Mas bloqueado: entre la corrupción y la independencia

Los casos destapados y el escándalo de las escuchas presentan una Catalunya sin solución

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Ramos de flores. Votos, urnas con grandes colas. Lágrimas de emoción. Señores y señoras venerables con sus manos temblorosas dipositando el voto, con una alegría desmedida, porque nunca pensaron que pudiera ser realidad. Jóvenes besándose y niños corriendo con estelades y senyeres. Esas imágenes son las que han imaginado en los últimos meses los partidarios de la independencia de Catalunya el día del referéndum. No han previsto otra cosa. Y tampoco el president Artur Mas, responsable de iniciar un proceso que, en estos momentos, nadie sabe en qué se podrá concretar.

Porque, a pesar de sus advertencias sobre las dificultades de la aventura, nunca imaginó que Catalunya estuviera ahora patas arriba, inmersa en una crisis económica devastadora, y abierta en canal por casos de corrupción muy distintos, algunos reales, otros magnificados por los medios de comunicación.

Esa ingenuidad de Mas, pero también del movimiento soberanista, cuyos profetas teorizan sin salpicarse en determinados medios de comunicación catalanes, podría llevar a un camino sin salida. España lo pasa mal, pero los estados se defienden siempre. Y Mas está bloqueado.

«Nada es casual»

Estas aseveraciones se basan en conversaciones con distintos dirigentes políticos catalanes, socialistas y convergentes, los dos partidos más castigados ahora por la irrupción de casos de corrupción. Las escuchas protagonizadas por la empresa Método 3, que han posibilitado multitud de informes de todo tipo para todos los partidos y empresas, han protagonizado esta semana la política catalana.

Y llevan a dirigentes del PSC, en este caso, a asegurar que “nada es casual”. Esa es una afirmación que públicamente defienden también los altos cargos de CiU. El propio conseller de Presidència, Francesc Homs, ha asegurado que el proceso soberanista iniciado por el president Mas ha provocado una reacción furibunda por parte de algunos sectores de la propia administración del Estado, que se ve acompañada por la cobertura mediática de los grandes rotativos de ámbito español, El Mundo y El País. ¿Es ello cierto, o es un nuevo ejemplo de victimismo para no asumir las propias responsabilidades?

El PSC, «la marca catalana del PSOE»

Una de las curiosidades de las propias informaciones que se han publicado, es que los dos periódicos denominan al PSC, sin miramientos, “la marca catalana del PSOE”, o “la marca blanca del PSOE”. Es nuevo. Hasta hace poco se respetaba que el PSC era un partido jurídicamente diferente del PSOE. Ya no. Denota un cierto desdén hacia los socialistas catalanes.

Eso no es una anécdota. Los dos periódicos publicaron el pasado viernes dos editoriales durísimos en contra de una supuesta singuralidad de Catalunya. Trataron la comunidad autonóma como un territorio que se las dio de mantener una cierta pulcritud, pero que, en realidad, presenta los mismos o más casos de corrupción que cualquier otro rincón español. Se acabaron las especificidades.

Un miembro de la cúpula del PSC mantiene que hay un interés “por parte de sectores del PP, que quieren influir en Mariano Rajoy en constatar que una Catalunya independiente sería un desastre y en que hay que poner orden”. Es decir, los propios dirigentes socialistas, que se han mostrado muy críticos con el camino trazado por Artur Mas, consideran que la maquinaria a la defensiva, pero atacando al mismo tiempo, del Estado y determinados medios de comunicación se ha intensificado.

Los hechos

¿Pero existen los hechos de corrupción? Sí. El caso Mercurio en Sabadell, o el caso Palau de la Música, de una dimensión inaudita, o la trama sobre las ITV, que afecta a Oriol Pujol Ferrusola ¿Y las escuchas?

Aquí la cuestión ha comenzado a virar hacia otros derroteros. La empresa Método 3 había realizado más de 500 informes a personas de toda índole. El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha afirmado que cree en José Zaragoza, a quien El Mundo le atribuye como responsable de las grabaciones entre la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola y la presidenta del PP, Alicia Sánchez-Camacho. Zaragoza niega que encargara esas grabaciones. Y si lo fuera, según indicó Navarro, debería abandonar sus responsabilidades políticas. ¿Cuál es, entonces la otra interpretación? Que Método 3 realizaba las escuchas por su cuenta, y luego buscaba a posibles interesados para vender las informaciones. Ello casaría con esa proliferación de informes a distintos partidos y personas de diversos ámbitos.

La salida

La cuestión es cómo se puede salir de este atolladero, en la peor crisis que ha sufrido Catalunya y el conjunto de España en muchas décadas. Y para responder a esa pregunta, los dirigentes consultados recuperan la misma figura del inicio de esta crónica: Artur Mas.

Mas improvisó con su apuesta por la independencia. Quería ganar unas elecciones autonómicas por mayoría absoluta, para controlar el ritmo del proceso. No lo logró. Pactó con ERC, que no le ha permitido ralentizar el plan. Y ahora ha descubierto que, efectivamente, Catalunya es presentada como un lodazal.

Francesc Homs afirmó que Mas y Mariano Rajoy se podrían entrevistar en secreto, para aproximar posiciones sin la presión mediática. No ha trascendido si lo han hecho ya. Pero miembros de las cúpulas de las dos principales fuerzas políticas catalanas, PSC y CiU, reclaman que esa aproximación se haga cuanto antes. “No puede haber más salida que esa”, claman con determinación.

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