Los liberales de CDC empujarán a Mas a redefinir la ideología del partido
El sector advierte de que la refundación no debe pasar por la socialdemocracia, un espacio que se otorga ERC
El debate será intenso. La refundación de Convergència Democràtica (CDC), que pasa ahora por una “despujolización”, no puede dejar de lado su orientación ideológica. Porque, ¿qué es CDC? ¿Qué ha sido Convergència?
El sector liberal, muy activo, quiere empujar a Mas hacia sus tesis, y para ello promueve un profundo debate en distintas direcciones: sobre la regeneración democrática; el debate soberanista y el acento social, centrado en las políticas de proximidad. Pero desde la convicción de que CDC no puede refugiarse en etiquetas como la socialdemocracia. “En ese espacio ya está ERC”, asegura un dirigente del partido.
En las próximas semanas las distintas familias de CDC se movilizarán para ganar posiciones. Los liberales del partido quieren promover un documento que esperan poder debatir en el consejo nacional extraordinario del 6 de septiembre.
La ‘Llivergència’ se mueve
Son dirigentes integrados en la llamada Llivergència, que ya impulsaron un informe sobre la reactivación económica con la idea de no abrazar los postulados intervencionistas de ERC. Entre los dirigentes que han reclamado una refundación de CDC que no pierda de vista a su electorado más liberal de centro-derecha se sitúan los consellers Felip Puig y Santi Vila, éste último con algunos matices.
Pero también defienden esas posiciones el conseller Germà Gordó, junto con dirigentes que mantienen viva la llama del liberalismo en CDC como Antoni Fernández Teixidó, diputado en el Parlament y ex conseller de Indústria, o Marc Guerrero, vicepresidente de los liberales europeos. En su momento, una de las almas de ese sector fue David Madí, ahora en el sector privado.
Pero esa familia liberal es más amplia y en la autodenominada Llivergència se sitúa Jordi Vilajoana, secretario de Presidència; Roger Albinyana, secretario de exteriores del Govern; Josep Ramon Dueso, director general de la Autoritat de la Competència, o diputados de CDC en el Congreso, como Feliu Guillaumes o Jordi Xuclà.
«Socialista, sin ser comunista»
Sin embargo, la actual dirección de Convergència, considera que la erosión del partido, –dejando la cuestión no menor de la apuesta por el soberanismo que se comparte de forma mayoritaria– se debe al alejamiento de los principios fundacionales de CDC, que se asimilan a la socialdemocracia del primer Pujol.
Así lo cree el diputado en el Congreso Carles Campuzano; el secretario general de CDC, Josep Rull; y otros dirigentes, como la portavoz de CDC, Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat, que ha reclamado este martes “incidir en las cuestiones sociales”.
Esos elementos fundacionales los ejemplifica la ex consellera d’Ensenyament, Carme Laura Gil, amiga de Jordi Pujol, que se define como netamente de izquierdas, y que en una entrevista en Vilaweb ha asegurado que CDC “sufre porque es socioliberal”, y que “la parte liberal se debe hacer muy pequeña”. Para Gil “Convergència debe ser socialista, sin ser comunista”.
Acuerdos de futuro
La crisis de identidad, en CDC, por tanto, está servida. Fernández Teixidó, en un encuentro con otros dirigentes y empresarios con el presidente de ERC, Oriol Junqueras, quiso situar el debate de futuro. Y preguntó a Junqueras por su política de pactos en las distintas administraciones.
La conclusión, como insiste en denunciar también Josep Antoni Duran Lleida, es que ERC buscará acuerdos con la izquierda, lo que incluye a la CUP, y que CDC quedará apartada, porque cuando un elector debe optar por formaciones de orientación ideológica similar siempre vota “al original”, en este caso a ERC.