Lleida-Alguaire: el aeropuerto fallido que la Generalitat intenta salvar con su particular NASA
Ninguna empresa ha querido optar a un contrato de 500.000€ para participar en la construcción de un hangar
El aeropuerto de Alguaire (Lleida) acumula doce años de existencia con muchas dificultades para garantizar su viabilidad. Con una inversión de 90 millones de euros, en febrero del año 2010 despegó el primer avión comercial, operado por Vueling hacia París, con la intención de ser la primera de muchas conexiones con las principales capitales europeas y grandes ciudades del resto de España.
El impulso y la construcción del aeropuerto fue a cargo de la Generalitat, durante los tripartitos de Pasqual Maragall y José Montilla, y su gestión va a cargo de la empresa pública Aeroports de Catalunya. Más allá de la expectación inicial, con el paso de los años, el interés de las aerolíneas por Lleida-Alguaire ha ido decreciendo.
Las pocas empresas del sector aeronáutico que se han ido estableciendo en el aeropuerto, lo han hecho en gran parte por las ayudas de la administración. Un ejemplo de esta dificultad es que la Generalitat, el día 14 de junio, declaró desierto el proceso para la construcción de un edificio multinacional destinado a un campus aeronáutico. Este proyecto tenía una dotación de 500.000 euros, cifra que no ha motivado ninguna empresa a presentar una oferta.
Una hoja de ruta irreal
En 2010, las previsiones iniciales de la Generalitat eran que el aeropuerto de Lleida recibiría unos 390.000 pasajeros y se podría consolidar como un importante centro de transporte de mercancías, especialmente del sector agroalimentario. Lejos de la realidad, recientemente, las cifras más altas de pasajeros se han dado en los años 2019 y 2021 con 58.000 y 47.000 personas respectivamente.
Reino Unido, Noruega, Suecia o el resto de España son los territorios desde dónde proceden las personas que, tradicionalmente, han aterrizado en Lleida como punto de tránsito para ir a esquiar a las estaciones catalanas del Pirineo y Andorra.
Este atractivo ha sido desacreditado por la propia Generalitat, porque Aeroports de Catalunya también ha reacondicionado un aeródromo de La Seu d’Urgell para proyectar, aún más, el turismo de montaña. De hecho, en La Seu ya operan empresas de aviones privados y comerciales, como la ruta de Air Nostrum a Madrid.
Puigneró intenta salvar el aeropuerto con la NASA catalana
En diciembre del año 2020, la Generalitat anunció la voluntad de situar Lleida como uno de los aeropuertos europeos de referencia en pruebas de nanosatélites y cohetes. El actual vicepresidente del ejecutivo catalán, Jordi Puigneró ha reiterado que la colocación de infraestructuras vinculadas al sector aeronáutico y espacial dejarían un impacto económico de 600 millones de euros y 300 puestos de trabajo.
“Lleida se está desarrollando como el aeropuerto industrial, tecnológico y aeroespacial de Cataluña y será uno de los más importantes de Europa”, insiste el vicepresidente catalán. Además, Puigneró también apunta que el uso tecnológico e industrial del aeropuerto “es una apuesta tanto o más relevante que la de aeropuertos de transporte de personas”.
Cierto que en la actualidad, el aeropuerto de Lleida cuenta con aerolíneas(Vueling y Volotea) , escuelas de aviación (BAA Training y EFAV) y empresas (Pangea) que utilizan la instalación como base de pruebas, pero no aportan un beneficio que pueda llegar a compensar la inversión inicial de 90 millones destinados a la construcción y las constantes ayudas de las arcas públicas.
La Generalitat planifica una inversión de 26 M€ con los Next Generation
Pese al contexto, la Generalitat no aparca su empeño de crear su particular NASA. Hasta 2025, el Govern de Pere Aragonès quiere invertir 26 millones de euros en el sueño espacial de Lleida, financiados a cargo de los fondos Next Generation. Una cifra que se divide en 20 millones para centros de pruebas y el resto para la construcción de un espacio empresarial.