Mas busca el cobijo de Rajoy ante la desesperación financiera
CiU reclama de forma “sincera” al PSC que se sume a su proyecto
La situación financiera de la Generalitat es insostenible. Las dificultades del Govern sólo las conoce en detalle, –como ocurre en cualquier Ejecutivo– el conseller de Economia, y el propio Artur Mas. Y la decisión ya no se puede demorar: acercamiento al Gobierno central, con una petición muy explícita a todos los consellers, por parte del President Mas, para que establezcan la mejor conexión con sus homólogos del PP.
Artur Mas reunió a sus consellers el sábado, en el Palau de Pedralbes, aprovechando que todos ellos habían reservado ese día, previsto, inicialmente, para una cumbre social con todos los partidos que se acabó desconvocando. El mensaje fue claro, ofensiva para buscar el cobijo del Gobierno central.
«Bloqueo y endeudamiento extremo»
Pero la petición se remató este lunes en el comité ejecutivo de CiU. El secretario general del partido democristiano, Josep Maria Pelegrí, constató que el diálogo debe ser la premisa de todo el Govern, y de toda la federación nacionalista. Pelegrí, acompañado del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, uno de los dirigentes más favorables a ese diálogo, aunque en los últimos meses se haya visto en la tesitura de defender con vehemencia la consulta soberanista, insistió en que se debe superar la situación de “bloqueo” y de “endeudamiento extremo”.
Pero dirigentes de CiU expresan un problema. Y que ese acercamiento al Gobierno central, por necesidad, porque la Generalitat está ahora en manos del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), porque Esquerra Republicana no quiere aprobar unos presupuestos muy restrictivos, debe comportar algunos cambios que el entorno de Artur Mas parece que no quiere admitir.
La consulta, ¿como moneda de cambio?
Ese cambio hace referencia a la consulta soberanista. La vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, aseguró este domingo que el Ejecutivo catalán no quiere traspasar dos claras líneas rojas, un mayor recorte en el estado del bienestar y la consulta soberanista que prometió Artur Mas en la campaña electoral y le exige ahora ERC.
Pero las dos cuestiones no son exactamente compatibles. Tampoco lo es la estrategia adoptada, según los mismos dirigentes de CiU, que se muestran “atónitos” ante la decisión del entorno de Mas de filtrar la reunión del Govern en el Palau de Pedralbes a La Vanguardia. Las distintas imágenes publicadas en el rotativo indican que pudo ser el conseller de Presidència, Francesc Homs, el autor de las fotografías y el filtrador.
Si se quiere iniciar un cambio de rumbo, ¿no será mejor ponerlo en práctica, sin radiarlo o publicitarlo en un medio de comunicación?, se preguntan esos dirigentes.
El papel del PSC
Existe otro problema. Pelegrí reclamó al PSC de forma “sincera” que se sume al proyecto de CiU, que se corresponsabilice de las decisiones del Govern, porque una imagen conjunta beneficiará al conjunto de Catalunya ante la necesidad de reclamar al Gobierno central un flujo de dinero vital para el día a día. Pero el PSC no ve “síntomas” de ese cambio de rumbo de CiU que le permita ofrecerse de socio.
Una prueba de ello es que el propio Mas cargó contra el PSC por su supuesta actitud ante la cumbre social que se debía celebrar el pasado sábado. Aunque ha sido, de nuevo, Francesc Homs, que comienza a ser una pieza que encaja mal en la necesidad de aproximar posiciones, el que ha criticado al PSC por situar sobre la mesa cantidades millonarias de euros para determinadas políticas sociales que no son ahora posibles ante la falta de presupuesto.
El PSC lo niega. Fuentes socialistas aseguran que sólo trataban de recuperar partidas para el tercer sector o para las becas comedor que ya estaban en los presupuestos. Es decir, un dinero que, de hecho, se debe.
El dinero del FLA
La consigna oficial, sin embargo, es que la consulta no puede ser objeto de negociación. El propio Homs lo mantuvo este lunes, y el mismo conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, que nunca ha dejado de negociar, por su parte, con los responsables de Hacienda para obtener una mayor flexibilización del déficit en 2013, también esgrimió esa bandera.
Perfecto. Pero el FLA aprieta. La situación es la que es, y en febrero llegaron 103 millones de euros del Fondo de Liquidez. A lo largo del mes de marzo deberán llegar otros 103 millones, para pagar los gastos financieros.
Mas-Colell espera un nuevo objetivo de déficit para presentar los presupuestos de 2013. Esquerra también espera, en silencio, pero comienza a pensar que CiU busca otros socios. Y el Gobierno de Mariano Rajoy también espera, consciente de la grave situación financiera de la Generalitat. Espera que CiU cambie de rumbo de forma definitiva.