Los empresarios dan el paso ante el 27S: crecer, rebajas de impuestos y menos Ítacas
Fomento reclama, de nuevo, un pacto fiscal, el final de las diputaciones provinciales y dejar atrás "el populismo" de los soberanistas
Foment ha elaborado sus propuestas económicas de cara a las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. Lo hace cada vez que se produce la contienda electoral, como en 2012, cuando pidió eliminar el 20% de los municipios. No es nuevo. Pero esta vez el desafío es grande, porque el president Artur Mas quiere convertir los comicios en un plebiscito sobre la independencia. Esa es la rebelión de Foment, ‘pasar’ del emplazamiento de los independentistas, y reclamar con insistencia medidas que impulsen el crecimiento económico
Con tranquilidad, sin la pretensión de que se entienda como un contrapeso, la patronal que dirige Joaquim Gay de Montellà, va a lo suyo, para dejar claro, precisamente, que el debate público se debe centrar en las cuestiones de siempre. Es lo que defiende también el empresario Josep Lluís Bonet cada vez que tiene ocasión.
Y para ello Foment reclama una rebaja de impuestos, «porque en Cataluña se paga más por IRPF que en el resto de España», –con el tramo autonómico, se alza hasta el 56%– el fin de las diputaciones provinciales, «porque hay un exceso de administraciones», según Gay de Montellà, y se pide, otra vez, un pacto fiscal, que debería solventar el gran problema de la administración pública de la Generalitat: la falta de recursos para prestar los servicios que tienen asignados. Y de ahí no se mueve Foment.
Sin caer en el tremendismo
La patronal difundirá este martes ese programa económico, con la pretensión de que los partidos políticos ofrezcan propuestas concretas en el campo económico. Se trata de una gran paradoja. Es como jugar una partida que se sabe de antemano que cambiará las reglas de juego. Pero la patronal no desea variar un ápice su naturaleza. Convergència Democràtica, por ejemplo, en boca de su coordinador general, Josep Rull, aún no ha elaborado su programa electoral, centrado únicamente en la independencia de Cataluña.
Gay de Montellà ha logrado impregnar con su sello personal la gran patronal. Y no desea jugar «al tremendismo». Para eso, Foment entiende que ya están otros colectivos, como Empresaris de Catalunya, abiertamente contrarios al independentismo.
Rechazo a los cantos de sirena «populistas»
Foment busca, por tanto, un aire de normalidad: «Es importante conseguir un modelo de crecimiento económico sostenible y afirmar la mejora en el mercado de trabajo, y al mismo tiempo mantener la corrección de los desequilibrios macroeconómicos, como el elevado nivel de endeudamiento y de déficit público. En eso hace falta que todos juntos invirtamos nuestros esfuerzos. Este tiene que ser nuestra meta: si se me permite, nuestra Ítaca. El resto, cantos de sirena populistas que lo único que pueden hacer es arruinar nuestro viaje hacia la recuperación», asegura Gay de Montellà, tal y como reflejó en un artículo periodístico en agosto, en referencia al proceso soberanista.
Ese enfoque, es, precisamente, el que defiende la patronal de cara al 27S, sin entrar en un debate plebiscitario que sólo reclama el soberanismo, como apuntan fuentes empresariales.
La «temeridad» de unas nuevas elecciones
La patronal considera una «temeridad» la convocatoria de unas elecciones, por segunda vez consecutiva en tres años, que sólo provocará una «parálisis legislativa y un tropiezo administrativo». Según Gay de Montellà, «corremos un riesgo evidente de, como nos ha mostrado Grecia, estropear la recuperación económica».
El decálogo de Foment es diáfano: el objetivo debe ser, como refleja el documento, el de aprovechar la fase positiva del ciclo económico (el PIB de España está creciendo un 4% anualizado en 2015), para remachar el proceso de reestructuración de la economía, impulsar las reformas pendientes con la idea de aumentar la competitividad, e incrementar la productividad con políticas de innovación, liberalización e internacionalización. Y eso, que se centra en Cataluña, debe servir para el conjunto de España de cara a las elecciones generales del mes de diciembre.
De ahí no se moverá Foment del Trabajo, que no ve en el horizonte una gran victoria electoral del soberanismo que fuera de tal dimensión que obligara a un replanteamiento global de la relación de Cataluña con España.