Los bandazos de Borràs con la presidencia del Parlament descolocan a JxCat
Sectores de JxCat viven con extrañeza la indecisión del partido sobre la presidencia del Parlament, que todavía no ha dado un nombre para presidir la cámara a un día de la votación
Junts per Catalunya sigue inmerso en las negociaciones para la presidencia del Parlament, aunque los bandazos de la formación liderada por Laura Borràs en la cámara catalana descolocan a sus cuadros. Aunque JxCat ha asegurado que quiere batallar por presidir la cámara, todavía no ha desvelado quién será el nombre que postularán para la segunda institución de la comunidad.
«Tiene que decidir, y en función de lo que haga se colocan los demás«, explican fuentes de JxCat a Economía Digital. La decisión final, que se tomará en base a cómo fructifiquen unas negociaciones donde la CUP insiste en hacerse con el Parlament, dibujará si el partido de Carles Puigdemont se hace finalmente con la institución parlamentaria o si en su lugar consigue la vicepresidencia primera.
La decisión de JxCat podría tener una contrapartida muy alta para ERC. Los puigdemontistas solo estarían dispuestos a ceder si en la configuración del nuevo Govern su papel dentro del Ejecutivo se redobla y tiene un poder equivalente al que supondría la renuncia. El partido no está dispuesto a ceder la parcela de poder que les corresponde, al quedar por detrás de los republicanos por la mínima y con un único diputado de diferencia.
JxCat tiene «voluntad de presentar candidatura»
La televisión pública catalana podría ser una jugosa moneda de cambio que persuadiera a JxCat para ceder en la pugna por la Cámara catalana. Según publicó Vozpópuli, el partido de Carles Puigdemont querría bajo su «control» la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, el ente público que controla TV3 y Catalunya Ràdio, entre quejas por el «sesgo» de los medios autonómicos a favor de ERC en estos últimos años.
Las peleas entre los partidos independentistas levantan el temor de que una desunión muy fuerte pueda auspiciar a un PSC que hasta ahora cuenta con pocas opciones de colocar a Eva Granados al frente de la cámara catalana. Sin embargo, fuentes republicanas aseguran a ED que eso «no pasará». La duda final será saber qué formación secesionista controlará un Parlament clave para tirar adelante leyes y mociones polémicas dentro del procés.
El partido de Puigdemont «tiene la voluntad de presentar candidatura a la presidencia del Parlament». En un comunicado, han defendido que la elección del presidenciable –desconocido a 24h de la votación– «se hará a través de los procedimientos de validación interna del partido». «Por este motivo, se pide respeto por estos procedimientos de validación y el tiempo que requieren», y aseguran que siguen en negociaciones para un acuerdo de legislatura «fiel» al resultado electoral.
Las negociaciones encallan el despliegue de JxCat
Este no es el único problema que se abre con el caos del Parlament y el Govern. Los consultados critican que la falta de concreción y la dilación en las negociaciones perjudica a la implementación y despliegue de una formación formada abruptamente tras el divorcio con el Pdecat. Pese a haber ganado las elecciones, el partido de Puigdemont todavía tiene que construirse a nivel territorial.
«Somos un partido nuevo que tiene que desplegar sectoriales, Consell Nacional… Y esta incertidumbre lo ralentiza todo. Cuanto más dure la incertidumbre de hacer Govern más tardará nuestro partido en desplegarse». La formación de Puigdemont sí que ha empezado a engrosar la estructura a través de los alcaldes que se quedaron en el Pdecat, tras el desastre electoral que les dejó fuera del Parlament y pone a la formación de Artur Mas en una difícil tesitura.
ERC y JxCat, obligados a entenderse de nuevo
Los independentistas han apurado los plazos para pactar la constitución del nuevo Govern, que viene marcado por los desaguisados y tensiones del Ejecutivo de Quim Torra. Ninguna de las dos partes quiere repetir el desastre entre ambos. La tensión llegó a tal punto que, antes de la pandemia, expresidente inhabilitado prometió la convocatoria de elecciones tras la aprobación de los presupuestos de 2020 entre acusaciones de deslealtad a ERC.
El clima de tensión entonces fue tan grande que se llegó incluso a especular sobre una posible salida de los consellers de ERC del Govern, algo que finalmente no sucedió. La inhabilitación de Quim Torra como diputado asumida por una mesa del Parlament controlada por los republicanos llevó al Consell Executiu a una tensión límite, aunque quedó desdibujado con el confinamiento.
La pandemia también ha sido un foco de disputas entre las departamentos controlados por ERC y los dirigidos por JxCat con, por ejemplo, la apertura de negocios en las restricciones. El conseller de Empresa y Coneixement, Ramon Tremosa, llegó a proponer aperturas de negocios hosteleros y acuerdos con sectores afectados de espaldas a la consellería de Salut, que preside la republicana Alba Vergés.