Los críticos del PSOE se resignan a las terceras elecciones pero buscan alternativas a Sánchez
Algunos sectores del partido creen que la apuesta por el 'no' a Rajoy ya no tiene marcha atrás y quieren un nuevo candidato
Ya no hay marcha atrás. Esta idea se ha instalado ya entre los sectores críticos del PSOE, que han intentado que la ejecutiva dirigida por Pedro Sánchez aceptara un acuerdo, o una abstención, que evitara unas terceras elecciones. Le ven enrocado, por lo que creen que el no a Rajoy es ya irreversible y se han resignado a una repetición de los comicios, a pesar de que PP y C’s ya trabajan en un acuerdo que ponga al PSOE entre la espada y la pared.
A lo que no se resignan los críticos socialistas es a que el culpable de esta situación, Pedro Sánchez, se vaya de rositas. Por ello, algunos sectores, como los rubalcabistas, barajan varios nombres como candidatos alternativos al actual secretario general. Patxi López es uno de los que más suenan, y parece que tras perder la presidencia del Congreso, se habría distanciado de la línea oficial marcada por Sánchez.
La ejecutiva socialista no se mueve
La ejecutiva del PSOE se ha reunido este lunes sin novedades en su línea de cara al debate de investidura: su voto a la elección de Mariano Rajoy será no. El partido ni siquiera ha dejado la puerta abierta a la abstención de cara a una segunda votación de investidura, en otoño. Algunos dirigentes de peso habían pedido un comité federal para debatir su posición si la investidura de Rajoy de la semana que viene fracasa, pero la ejecutiva del partido no está por la labor.
Tanto se ha obcecado en el no que los propios críticos ya han tirado la toalla y ven inevitables las terceras elecciones. Creen que, tras tanta insistencia en el rechazo al candidato del PP, es casi inimaginable un paso atrás. Destacadas figuras del partido, como Felipe González, han pedido a Sánchez que, por responsabilidad, deje gobernar a Rajoy, pero el aparato de los socialistas no se ha movido ni un milímetro.
Un perfil ‘puente’
Ante el inmovilismo de Sánchez, sectores críticos trabajan en alternativas. Algunos de ellos, cercanos a Alfredo Pérez Rubalcaba, están intentando potenciar la figura de Patxi López. Sin embargo, su nombre no genera consenso, ya que le ven debilitado por su breve presidencia del Congreso. El también vasco Eduardo Madina, que fue candidato a la secretaría general del PSOE cuando se eligió a Sánchez, podría ser otra alternativa.
Quien no se ha postulado, ni se espera que lo hagan, son los barones socialistas. Aunque la andaluza Susana Díaz es la figura de mayor peso en el partido y es la alternativa de futuro en la mente de muchos, es casi improbable que ni ella ni el resto de barones se presten a ser candidatos en unas elecciones en las que todo apunta que el PSOE puede superar su propio récord negativo. Por ello, buscan un candidato de segunda fila que pueda hacer de puente o a un perfil joven que visualice renovación y que tenga recorrido.
Lo que tienen claro los críticos es que el actual secretario general no puede volver a ser candidato. Creen que las dos derrotas, con los peores resultados de la historia del partido, lo han quemado políticamente. Además, las reiteradas encuestas, según las cuales los españoles piden al PSOE que evite terceras elecciones, evidencian que la población culparía a los socialistas, y más especialmente a su actual líder, si hay que volver a repetir los comicios, lo que se adivina demoledor en las urnas.
Los últimos intentos de convencer a Sánchez
Antes de defenestrar a Sánchez, los barones han intentado que el secretario general terminara cediendo. Por ejemplo Emiliano García Page, presidente de Castilla-la Mancha, ha pedido un comité federal para debatir su posición en la investidura de Rajoy después de las elecciones vascas y gallegas, previstas para septiembre.
Pero este mismo lunes varios dirigentes del aparato de Sánchez han insistido en el no a Rajoy. Lo han repetido la candidata por Barcelona, Meritxell Batet, y Óscar López, uno de los más cercanos al secretario general. El PSOE dirá no al candidato del PP la semana que viene y en otoño, y no habrá debate, lo que puede terminar siendo la tumba política de Pedro Sánchez.