Mas asume ante ERC que deberá recuperar Sucesiones y recaudar más por Patrimonio
Los republicanos insisten también en fijar la fecha del referéndum soberanista
Presión en dos direcciones, para garantizar mayores ingresos, a través de un giro social, y con el objeto de convocar antes de 2014 el referéndum de autodeterminación.
Esquerra Republicana quiere hacer valer el peso de sus 21 diputados, que facilitarán la investidura del president en funciones Artur Mas. Y la dirección de CiU ha comenzado a asumir el coste del apoyo de los republicanos.
No podría ser de otra manera, en una negociación, pero la federación nacionalista entiende que la grave situación económica obliga también a grandes esfuerzos y renuncias ideológicas, las que no hizo cuando ganó las elecciones en 2010.
Clases medias
Se trata, en este caso, de un giro social, que obligará a Artur Mas a recuperar el impuesto de Sucesiones, tal y como lo dejó el tripartito, y que suponía para las arcas de la Generalitat unos 300 millones de euros, tras la reforma que aplicó el ex conseller de Economia, Antoni Castells.
El tripartito asumió que debía eximir del impuesto a las amplias clases medias, y mantuvo la tasa para un pequeño porcentaje de la sociedad catalana que heredaba grandes patrimonios.
El argumento de Mas, tras la ganar las elecciones en 2010, fue que ese pequeño porcentaje, de hecho, no acaba pagando el impuesto, porque busca fórmulas legales de tributación paralelas. Y, por tanto, Sucesiones recaía, casi exclusivamente, en las clases medias.
Ahora, sin embargo, forzado por la situación política, y aunque se trate casi de una cuestión de principios, Mas está dispuesto a recuperar el impuesto. Los negociadores de Esquerra Republicana, sin embargo, recelan de que sea, finalmente, así.
El impuesto que eliminó y recuperó Zapatero
Pero Mas deberá también modificar el impuesto de Patrimonio para buscar mayores ingresos. En el programa de Esquerra Republicana figura la voluntad de reducir el mínimo exento de los actuales 700.000 euros, a 500.000 euros. El impuesto no grava la vivienda habitual.
Es un tributo que el Gobierno del PSOE, de José Luis Rodríguez Zapatero, eliminó en el inicio de su segunda legislatura, en 2008, pero que recuperó al final del mandato, consciente de la gravedad, finalmente, de la crisis económica.
La mayoría de autonomías bonifican el impuesto. Pero no es el caso de Catalunya. Mas buscó ingresos, y dejó el mínimo exento en 700.000 euros. A partir de esa cantidad, se aplica un tipo progresivo, del 0,2% en los 167.000 euros siguientes; del 0,3% en los 334.000 euros posteriores, y así hasta el 2,5% a partir de 10,6 millones de euros, que es el tipo máximo.
Una cuestión política
Los despachos de abogados consultados consideran que la medida podría tener un efecto recaudador, pero los ingresos finales tampoco resolverían gran cosa las dificultades económicas de la Generalitat.
Se trata, en cualquier caso, de una decisión también política, que puede permitir a Esquerra asumir el coste de un presupuesto muy restrictivo para 2013.
Los republicanos comienzan a asumir también la realidad. Y, después de comprobar las cuentas de la Generalitat, el equipo negociador de ERC quiere, como mínimo, introducir medidas previstas en su programa electoral.
También está sobre la mesa una tributación sobre las emisiones de gases contaminantes, impuestos sobre las nucleraes, la euroviñeta para el transporte por carretera o un tributo para las grandes superficies.
La idea, según los negociadores de ERC, es conseguir mayores ingresos, para no tener que reducir, sin más, 4.000 millones de euros del presupuesto de 2013.
Vencimientos de deuda de 6.094 millones
Y es que los republicanos van conociendo la realidad. La Generalitat, obligada a cumplir un déficit en 2013 del 0,7% del PIB, tendrá a lo largo del año unos vencimientos de deuda de 6.094 millones de euros. Se deberá añadir unos 1.400 millones de euros más, producto de ese 0,7% de déficit.
Y en esta suma no figura la refinanciación a corto y largo plazo de deuda. Las necesidades podrían superar, por tanto, los 9.000 millones de euros. Buena parte de esa cantidad se solicitará, de nuevo, al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que ofrece el Gobierno central a un interés del 5,6%.
El panorama, por tanto, es sombrío. Y Esquerra lo sabe.
La esperanza de la Generalitat y la consulta de ERC
Sólo puede haber un punto de esperanza en la posibilidad de que la Comisión Europea flexibilice el objetivo de déficit para España en su reunión del mes de febrero.
Si España puede pasar del 4,5% fijado ahora, al 5,5% o al 6%, la Generalitat exigirá que se distribuya entre las comunidades autónomas. Y que Catalunya pueda pasar del 0,7% al 1,5% o al 2% de déficit.
Frente a todos estos datos, Esquerra reclama a CiU que el referéndum de autodeterminación no se demore más allá de septiembre de 2014. Pero Artur Mas no quiere cerrar todavía ningún calendario.
Es la baza de ERC. Puede apoyar unas cuentas muy restrictivas, pero no puede renunciar al referéndum. «Las elecciones se convocaron para decidir sobre la consulta, ¿no?», se pregunta un portavoz de ERC.