Los retrasos de Catalunya Caixa
Artur Mas defiende que tiene que tener una marca y personalidad jurídica diferenciada. El ministro De Guindos asegura que su adjudicación se ha retrasado por culpa de los valoradores
Las jornadas del Círculo de Economía han coincidido en el tiempo con el rescate de Bankia y el baile de cifras en la inyección de capital final que requerirá para salir a flote. El empresariado catalán se ha reunido en Sitges con otra preocupación: Catalunya Caixa.
El primer día de la cita, el ministro de Economía, Luís de Guindos, reconoció en un aparte con los medios que su adjudicación “se ha retrasado una semanas”. En concreto, hasta el 27 de junio próximo. Pero ha querido mandar un mensaje de tranquilidad al asegurar que los culpables eran “los valoradores que realizan el análisis”, que aún revisan los libros de la entidad.
Sus declaraciones no convencieron al empresariado catalán y eludieron la principal cuestión que está encima de la mesa: ¿se intervendrá y unirá con Bankia y Novacaixagalícia? Fuentes financieras han explicado a Economía Digital que la razón última de este retraso podría tener otras motivaciones, entre las que se encuentran las políticas y también las propias de mercado: existen temores fundados de que la subasta de la caja catalana pudiera quedarse desierta ante el desinterés de los eventuales compradores. Incluso más: del precio y las garantías que exigen para hacerse cargo de la caja de ahorros catalana.
Diferencias con Bankia
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, aseguró que no se puede comparar Catalunya Caixa con Bankia “porque tiene un equipo que desde hace tiempo ha hecho los deberes”. Y esto pasó por el “cierre de oficinas y por tener una estructura muy fuerte”. En el supuesto de que se creara el banco público con las tres entidades, “quien lo ha hecho peor no puede tener el centro de poder”. Es decir, Mas se negó a que Bankia (y su entorno del PP) controlara la nueva institución.
El único punto de encuentro entre De Guindos y Mas fue subrayar el que consideraron mayor activo de la caja catalana: su marca comercial. El President incluso aseguró que su futuro pasa por tener “una marca y personalidad jurídica diferenciada”.