Los hosteleros catalanes acusan a la Generalitat de imponer un “cierre encubierto”
Las nuevas restricciones sanitarias han entrado en vigor este lunes en los bares y restaurantes de Cataluña, que se han visto obligados acomodar su horario a un sistema de franjas que apenas les permite dar unos cuantos desayunos y almuerzos. La decisión ha sentado muy mal entre los empresarios del sector que acusan al Gobierno catalán de imponer un “cierre encubierto” de los establecimientos.
El nuevo mapa de limitaciones solo permite a los negocios de restauración permanecer abiertos en dos intervalos de tiempo. El primer es entre las 7.30 y las 9.30 horas de la mañana, mientras que el segundo abarca besde las 13.00 hasta las 15.00 horas. Además, el aforo se ha limitado al 30% y solo se permite un máximo de seis comensales por mesa en los días festivos.
Los hosteleros creen que detrás de este enrevesado protocolo se esconde una estrategia para evitar que las empresas puedan beneficiarse de blgunas ayudas públicas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa mayor, las bubvenciones de los autónomos o la reducción del coste del alquiler al 50%.
«Quiere hacer un cierre encubierto», han expresado fuentes de la principales asociaciones de hostelería de Cataluña a la Agencia Efe.
Bares y restaurantes devuelven el dinero de las reservas
El plan de restricciones del Gobierno interino de Pere Aragonès busca evitar un nuevo repunte de contagios durante la Navidad pero tendrá un efecto directo en el bolsillo de los empresarios de la hostelería. Bares y restaurantes han comenzado a devolver el dinero de las reservas que tenían ya apalabradas y que, en muchos, casos habían reinvertido en el negocio.
Las promesas del plan de desescalada navideño de la Generalitat se han esfumado tras el repunte de la velocidad de transmisión y del riesgo de contagio de la Covid-19 de las últimas dos semanas. “¿Qué tenemos que hacer con las reservas hechas? y ¿con los pedidos de productos específicos para estas fechas?», se han preguntado los afectados.
Los hosteleros catalanes critican la falta de diálogo
Los hosteleros de Cataluña han vuelto a ver cómo las decisiones para combatir la pandemia de coronavirus se tomaban a sus espaldas. La Generalitat no ha contado con el sector para idear su plan de choque. Es el segundo golpe consecutivo después del mes y medio que permanecieron cerrados todos los establecimientos en la fase más crítica de la segunda oleada de contagios.
«Se ha hecho desde la más absoluta ignorancia», han ratificado.
Una de las consecuencias más duras será la suspensión de las cenas durante las fiestas de Navidad. El nuevo protocolo de franjas no permite ofrecer servicio nocturno, a excepción de los envíos a domicilio o en las cocinas de los hoteles.
El sector hostelero planea una nueva protesta e las calles esta tarde para exigir a la Generalitat medidas justas en la contención de la Covid-19 que “no estigmaticen” al turismo, a la hostelería y a la restauración de la situación epidemiológica que atraviesa la comunidad.
Cataluña frena ligeramente la velocidad de contagios
Cataluña ha logrado frenar de forma sutil la velocidad de propagación de coronavirus, que había puesto en alerta a las autoridades sanitarias. El indicador se ha reducido en la última jornada una centésima hasta alcanzar un valor de 1,52 puntos. Sin embargo, sigue muy por encima del umbral que marca una fase expansiva de la enfermedad.
Paralelamente, la Conselleria de Sanidad ha notificado hoy un incremento de la presión asistencial. El número de pacientes ingresados se ha incrementado en 56 hasta un total de 1.623. También crece la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) que albergan a 327 enfermos graves. Son siete más que el día anterior.
El último informe ha sumado 980 nuevos casos positivos y 40 fallecidos en apenas 24 horas. El balance de contagios desde que empezó la pandemia es ya de 373.091 personas. Mientras que u total de 1.623 ciudadanos han perdido ya la vida en Cataluña por el coronavirus.