Mas ignora el mandato de Montoro
La Generalitat emplaza al Gobierno central a eliminar ministerios y no se da por aludida por la reforma de las administraciones
En el momento en el que se percibe una aproximación, las olas distancian a los posibles interlocutores. La reforma administrativa que pretende acometer el Gobierno de Mariano Rajoy ha dejado al Govern de Artur Mas conmocionado.
Pero la reacción ha sido también contundente. El propio presidente de la Generalitat ha pedido a Rajoy que afronte, primero, la transformación de la administración central, con la eliminación de ministerios como Educación, Cultura o Sanidad, que tienen transferidas las competencias a las comunidades autónomas.
El diseño elaborado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es endiablado para los intereses de la Generalitat, y dificultará en extremo que Mas pueda elaborar unos presupuestos para lo que queda de año.
Rechazo total
Pero antes de analizar todos esos vericuetos institucionales, que prevé el plan de Montoro, tanto Mas como la vicepresidenta del Govern, la democristiana Joana Ortega, rechazaron de forma rotunda eliminar estructuras propias del organigrama de la Generalitat.
“Dan todas las lecciones, pero no hacen los deberes”, señaló Mas. Ortega, por su parte, defendió el modelo propio de la Generalitat y añadió que no se sentía aludida por el informe del Gobierno español, que podría llevar a la eliminación de la Sindicatura de Comptes, o del Síndic de Greuges.
“Quien realmente tiene un gran trabajo de de reducción y racionalización de su administración es el Gobierno del Estado”, sentenció Ortega, a través de un comunicado.
La presión de Esquerra
Ortega defendió lo que ha acometido el propio Govern, con leyes de “simplificación, agilización y modernización de la administración”, y con el impulso de una reforma del mundo local con la próxima ley de gobiernos locales. Es decir, la Generalitat se ve capaz de actuar sin tutelas, pero el Gobierno central es, precisamente, lo que quiere impedir.
Y para ello ha elaborado un plan que deja maniatado a Mas, muy presionado, también, por Esquerra Republicana, quien, a través de su secretaria general, Marta Rovira, concluyó que no harán caso al documento del Gobierno central. “No les haremos caso, no es justo ni digno para los ciudadanos que nos reclamen más sacrificios, y es inadmisible”.
Montoro se toma su tiempo
Montoro ha situado las cosas de la siguiente manera. La próxima semana convocará a la Comisión Nacional de la Administración Local (CNAL) y al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) con las comunidades autónomas para detallarles el contenido del informe sobre la reforma administrativa.
En ese consejo, Montoro ratificará los objetivos de déficit para el conjunto de administraciones. Pero es que ese objetivo las autonomías ya lo saben. Es del 1,2%, y lo que esperan los gobiernos autonómicos, especialmente el catalán, es saber los objetivos individualizados.
Montoro se tomará su tiempo para ello. Será en otro Consejo de Política Fiscal y Financiera, según diversas fuentes, que podría llegar a mediados de julio.
En ese lapso, las autonomías deberán incorporar medidas para reformar sus planes financieros, en función a esas indicaciones para adelgazar las estructuras administrativas. Todo ello las debe llevar a adquirir compromisos de evolución del gasto público.
Sin presupuestos
Para Artur Mas eso le puede suponer, definitivamente, la imposibilidad de tener este año unos presupuestos. En el mejor de los casos, el Govern podría llevar las cuentas de 2013 al Parlament a finales de julio, y buscar el apoyo parlamentario de Esquerra Republicana, que no está nada claro.
Mas, sin presupuestos, sin apoyo parlamentario de ERC, debería prorrogar los presupuestos, y pensar, ya, tras el verano, en elaborar los del 2014.
Y en ese momento, ¿pensar en otros socios parlamentarios?
Montoro, y, en definitiva, todo el Gobierno central, están ahogando al Govern de la Generalitat, que se queda, casi, sin ninguna salida.