Los médicos hacen la maleta: la falta de inversión conduce a un éxodo de una década
Más de 20.000 facultativos abandonan el país en los últimos 10 años, después de que España haya hundido hasta el 5,9% del PIB el presupuesto destinado a Sanidad
Francia, Reino Unido, Irlanda o Alemania se han convertido en el paraíso laboral para miles de médicos españoles en la última década. Los recortes en inversión pública y la notable diferencia en las condiciones de trabajo han desencadenado un goteo constante de profesionales sanitarios, que se han subido a un avión en busca de un futuro más estable.
El Consejo General de Colegios de Médicos estima que en la última década más de 20.000 facultativos han puesto rumbo al extranjero para asentarse en los sistemas sanitarios de algunos de los vecinos de la Unión Europea. Un ascenso paulatino que se ha ido acrecentando, justo a las puertas de la mayor crisis sanitaria de la historia por la expansión del coronavirus.
Detrás de esta fuga de talento hay un primer factor clave que apunta a las condiciones económicas. Un médico de familia puede llegar a cobrar de media cerca de 45.000 euros brutos en España, si no realiza guardias. En sueldo que puede triplicarse en Francia, donde muchos profesionales alcanzan los 120.000 euros o en Reino Unido que ronda los 144.000.
Más allá de las remuneración, otro de los motivos que ha empujado a los sanitarios fuera de España son las condiciones laborales que se ofrecen en España, donde es habitual que los facultativos encadenen en sus primeros años de trayectoria profesional contratos eventuales. En algunos casos, incluso por días u horas.
“Lo que más valoran es la estabilidad que les ofrecen en otros países que les hacen contratos de larga duración o indefinidos. Les dan todo tipo de facilidades. En algunos sitios, incluso les buscan puestos de trabajo para la pareja”, ha comentado el doctor Vicente Matas, representante nacional de los Médicos de Atención Primaria, en una entrevista con Economía Digital.
España hundió la inversión sanitaria con la crisis financiera internacional
El escaso margen competitivo de la sanidad española responde a los recortes que se produjeron en el sistema nacional de salud como consecuencia de la crisis financiera internacional que estalló en 2008. España todavía no ha sido capaz de recuperar las cifras, después de una década.
El gasto sanitario público consolidado en el año 2018 alcanzó apenas el 5,9% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Son seis décimas menos que en 2009, el año anterior a que comenzaran a ponerse en marcha los recortes sucesivos de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Un estudio elaborado por Lensotore ha colocado a España en el puesto 17 de los países que más dinero invierten en sanidad del mundo. Los datos contrastan con casos como el de Estados Unidos que destina un 9,2% del PIB, Noruega (8,2%) o Francia (8%).
“El problema que tienen los políticos es que consideran lo que se destina como un gasto y nosotros tratamos de convencerlos de que, tanto en Sanidad como en Educación, los países no gastan, sino que invierten”, ha lamentado Matas.
Una parte de este presupuesto es precisamente el que se destina a financiar los sueldos de los facultativos, que apenas han variado en la última década, a pesar de las variaciones de los precios del consumo. En 2009, se destinaban 31.341 millones de euros a abonar las nóminas, frente a los 31.334 de 2018.
Atención Primaria concentra la mayor fuga de talento de España
La fuga de médicos abarca a todas las disciplinas pero se ha concentrado principalmente en los facultativos de Atención Primaria, uno de los sectores más demandados en el extranjero y también de los que sufren una mayor carga de trabajo en España.
Matas identifica esta fuga de talento con algunos de los problemas endémicos que arrastran los centros de salud del país, como la falta de contratos de sustitución para evitar que la presión laboral se dispare en momentos de mucho trabajo. “Cuando están de vacaciones los compañeros, no hay sustitutos y tienen que hacerse cargo de los enfermos de los que están ausentes”, ha relatado.
La partida destinada para la medicina de familia se ha ido reduciendo progresivamente. En 2018, se presupuestaron 10.775 millones de euros, lo que representa un 3,6% menos que en el año 2009. La inversión en Atención Primaria solo representa el 14% del total destinado a la sanidad pública en España.
El Consejo de Médicos considera que para solucionar este déficit de personal sería necesario la contratación de al menos 3.000 médicos de familia más. Su incorporación permitiría que cada facultativo tuviera menos de 1.500 pacientes asignados en su centro de salud. Actualmente, hay un 40% de la plantilla que supera esta barrera.
“Planteamos que existan unas plantillas lo suficientemente dimensionadas para que si falta un médico no se convierta en una carga de trabajo desmesurada para los que quedan”, ha insistido Matas.
La falta de personal puso contra las cuerdas a Atención Primaria durante la pandemia
Precisamente, los centros de salud fueron unos de los lugares más expuestos a la sobrecarga de trabajo durante el último año como consecuencia de la pandemia. La falta de personal se unió al incremento de sus funciones con tareas como la atención telefónica de los pacientes, el control de los contactos o incluso servir como enlace con colegios o residencias.
“Con la pandemia ha quedado meridianamente claro que un sistema de salud insuficientemente financiado, sin la inversión necesaria, ha sufrido bastante más que si ese sistema hubiera estado bien dimensionado, de presupuesto, de plantilla o de camas de UCI”, ha relatado Matas.
El portavoz de Atención Primaria ha recordado los momentos dramáticos que se llegaron a vivir en la primera oleada de casos de la primavera, cuando los facultativos llegaron a «protegerse con bolsas de basura», ante las dificultades de hacerse con un traje EPI.
Sin un plan de retorno del extranjero sobre la mesa por parte de ninguna administración pública, los médicos solo esperan un cambio en los presupuestos que permita dotar de mayor estabilidad a las plantillas y convocar oposiciones con más frecuencia. “Tiene que recuperarse la inversión en sanidad porque es fundamental”, ha sentenciado Matas.