Marlaska vuelve a pasar de puntillas: del Tsunami al ‘Delcygate’
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, repite estrategia ante el escandaloso encuentro de José Luis Ábalos con la vicepresidenta de Venezuela
El Gobierno de Pedro Sánchez ve el Delcygate como un intento –a su parecer fallido– de la derecha por cobrarse algún ministro en los primeros meses de la legislatura. El presidente del Ejecutivo ha salido personalmente en defensa del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, por su reunión con la vicepresidenta venezonala, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas, pese a la prohibición de que la número dos de Nicolás Maduro pise territorio europeo.
Tras tres denuncias ante la Justicia y con una investigación judicial ya en marcha, el Gobierno ha seguido pasando de puntillas del asunto, rebajando todo a una campaña sucia de PP, Ciudadanos y Vox. Este lunes ha sido el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien se ha prestado a ampliar el halo de protección de Moncloa sobre Ábalos, evitando hacer cualquier declaración de fondo sobre la polémica tras haber solicitado el juez un informe a su ministerio la semana anterior.
El titular del juzgado de instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano Arnal, pidió al Ministerio del Interior documentación sobre la normativa de funcionamiento de los aeropuertos en situaciones como esta, así como quiénes son los funcionarios y encargados responsables de llevar a cabo el protocolo para atender a la llegada de mandatarios, y los protocolos de actuación en el espacio Schengen. Y Grande-Marlaska no ha confirmado ni desmentido que haya dado ya respuesta al juez.
«Nosotros nos dedicamos como Ministerio del Interior a dar cumplimiento de todas las peticiones de información que nos dirija cualquier autoridad judicial, faltaría mas», ha afirmado el ministro. «Este caso, al encontrase judicializado, cualquier información la debe dar la autoridad judicial; nosotros colaboramos con el conjunto de instituciones, en este caso del Poder Judicial», ha añadido, en una escueta pregunta a las preguntas de la prensa este lunes por la mañana.
Es la misma estrategia que el titular del Interior utilizó en el otoño de 2019 cuando tuvo que enfrentarse a Tsunami Democràtic, la plataforma independentista que durante semanas formó parte del debate público y a la que Marlaska se comprometió a investigar, quedando al final la cosa en poco más que nada. Experto en lanzas mensajes enigmáticos, el ministro no supo responder a finales de 2019 quién instigó a Tsunami, y a marzo de 2020 todavía no ha dado respuestas.
«No hay caso»
La actitud de Grande-Marlaska es la propia de un Gobierno que desliza a los medios de comunicación que «no hay caso» en el llamado ‘caso Ábalos’. Fuentes de Moncloa citadas por La Vanguardia a finales de la semana pasada han asegurado no solo que hay carencia de caso, sino que el Delcygate ha llegado a los juzgados únicamente porque la ofensiva política estaba ya «agotada». Las mismas fuentes aseguran que todo el asunto «quedará en nada»