según Mas.
Con esos ingresos, sin embargo, se pagaría parte de la deuda, pero se invertiría en una cuestión prioritaria: “el corredor mediterráneo”, y también se atendería las “necesidades sociales”.
Diálogo y ofertas
Pero Mas podría estar dispuesto al diálogo. El problema, según el president, es que “sólo se ofrece palos y descalificaciones”. Para el president la respuesta del gobierno español debería ser otra. “Nos debería caer del cielo, me permitirán la expresión, ofertas de todo tipo, porque lo que deberían hacer es atraernos”, afirmó el líder de CiU.
Los aplausos llegaron al final, pero los asistentes querían hablar posteriormente con Mas. Hubo corrillos, saludos, algunos comentarios más de tú a tú.
El apoyo unánime, sin embargo, sigue sin llegar, aunque Mas, tras ser preguntado sobre ello, consideró que sí lo tiene, que le parece importante.
Para los dirigentes de CiU, que seguían la intervención de Mas en la Cambra, como Oriol Pujol, Josep Rull o Lluís Corominas, el president no deja de crecer y de mostrar “una gran confianza” en su proyecto. Pero dependerá en buena medida de si se consigue la mayoría absoluta.
Y los empresarios serán determinantes para transmitir o no, al resto de la sociedad, que no tienen miedo a lo desconocido.