Los CDR se organizan para reventar el acto de Vox en Barcelona

Los CDR convocan una protesta "contra el fascismo" este sábado en la plaza España de Barcelona, donde Vox tiene previsto un acto de precampaña

El líder de Vox, Santiago Abascal, en rueda de prensa. Foto: EFE/Archivo

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Los CDR se preparan para boicotear el acto que Vox tiene previsto celebrar este sábado en Barcelona a las 12:00 horas. El partido de Santiago Abascal ha convocado a sus seguidores a los pies de la plaza España de Barcelona, en la avenida Reina María Cristina, para celebrar su primer gran acto de precampaña en Cataluña y demostrar así su músculo en la capital catalana.

Vox lleva semanas organizando este acto y los CDR tienen la intención de reventarlo. Los autodenominados Comités de Defensa de la República han comenzado este viernes a alentar la protesta con el siguiente mensaje a través de las redes: «Ven a protestar contra el fascismo. No dejamos espacio al fascismo. No pasarán».

Hace sólo una semana, representantes de Junts per Catalunya, ERC, Catalunya en Comú, CUP, UGT y CC.OO ya salieron al paseo de Gràcia en Barcelona para protestar contra el partido de Abascal con la pancarta «Stop Vox». Durante la marcha, que reunió a 3.500 personas, se oyeron cánticos como «Santiago Abascal criminal» o «Vox, fascistas, sois unos terroristas».

Vox tenía pensado realizar este primer gran acto de campaña en Cataluña en el Palau Sant Jordi de Barcelona para demuestrar su fuerza, pero la empresa pública que gestiona el recinto olímpico, Serveis Municipals (B:SM), programó «tareas de mantenimiento» para el mismo sábado, 30 de marzo.

Según el partido de Abascal, no existían tales tareas de mantenimiento cuando el 15 de febrero realizaron la reserva, abonando unos 20.000 euros (el 50% de su coste). Diez días después, los gestores del Sant Jordi  comunicaron la cancelación de la reserva de manera unilateral, según la versión de Vox.

Previamente, el líder municipal del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, había reclamado que se vetara el Sant Jordi —un espacio de titularidad municipal— con el argumento de que «el discurso del odio no puede tener cabida en los espacios públicos de una ciudad como Barcelona”.

 

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