Los barceloneses dan a Colau su peor nota en seis años: el 30% quiere huir de la ciudad
La inseguridad es el principal problema de los barceloneses, pese a que los hurtos bajaron considerablemente por las restricciones contra la Covid-19
La gestión del Gobierno municipal de Barcelona ha alcanzado la peor valoración por parte de la ciudadanía desde que Ada Colau se convirtió en alcaldesa, en 2015. La nota media en 2020 ha sido de 5,7 sobre diez puntos, la primera vez que se llega a esa cifra en la encuesta de servicios municipales desde 2012, cuando Xavier Trias era el alcalde.
Entre 2019 y 2020, el Ejecutivo de Colau perdió medio punto de nota media y la valoración de los barceloneses está ahora casi un punto por debajo de su momento más alto, cuando en 2018 alcanzó una nota de 6,5. La gestión política es el motivo de casi la mitad (el 46,8%) de los ciudadanos que suspende al Ayuntamiento, pero también de quien lo aprueba (el 45,1%).
La circulación, la limpieza, la gestión administrativa, la seguridad, los impuestos y multas, y la vivienda son otros motivos por los que una cuarta parte de los encuestados suspende la gestión del Ayuntamiento. La opinión de los barceloneses sobre la gestión de la Generalitat ha empeorado (5,3 puntos), mientras que la del Gobierno español ha mejorado (4,5 puntos).
El 59,2% de los ciudadanos percibe que Barcelona ha empeorado en el último año, frente a un 22,4% que la ve mejor y un 14,3% que cree que todo ha seguido igual. Un 53,8% vaticina que mejorará, frente a un 32,9% que prevé un empeoramiento. Los barceloneses opinan que Cataluña ha ido a peor en 2020 (el 57,6%), pero no tanto como el conjunto de España (el 68,8%).
Subida histórica del desencanto de vivir en Barcelona
La satisfacción de vivir en Barcelona ha descendido a su punto más bajo desde 1995 (hasta donde llega la serie histórica de la encuesta de servicios municipales). Este indicador ha caído cuatro décimas con respecto a 2019 y se ha situado en 7,3 puntos sobre diez. «El desencanto de vivir en la ciudad», citando al propio consistorio, ha crecido en 2020.
A esto se suma que el 30% de los entrevistados se iría a vivir fuera de Barcelona si pudiera, mientras que un 54% quiere seguir viviendo en su barrio y un 15% preferiría cambiar de barrio pero seguir en la ciudad. El número de personas que quisieran huir de la capital catalana es el más alto desde que hay registro, y el de quienes quieren quedarse el más bajo.
En 25 años, el Ayuntamiento de Barcelona nunca vio tanta desilusión sobre la ciudad por parte de sus habitantes, pues hasta ahora el indicador de la población que se iría si tuviera los medios nunca había superado el 22%. El Gobierno de Colau ha defendido que no es una tendencia exclusiva de Barcelona sino que ha sucedido en otras ciudades del mundo.
El ‘efecto pandemia’ tiene mucho peso en la evolución de este malestar, según un informe sobre Covid-19 y «tendencias urbanas» que complementa la encuesta de servicios municipales de este año. El documento dice que entre enero y octubre de 2020, el padrón de residentes bajó en 13.000 personas, rompiendo con «la tendencia ascendente de años anteriores».
«Esta migración dentro de Cataluña parece protagonizada por personas que han dejado Barcelona para ir a vivir a una segunda residencia o una casa familiar. El confinamiento y las restricciones de movilidad intermunicipal se han aliado con la expansión del teletrabajo, la educación a distancia o las compras por internet, y han facilitado a un segmento de la población […] un replanteamiento de su empadronamiento», dice el citado informe.
Los problemas de los barceloneses
La encuesta de servicios municipales de 2020, que se ha publicado este lunes, da más claves sobre los problemas que afrontan actualmente los ciudadanos de Barcelona. El problema personal más repetido por los entrevistados es el paro o las condiciones laborales (el 15,2%), seguido de la Covid-19 (el 10,9%) y los problemas económicos (el 7,5%).
Tras un año de la pandemia, el 41% de los barceloneses ha afirmado que la economía familiar ha empeorado en los meses de 2020, frente a tan solo un 13% que dice que más bien ha mejorado. Ninguno de los datos supone un récord y la valoración de la economía no es tan negativa como lo fue en la anterior crisis, cuando hasta un 67% la veía mal.
Preguntados sobre los problemas que afectan al colectivo de barceloneses, los encuestados apuntaron mayoritariamente a la inseguridad (el 17,7%), muy por encima del acceso a la vivienda (el 7,6%), la Covid-19 (el 7,5%), el paro (el 7,1%) o la limpieza de la ciudad (el 6,8%). El principal problema de Cataluña, añaden, en su «encaje» en España (el 19,4%).
La inseguridad como principal problema compartido de quienes viven en Barcelona ha alcanzado su máximo desde que Colau es alcaldesa. El indicador ha crecido un punto en un año, pese a que el confinamiento y las consiguientes restricciones de movilidad han hecho caer considerablemente la inseguridad. Los hurtos habían bajado un 61% a septiembre de 2020.
La última vez que una encuesta de servicios municipales registró una preocupación tan alta por la inseguridad fue en 2012, cuando alcanzó el 20%. Cuando Colau llegó al Ayuntamiento, en torno al 10% de los barceloneses consideraba que la ciudad era insegura, una cifra que incluso cayó en los años siguientes, antes de dispararse al 17% en la encuesta relativa a 2019.
Así las cosas, la principal exigencia de los ciudadanos al Gobierno de Colau es mejorar la seguridad (el 10,9%). Otras tareas que los habitantes ponen al Ayuntamiento son mejorar la limpieza (el 9,1%), facilitar el acceso a la vivienda (el 9%), mejorar los aspectos políticos (el 7%) y mejorar la gestión política municipal (el 5,8%).