Madrid estudia mantener abiertas sus fronteras en Semana Santa, pese a las advertencias
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso estudia facilitar la movilidad a partir del 26 de marzo, pero se mantiene a la espera del resto de autonomías
El final de la tercera oleada de contagios ha abierto un nuevo escenario para la Comunidad de Madrid, que ya estudia la posibilidad de mantener abiertas sus fronteras durante la Semana Santa para intensificar la llegada de turistas de otras autonomías y reactivar la economía. Un plan que está sujeto a las decisiones que puedan tomar el resto de regiones limítrofes.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso planea esta medida de flexibilización si la curva epidemiológica continúa descendiendo a lo largo del mes, aunque no quiere dar ningún paso en firme sin conocer la posición del resto de presidentes autonómicos de su entorno, según ha publicado El Mundo.
La incidencia acumulada en la Comunidad de Madrid ha descendido hasta los 284 casos por cada 100.000 habitantes, sin embargo todavía se encuentra por encima umbral que marca el riesgo extremo para la salud pública. Son 100 puntos más que la media nacional.
La reducción de los contagios que se ha registrado en las últimas semanas todavía no ha tenido un impacto notable en la presión asistencial de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) madrileñas, que albergan a 573 pacientes críticos, según el último informe epidemiológico del Ministerio de Sanidad. La ocupación de estas áreas representa el 43,4% de las camas, la nota más alta de todo el país.
Los epidemiólogos piden cautela con la Semana Santa
La posibilidad de abrir las fronteras territoriales entre el 26 de marzo y el 4 de abril choca con algunas de las recomendaciones que han puesto sobre la mesa los expertos en salud pública, que han pedido no correr con los planes de desescalada para evitar la llegada de una cuarta oleada de contagios.
Daniel López Acuña y Margarita del Val, dos de los epidemiólogos más reputados del país, llevan repitiendo el mismo mantra en los medios de comunicación en lo que va de semana: levantar demasiado pronto las restricciones para salvar la Semana Santa puede conducir a repetir los mismos errores de la Navidad.
Un equipo de investigadores de Cantabria demostró a finales del 2020 que el riesgo de contagio de coronavirus se dispara un 222% durante los días festivos, cuando los contactos entre personas se llegan a triplicar por el aumento de las relaciones sociales.
Madrid ya provocó un conflicto territorial con sus restricciones
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso todavía no ha dado ningún paso adelante hasta ver las decisiones que van adoptando el resto de comunidades. Algunas como Andalucía o Valencia ya trabajan en planes similares para reactivar la actividad turística y el consumo durante una Semana Santa que estará marcada de nuevo por las medidas sanitarias.
Las decisiones sobre la movilidad ya han enfrentado en varias ocasiones a la Comunidad de Madrid con sus vecinos autonómicos. El presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, llegó a presentarse como una víctima de las decisiones sanitarias de la capital. “Sufrimos el efecto de esa sexta provincia”, advirtió hace un mes en plena tercera oleada.
La segunda tanda de rebrotes de noviembre también provocó fuertes diferencias entre las dos administraciones. El conflicto se solventó cuando Ayuso acordó prohibir la entrada y salida de la Comunidad de Madrid durante los puentes festivos. Aunque se negó a alargar esta medida más en el tiempo para no condicionar la recuperación del sector hostelero.
Ante la posibilidad de que la Semana Santa desate nuevos enfrentamientos territoriales, el Gobierno de Pedro Sánchez ya prepara un documento unificado con las actuaciones que deberá pactarse entre todas las autonomías en el Consejo Interterritorial de Salud. También están analizando las medidas en el seno de la Comisión Pública de Salud.