Los agricultores abandonan en masa el maíz transgénico de Monsanto
La carestía de la semilla y la baja productividad del "maíz insecticida" hace que los principales productores opten por el maíz tradicional
El maíz transgénico de Monsanto ha dejado de ser rentable y atractivo para una buena parte de los agricultores españoles. Conocido popularmente como el maíz insecticida por producir una toxina que la hace inmune al gusano taladro, el producto fabricado por la multinacional estadounidense Monsanto sufre un serio revés en los campos españoles.
Los productores dejan de cultivar el producto de Monsanto (MON810) al considerar que su rentabilidad es mucho más baja que el maíz tradicional. El precio de la semilla es más cara que el maíz natural y el mercado penaliza a los cultivos transgénicos con un precio menor. El producto en las lonjas del maíz suele ser penalizado hasta un 25% en relación a los otros cultivos naturales.
El maíz-insecticida
La planta del maíz transgénico contiene el bacillus thuringiensis, una bacteria que hace las funciones de insecticida y que aniquila a los gusanos que la comen. Los agricultores están convencidos de que las cosechas con maíz transgénico perjudican a la larga el rendimiento de las plantaciones. Los cooperativistas de Huesca aseguran haber realizado estudios de campo que demuestran una menor productividad en el mediano plazo.
La empresa Monsanto mantiene que el maíz transgénico es completamente seguro, aunque en España sólo está autorizado para consumo animal. Principalmente en Cataluña y Aragón, el ganado es alimentado con el producto modificado genéticamente.
Monsanto no contesta
La multinacional Monsanto ha rechazado contestar a las preguntas de este diario acerca del rechazo que ha ocasionado este tipo de cultivos transgénicos.
La empresa insiste en que el producto transgénico es un medio eficaz para combatir el hambre en el mundo pero los productores locales consultados por este diario rebaten esta teoría. «Lo que se ha hecho con las semillas transgénicas es aminorar y en algunos casos liquidar las especies locales», explica Juan Carlos Simón, agricultor aragonés.
Un informe de la Diputación de Aragón publicado en 2014 asegura que en las últimas cosechas de la zona el ataque por el gusano taladro, al que mata el maíz transgénico, ha disminuido, lo que ha permitido que los cultivos de maíz tradicional sean más eficientes, en términos económicos, que los transgénicos.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Asociación Amigos de la Tierra solicitan a las comunidades autónomas que se prohíba la cosecha de maíz transgénicos mientras no se erradique el teosinte.
El temor de los ecologistas es que esta planta que se expande sin control ya haya sido contaminada por el maíz transgénico. Para evitarlo, piden dejar de producir el maíz de Monsanto durante varias cosechas.