Los jueces advierten que Sánchez tiene «casi imposible» el indulto
La singular perspectiva que ofrece el caso radica en que algunos de los que aspiran al indulto, dirigentes de Junts y de ERC, son líderes de los partidos que, hoy por hoy, garantizan la estabilidad del Gobierno.
Las palabras de Pedro Sánchez asociando los indultos a la «revancha» y a la «venganza» han sublevado a los jueces. Tanto que ya advierten, con las sentencias en contra del Tribunal Supremo y de Fiscalía en la mano, que el Gobierno va a tener «casi imposible» sacar adelante los indultos, uno por uno, recuerdan.
Los magistrados tumban esta medida señalando el artículo 102 de la Constitución, referente al autoindulto, y también cuestionan la vía ‘light’ que proponen algunos ministros para reformar el delito de sedición y así conseguir, de facto, la salida de prisión de los 12 condenados por el procés.
Desde la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) explican que, de aprobarse la figura del indulto, «el Consejo de Ministros tiene que detallar explícitamente las motivaciones que han llevado al Ejecutivo a tomar esa decisión«.
«El Gobierno tendrá que mirar caso por caso porque no se puede aprobar un indulto colectivo», explican desde la asociación. «En ese informe, el Ejecutivo tendrá que plasmar unos argumentos bien fundados», continúan. De lo contrario, PP y Vox, que ya han expresado su intención de acudir a los tribunales podrían llevarlo ante la Justicia y que ésta lo tumbe tras las advertencias del Ministerio Público y del Supremo.
El autoindulto
Mucho se comenta en ‘corrillos’ de diputados en el Congreso y pocos conocen lo que implica el autoindulto. Los magistrados consultados advierten que «la Carta Magna es muy explícita respecto a este asunto» y el informe del Supremo «no ha dejado dudas al respecto, pero hay que leer entre líneas», señalan desde la APM.
La singular perspectiva que ofrece el caso radica en que algunos de los que aspiran al beneficio del derecho de gracia, dirigentes de Junts y de ERC, son precisamente líderes políticos de los partidos que, hoy por hoy, garantizan la estabilidad del Gobierno. La medida de gracia favorecería a Pedro Sánchez y al Ejecutivo y ello está prohibido por la Constitución.
El artículo 102 de la Carta Magna recalca que si la acusación o condena se impone por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones cometido por el presidente o su Gobierno, «no será aplicable la prerrogativa de gracia».
Los jueces advierten que el Supremo va, incluso, más allá y añade que el asunto adquiere una dimensión especial cuando entre las penas que aspiran a ser extinguidas mediante el indulto se encuentra la de inhabilitación para honores, empleos o cargos públicos.
Cuixart, Bassa y Turull, los más señalados
Los magistrados también explican los fundamentos basados siempre en Derecho que han llevado a Fiscalía y al TS a realizar unos informes de rechazo tan «contundentes». Tres de los presos, advierten, ya estarían más que señalados por las bases de sus respectivas condenas y son Jordi Cuixart, Dolors Bassa y Jordi Turull.
El «lo volveremos a hacer» de Cuixart ya sirvió a los magistrados para fundamentar su condena y elevarla a pena de prisión. La Sala Segunda indicó la «contumacia» con la que el dirigente insistió en su desafío al Gobierno, sin signo alguno de arrepentimiento.
En el caso de Bassa y de Turull, que reclaman su salida de prisión por «circunstancias personales», como la enfermedad de familiares directos, el tribunal ya recordó que no se podrían reparar esas penas por medio del indulto.
La tela de araña de Sánchez
Los murmullos de todos los partidos en el Congreso son constantes. ¿Por qué se habrá expuesto tanto Sánchez con estas declaraciones en favor de los indultos? Algunos diputados consideran que se trata de un «juego de estrategia» en el que planteas una opción extrema para después apostar por la de en medio y que a ojos de la gente no suponga tan excesiva como la planteada anteriormente.
Sin embargo, la oposición y algunos socialistas críticos con Sánchez destacan la «tela de araña» que ha atrapado al presidente. Recuerdan cuándo Sánchez vendió a barones como Susana Díaz el pacto con los independentistas para crear un gobierno alternativo y así consolidar «otras mayorías». Y cómo la dirigente andaluza y otros presidentes territoriales le hicieron firmar un documento prohibiéndole el pacto con las fuerzas separatistas.
De aquellos polvos, estos lodos. Sánchez se consolidó como líder del PSOE y llegó a La Moncloa. Ahora muchos avisan que su estabilidad depende, precisamente, de ERC y Junts. Un autoindulto en manos del PP y de Vox. De ahí que algunos diputados observen que esta figura no tenga mucho recorrido y que el Gobierno esté ganando tiempo para elaborar otro estatut vía referéndum.
La disyuntiva que una gran mayoría en la Cámara tiene clara es el desafío al que se enfrenta Sánchez: Sacar al Gobierno de España y al Partido Socialista fuera de la ley o quedarse sin mayoría en el Parlamento que le permita seguir presidiendo el Ejecutivo. La continuación de un Gobierno Frankenstein o claudicar ante las urnas.
«Los informes tendrán que estar muy fundamentados porque cualquiera podría tumbar los indultos», advierten los jueces.