Los cien días en blanco de Artur Mas

Los agentes sociales y económicos ven paralizado al Govern, que se aferra al bloqueo con Madrid

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El President Artur Mas sigue atrapado. Sabe que deberá negociar con el Gobierno de Mariano Rajoy para solucionar la grave situación económica de la Generalitat, que es también un problema para el propio Ejecutivo español, porque el conjunto de España no se puede permitir la quiebra de Catalunya. Pero Mas también es consciente de que no puede renunciar a la consulta soberanista que prometió en la campaña electoral del 25N.

Su socio, Esquerra Republicana, que también ejerce de principal partido de la oposición, presiona para que ese compromiso no se olvide. Y, ya situados en el mes de abril, Mas todavía no ha presentado los presupuestos de 2013. Este miércoles hará balance de sus cien días de gobierno, de su segundo mandato. Y son cien días en blanco, como valoran los interlocutores sociales y económicos consultados.

El ‘factor’ Felip Puig

Las patronales son algo más comprensivas con Mas que los sindicatos, pero no mucho más. Sólo han visto un avance, que consideran no menor: el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig, muy bien valorado por su disposición al diálogo y a la reactivación del tejido industrial. El colectivo empresarial recuerda que Puig ha sabido reaccionar en la negociación con la dirección de Nissan e impedir su salida de Catalunya. El presidente de la Cambra de Comerç, Miquel Valls, considera que Puig recuerda los tiempos del ex conseller de Indústria, Antoni Subirà, por su voluntad de rehacer o de salvar lo que quede del sector industrial. Pero poco más. Cien días en blanco.

La voluntad del Govern de iniciar un proceso, justificado o no, –los empresarios entienden que hay razones y que el Gobierno central no ha ayudado mucho– hacia la independencia, con una consulta soberanista en 2014, ha llevado a un choque frontal con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Sólo tras la última entrevista secreta en Madrid, el pasado jueves, se ha podido reabrir alguna vía de negociación, vital para la Generalitat, ahogada financieramente, y con un trimeste por delante que puede ser terrible, por el pago pendiente de importantes tramos de la deuda de la Generalitat.

Prioridad: derecho a decidir

El portavoz del Govern, Francesc Homs, consideró este martes, además, que esa negociación, que pudiera contar con un nuevo sistema de financiación, no irá en detrimento del “derecho a decidir”, y que la “prioridad” es esa consulta soberanista. Bloqueo, por tanto.

El presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, asegura que el diálogo con el Govern es positivo, y, como Valls, destaca el papel de Puig. Pero Gay de Montellà sufrió en su persona el intento de convocar un gran acto empresarial que situara sobre la mesa las prioridades de la economía catalana. Lo convocó el pasado 14 de febrero, y se quedó sólo en el auditorio de Foment. Ni la Cambra de Comerç, ni Pimec –que también destaca el trabajo de Puig– secundaron la iniciativa.

Sin interlocución

Los dirigentes de CiU no querían que el colectivo empresarial mostrara una imagen de unidad que se interpretara como una oposición a la agenda soberanista de Artur Mas. Pero Gay de Montellà participará en Madrid, el día 10, en un foro empresarial donde mantendrá las mismas tesis, para salir del marasmo político y económico.

Todas esas polémicas, sin embargo, han provocado que la legislatura apenas haya comenzado. El secretario de política sindical de UGT de Catalunya, Camil Ros, hace referencia a esa cuestión: “Entre los nombramientos y la necesidad de marcar la propia agenda del Govern, prácticamente no ha habido todavía una interlocución. Ros añade que tampoco se puede hacer mucho más si no se presentan ya los presupuestos. Pero Mas está pendiente de que Rajoy pueda recibir de Bruselas un mayor margen de déficit para 2013, que trasladaría a las autonomías.

Criterios ideológicos

La portavoz de CCOO, Dolors Llovet, entiende que el segundo mandato de Mas no ha supuesto “ninguna mejora”, y que “persiste la cuestión ideológica” a la hora de acometer los recortes en las partidas del gasto social. Y tanto Llovet como Ros reprochan al Gobierno de Artur Mas que no haya querido negociar con los funcionarios los recortes realizados. “Teníamos propuestas concretas, pero el Govern adoptó la posición más fácil, la de eliminar una paga extra, sin apenas diálogo”, asegura Llovet. Y Ros remacha: “Mas pide diálogo en Madrid, pero no lo aplica en Catalunya a la hora de afrontar los recortes”.

Tres meses, cien días, por tanto, en blanco. Aunque la Generalitat tenga responsabilidades en muchos ámbitos. Ros insiste en que se ha hecho muy poco en la negociación colectiva, entre empresarios y sindicatos, y que el Govern debería estar más encima.

Conjunto vacío

Otros agentes económicos, como el Cercle d’Economia, han mostrado sus reticencias ante la estrategia política de Artur Mas. Tras el 25N, sólo se ha conseguido un bloqueo con Madrid, que, poco a poco, se intenta superar. El Cercle sigue reclamando una negociación con el Gobierno central que permita un pacto fiscal, y un paquete de medidas que incentiven la economía, abriendo la mano frente a las políticas de austeridad.

El economista de la UB, Gonzalo Bernardos, que reprochó la pasada semana al propio Mas en una entrevista en RAC1 que no hiciera nada por reactivar la economía, afirma que los cien días “son un conjunto vacío”. Para Bernardos “no hay ninguna idea, no hay nada pensado para combatir, por ejemplo, ese diferencial de Catalunya respecto a la inflación, siempre más alta que en el resto de España, ni un programa de reactivación”.

La Hacienda propia

En el otro lado, sin embargo, se sitúa el Cercle Català de Negocis. Son empresarios y profesionales liberales de carácter independentista, que apoyan estos primeros cien días de Mas. Su secretario general, Joan Canadell, considera que “no ha podido hacer otra cosa”. Para Canadell, este trimestre ha servido para tres grandes cuestiones: “Se está preparando la consulta, se trabaja en una Hacienda propia y se buscan complicidades con las relaciones internacionales”. Y destaca la labor de Puig, de Homs, y del conseller de Justícia, Germà Gordó.

Pero por ahora, la Generalitat afronta las deudas, no tiene presupuestos y se aferra a que el Gobierno español le permita al conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, elaborar las cuentas de 2013 con un 2% de déficit. Pero ni en esas circunstancias, tiene asegurado el apoyo de ERC, aunque Francesc Homs asegurara este miércoles que tratara de acercar posiciones.

Eso sí. Mas deberá lidiar con el conflicto legal generado con la privatización de Aigües Ter Llobregat (ATLL), que miembros del propio Govern reconocen que puede ser un problema de envergadura.

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