Mas esconde a su portavoz y tapa los huecos de Unió con los secundarios de Convergència
La consejera de Bienestar Social toma la vicepresidencia y ejercerá de portavoz del Govern, antigua tarea de Francesc Homs; el nuevo cartapacio deja entrever una deriva social y la posibilidad de que el 27S, finalmente, no se convoque
Los principales cambios que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha introducido en el gobierno autonómico no están en los nombramientos, si no en la redistribución de funciones que aplica a partir de este lunes. El gesto más contundente entronca con el encierro preventivo del antiguo portavoz, Francesc Homs, en las tareas administrativas que dependen de la cartera de presidencia. Es un político que genera aristas en todos los frentes: los de Madrid y los que Mas tiene abiertos en el escenario catalán.
La caída de Homs –aunque asegura que pidió bajar un peldaño— comporta varias lecturas. La primera de ellas es que el presidente catalán pretende acompasar el discurso del Govern con las preocupaciones del electorado, meridianamente claras después del 24M. Los votantes dieron prioridad a las candidaturas que prometían cambios en los servicios y prestaciones públicas. Sin descuidar el discurso nacionalista –»la cosa va muy en serio», dijo Mas el sábado— la Generalitat intentará ganar distancia en el terreno social.
Homs dice que se concentrará en el 27S
Otra señal de la decapitación política de Homs es que él, supuesto hombre de confianza de Mas, desconocía los cambios que se han anunciado este lunes. A primera hora reconocía en RAC1 que ha estado al margen de las deliberaciones del líder convergente. Homs ha aprovechado el momento radiofónico para hacer lo que mejor sabe: dar vueltas sobre su propio eje hasta alcanzar el éxtasis, como si fuera un derviche turco.
En la radio de Grupo Godó, editorialmente escorada hacia el independentismo y fuertemente subvencionada por orden del propio Homs, el antiguo portavoz también ha asegurado que «en la recta final hacia el 27S» se dedicará a «ultimar las estructuras de Estado». Por esta razón, recalca, pidió a Mas que le liberara de las obligaciones de portavoz. Nada ha dicho aún su jefe sobre si antes fue el huevo o la gallina.
En todo caso, la crisis de gobierno acometida tras la disolución de la coalición CiU sí ha culminado en un Govern con todos sus integrantes a favor de la ruptura ordenada con España. Pero por si acaso, los nuevos titulares tienen recorrido político hasta 2016. Se trata, sin excepción, de perfiles secundarios. A estas alturas de debate, la discreción de los nuevos consejeros es toda una ventaja, destacan los analistas políticos consultados.
Hasta el 27S o más allá
La vicepresidenta debutante, Nues Monté, apenas recoge erosión en las encuestas y se trata de una de las pocas figuras al alza en Convergència. Mas realiza un gesto hacia sus propias filas con la elección de este nuevo valor político, reconocido por el aparato, pero al margen del núcleo duro del Govern hasta ahora. Con la vista puesta en el 27S, pero también en la posibilidad de no convocarlo, llegan otros nombres prácticamente anónimos para el gran público con el objetivo de tapar los huecos de Unió.
Los tres –Meritxell Borras (Gobernación), Jordi Janè (Interior) y Jordi Ciuraneta (Agricultura)— permiten a Mas contentar a las líneas independentistas; pero también dota de alfiles a su gobierno que aguantarán más allá del otoño si su planteamiento electoral acaba desmoronándose y decide posponer los comicios «plebiscitarios» hasta 2016. Los consejeros han tomado posesión de sus atribuciones ejecutivas este mismo lunes.