Madrid aumenta el gasto sanitario por primera vez desde la crisis

Ignacio González eleva el 4% del presupuesto en salud tras cinco años de recortes y derivaciones a la privada

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El mismo día en que se conocía el primer contagio por ébola fuera de África (concretamente en un hospital madrileño), Ignacio González (PP), el presidente del gobierno autonómico que ha recortado gasto sanitario durante el último lustro, anunció que el presupuesto en sanidad subirá, por primera vez desde el inicio de la crisis.

El heredero político de Esperanza Aguirre ha ordenado un aumento del 4% en la partida sanitaria para 2015, año en el que por primera vez se enfrenta a las urnas con unas encuestas desfavorables para el Partido Popular que podía perder la mayoría absoluta en el parlamento regional.

Cambio de estrategia

Después de cuatro años de desgaste por las mareas sanitarias que protestaron por la privatización de la gestión hospitalaria, Ignacio González comenzará con una estrategia política inversa. En lugar de recortar y cerrar, intentará mostrarse en fase de inauguración y ampliación.

Este mismo mes el presidente autonómico tiene previsto inaugurar el nuevo hospital de Collado de Villalba, un centro que acumula 22 meses de retraso y por el cual el gobierno de Madrid paga casi un millón de euros a la concesionaria IDC a pesar de que aún no está operativo. Hasta ahora, González ha destinado 20 millones de euros por la gestión de un centro hospitalario que no ha atendido a ningún paciente.

El trasvase

Los responsables de la sanidad madrileña han concebido una política de derivaciones de pacientes de los hospitales públicos hacia las clínicas privadas. Una circular de la dirección del hospital de La Princesa ordenaba a los médicos derivar los pacientes del hospital a un listado de clínicas privadas, tal como desveló este diario. Fue sólo el comienzo. La Comunidad de Madrid dijo que abriría una investigación tras conocerse la cesión de las fichsa de los pacientes del hospital público de Fuenlabrada a la clínica privada Brunete.

La derivación de pacientes a las clínicas privadas ha sido una política dirigida por Esperanza Aguirre con el propósito de reducir las listas de espera. Pero con la menor afluencia de pacientes a los centros de salud públicos, el gobierno regional encontró una excelente excusa para desmantelar servicios hospitalarios por falta de uso. Los trabajadores denuncian una reducción de personal y una supresión drástica de camas en los meses de verano.

Pero ahora el gobierno González, que tuvo que revocar las concesiones a los seis hospitales privatizados por mandato judicial, asegura que las derivaciones han ido a la baja. En 2004 eran casi del 10% y ahora se encuentran por debajo del 7%. Ahora habrá que esperar a conocer las consecuencias del brote de ébola.

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